Niam 3

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Niam esperó pacientemente los resultados de sangre mientras Kissa estaba siendo revisada por una ginecóloga.

No sabía con exactitud lo que haría ahora que su vida había tomado un rumbo tan distinto.

Tenía una hija de tres años y medio que parecía una cotorra y era una gruñona.

Tenía ahora a la mujer de su vida, con unas caderas matadoras y un trasero que lo ponía erecto con solo tenerlo cerca de su vista.

¿Y su vida?

¿Cuál sería su vida ahora con una familia? ¿Cómo tenía que actuar?

¿Cómo iba a decirles "Oigan, mientras mi papá no pida más planos, ahorraremos comida"?

En realidad Niam jamás sufrió por dinero.

Si, su familia era adinerada. Demasiado.

También habían regresado al lavado de dinero, es cierto.

Pero los gastos se volverían exorbitantes.

El colegio privado de Nicoleta, los nuevos gastos de la casa, lo que ella le pidiera...

Niam comenzaba a jalarse el cabello de solo pensar que la niña le pida un Unicornio y él no pueda dárselo, se querría arrancar el corazón por decirle a su hija que no.

Pero... estaba Kissa también.

Tenía que mimarla, tenía que consentirla, tenía que... velar por su seguridad, por su felicidad.

Tenía que estar en constante movimiento para que no perdiera la esencia.

Todo eso era fácil.

Pero no con una niña de por medio.

Simplemente no podía encerrarse en su última habitación con Kissa, follar todo el día, trabajar de noche y hacer como si Nicoleta no existiera.

Había visto como la vida de su amigo Dylan había sido sustituida por uno ojo marrón, el otro azul y un niño que dice "mierda, estúpido, ridículo, pene, tetas y vagina" en cada oración que dice. Así que pueden imaginarse.

Niam no estaba preparado para las preguntas curiosas.

Niam no estaba preparado para tener un follón rápido con Kissa antes de que Nicoleta despierte.

Niam no estaba preparado psicológicamente para el huracán que se le avecinaba.

Y no habían pasado más de cuarenta y ocho horas ¡MADRE DE DIOS!

(...)

Niam miró los resultados de sangre como si fueran cualquier estúpida cosa.

Él, mejor que nadie sabía lo cuidadosa que era Kissa.

Y él también lo era.

Con ahora Kissa de su brazo y una sonrisa arrebatadora en su cara, Niam salió de la clínica.

— ¿Crees que sea bueno que Nicoleta se quede en casa de mis padres esta noche? —Murmuró Niam— Mamá le está agarrando cariño y papá ni se diga.

Kissa consideró la oferta.

Si, la niña era una amante de los brazos ajenos.

Mientras más personas estuvieran a su alrededor, mejor.

Por eso no se sorprendió cuando escapó de la habitación a media noche a "buscar nuevos amigos" y se encontró con Niam hasta la mierda de alcohol.

Nicoleta era una niña imprudente, extrovertida y muy pero muy decidida a conseguir lo que quería.

—Pero deberíamos hablarlo con ella —finalizo Kissa, mirando al frente.

Entrégate -SAGA HEREDEROS 2- BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora