Niam 1

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PREFACIO

4 años antes.

Niam despierta, girándose al cuerpo de Kissa. Y tras no sentirla en la cama, mira la habitación, en su búsqueda.

Su pequeño escritorio esta tal cual como lo dejó anoche, con los papeles desparramados sobre él, desordenado. Y su mesa de arquitecto esta con una lámina sin terminar.

Del otro lado, ve la tarima.

Las luces están apagadas, y en el tubo esta la ropa interior de Kissa, justo en el piso.

Como anoche la había dejado.

Misifú no estaba por ningún lado.

Su precioso gato no estaba enredado entre las sabanas en la punta de la cama como normalmente estaba.

Y tampoco estaba en su cama, ni en la torre alfombrada que él había hecho especialmente para ella.

Consideró que Skay se tomó el día libre y que Kissa estaba haciendo el desayuno.

Amaba cuidar de él.

Un sentimiento de preocupación se instaló en el corazón de Niam cuando pensó en la pelea que tuvieron por la noche.

Si no hubiese sido tan tosco con Kissa quizá y ella se hubiera quedado en la cama con él.

Poniéndose el bóxer y saliendo de la única habitación de su tercer piso y bajando las escaleras con rapidez, no escucha movimiento en las plantas restantes.

Cuando llega hasta la sala de estar y da una rápida mirada a su alrededor, solo hay silencio.

Se acerca a la cocina y lo único que ve es a Skay, llorando.

— ¿Skay?

La muchacha lo mira con desesperación, y sollozando, le tira un sartén.

— ¡Se ha ido! —Brama— ¡Se ha ido para siempre!

Niam se tambalea, y negando con la cabeza, regresa a su habitación.

Lo único que tenia de Kissa en su habitación era la ropa sucia.

Y lo único que tenia de Misifú eran los instrumentos que había construido para su diversión.

Su novia lo había abandonado sin avisarle.

Pero la noche anterior le había dejado claro una cosa.

Si hubiese tomado una mejor decisión con respecto a su relación... Kissa seguiría con él.

(...)

Niam yacía en el sofá de la habitación.

En donde él solía sentarse para ver a Kissa practicar.

En donde Kissa y él hacían el amor todas las noches.

Ese era su santuario, esa habitación.

Habían pasado treinta y dos días con seis horas.

Niam estaba más delgado, soñoliento y perdido.

Kissa se había ido de verdad.

Y no tenía intenciones de volver.

Por su culpa.

Había pasado seis años con esa rubia, había ido a la preparatoria con ella, había ido a la universidad con ella, aunque ella no terminara su carrera, el siguió en la universidad y aun así la frecuentaba. Hasta que comenzaron a vivir juntos.

Entrégate -SAGA HEREDEROS 2- BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora