Ariel 2

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Podía ver en los ojos de mi padre la decepción. Y el corazón parecía que se me fuera a salir. Tyler había sido el único hombre en toda mi vida. Mi padre era el único hombre al cual abrazaba y al cual tenía plena confianza. Lo había destrozado.

Falah lo había notado, su mano había apretado la mía con más fuerza en cuanto entramos al comedor de la casa.

Sharlotthe saltó de la mesa con una sonrisa y yo le agradecí infinitamente que rompiera el hielo.

— ¡Estás preciosa! —Chilló, abrazándome— No puedo creer que vayas a casarte, no puedo creer que no me hayas dicho nada —susurra— ¡No puedo creer que sea con Falah!

¡Yo tampoco!

—Sí, que bueno verte, Sharlotthe —susurro, abrazándola con un solo brazo, ya que Falah no me suelta— tenemos tanto de qué hablar.
—Por supuesto que sí, al menos estaremos juntas en Dubái y la pasaremos excelente —asegura ella, apartándose.

Mi mirada se va a Falah.

— ¿Dubái? —inquiero.
—Si cariño, nuestra luna de miel será en Dubái —dice Falah, mirándome con amor.

No puedo creer que sea tan hipócrita. Trato de apartar mi mano de un tirón y es cuando él me la agarra con más fuerza, haciéndome daño.

Sharlotthe me mira a los ojos unos segundos y luego mira a Dylan, que también está mirándome.

Tomo aire, y busco con la mirada a Lauren, está regañando a Nathan por algo.

—Bueno chicos, deben sentarse —murmura Larissa, poniéndose de pie.

Mi padre tiene los dedos entrelazados sobre la mesa, y está escudriñándome con la mirada.

Tomo asiento gracias a Falah y ni me preocupo por agradecerle.

—Hija, estás preciosa —mi madre me toma la mano, apretándomela con cariño.
—Gracias —murmuro entre dientes, mirándola con rencor. Observo como aprieta los labios, y yo desvio la mirada a la mesa repleta de comida.
—Esto parece un entierro —murmura Cary, entrando al comedor.

Si no fuese por el...

Se detiene a medio camino y frunce el ceño, mirándome.

— ¿Y a ti quien te puso esa ropa?
—Cary —lo regaña mamá.
—Pareces una monja— rio entre dientes y Nathan le da un golpe a la mesa.
— ¡Tía aliel esta bonita!

Cary hace una mueca de asco y Dylan ríe, con Laurelyn en brazos.

(...)

— ¡Ariel siempre lo hace!

Estar con mis hermanos es lo mejor. Estoy sentada en el piso del estudio, abrazando a Nathan, mientras que Dylan, Cary, Lauren y Sharlotthe se ríen.

Falah está de pie, cerca de la ventana, con su hermano, discutiendo, para variar.

—Tu futuro esposo es todo un don amargura —murmura Lauren, mirándome.

No me causa ni risa, así que medio sonrío, besando la cabeza de Nathan.

—Me estoy acostumbrando —les aseguro, pero Dylan está mirándome.
—Vámonos a Londres, Ariel —sisea— No quiero que estés aquí.

Sharlotthe hace un mohín de desaprobación.

—Ariel es feliz, chicos.
— ¿Estás embarazada? —inquiere Cary.
— ¿Por eso estas arruinando tu vida casándote con ese hombre?
—Chicos, por favor —ruego, mirando a cada uno— No más. Me sobra con mirar a papá.

Entrégate -SAGA HEREDEROS 2- BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora