Mi pequeño... // Till x Paul //DDLG. TERMINADA.

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♥ Colegió. ♥
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Till
¿Cómo olvidar aquel día?
En donde era otoño y los árboles perdían sus hojas, el mes en donde se pueden ver las almas de los árboles, aunque... nunca sabremos lo que sienten. Lo mismo pasa con los que te rodean, y ahora me doy cuenta que nos parecemos a los árboles, en tiempos de estrés y problemas nos adentramos a la crisis, recaemos, es una pérdida de hojas... pero llega primavera y no todo es gris como llegamos a pensar, siempre habrá aquel día en donde nos podamos levantar y florecer de nuevo, llenarnos de tanto color, felicidad y amor... aunque no siempre lo logramos solos, si no... hay alguien más a nuestro lado cuidándonos y creyendo en nosotros.

Mi caso fue diferente, el invierno me trae malos momentos, en donde apenas tenía un techo para dormir, en donde las noches se hacían más largas y me tenía que arrastrar, en busca de comida o algo que me pueda quitar el ardor del estómago, buscando lo que sea para tener algún salario mínimo, lo que sea...
Nada estaba para mi, de hecho, todos estaban tan sumergidos en sus cosas, en sus mierdas, tuve que seguir por mi cuenta, sin ayuda de nadie, resistiendo a todo y quejándome de nada, sabía que no siempre iba a estar en gris.

Aquel trayecto de mi vida me hizo más fuerte, me hizo ver que la vida es dura y cruel, aunque no con todos, solo los que tienen la mejor de las suertes, ¿y por qué lo pienso así?, todo lo que pasé me hizo luchar por mis sueños, a querer conseguirlo todo y ahora, soy un excelente empresario que siempre tiene la cartera más que llena y cuentas del banco a reventar.

Era otoño, y el movimiento en mi oficina no era mucho así que dejaría los papeles para mañana, así que agarré mi saco, me lo puse y salí de mi gran oficina, al bajar todos esos pisos en el elevador, fui al estacionamiento del edificio y caminé donde había estacionado mi auto de último modelo.
Al subirme iba a arrancar el motor cuando mi celular me interrumpe, este empieza a sonar, lo saqué de mi bolsillo y vi la pantalla, era Richard, le contesté.

***
-¿Qué pasó?
-Till, estoy algo ocupado en la oficina, ¿me podrías hacer un favor?
-Claro, dime, Reesh.
-¿Podrías ir a buscar a mi hija a la escuela?, mi esposa no puede, por la bebé, ya sabes.
-Claro, me mandas la ubicación de la escuela.
-Perfecto, muchas gracias, yo invito mañana.
-Claro— reímos y colgué.
***

Bueno, iría a buscar a Khira al colegio, si no mal recuerdo, estaba en último grado de preparatoria, tendría como unos dieciocho o diecinueve, tal vez, hace mucho que no la veo así que no sé esa información de ella.
Mientras manejaba iba escuchando las indicaciones que el celular me daba para llegar y cuando lo hice me estacioné afuera de la entrada del instituto, veía a muchos jóvenes salir así que decidí esperar mientras checaba mi celular.
Empecé a checar los correos que me han mandado, algunos importantes así que me distraje con eso, no sé cuánto tiempo estuve así pero unas voces me hicieron apartar la mirada del celular, voltee a ver por la entra de la escuela y vi a tres muchachos molestando a un chico bajito, le decían cosas y lo empujaban mientras que el otro apenas y les decía que lo dejaran, me bajé lo más rápido posible y caminé hacia ellos.

-¡Oigan!, ¡Hey, escuchen, dejen de molestar al chico!— les grité para llamar la atención de estos tres idiotas, ellos me veían con el ceño fruncido.
-¿Y tú quien carajos eres, el director?— pregunta uno haciéndose la burla y los otros se reían.
-Oh, te aseguro que tengo bastante influencia con él, hijo, lárguense antes de que les cánsele sus exámenes finales y los echen de este colegio.

Dije firme a lo que me vieron con miedo y se fueron de ahí, uno pasó cerca de mi pero antes de que se vaya lo tomé de su ropa acercándolo a mi.

-Y si me entero de que lo vuelven a molestar... me encargaré de que no vuelvan a ser aceptados en ninguna puñetera escuela— le dije con algo de rabia, lo solté y se fue corriendo con los otros, mis ojos chocaron con aquel chico y me sonrió, estaba algo apenado, podía ver su leve sonrojo en sus mejillas, ni podía verme a la cara, ¿cuantos años tendría?, era muy bajito.
-Gracias... Ammm, creo que es un director o...
—interrumpí— Oh, no— reí— solo vengo a buscar a Khira Li, ¿la conoces?
-Oh... si bueno, es mi amiga...— se rasca la cabeza— está en la dirección... bueno, creo que deberá una materia... ¡pero no le diga a su padre, por favor!
-Está bien, esos problemas no me incumben, ella sabrá si se lo dice a Richard o no— dije y saqué un cigarrillo de mi saco, saqué el encendedor del bolsillo de mi pantalón y lo prendí, le di una calada y saqué el humo, el chico iba a decirme algo pero en eso que alguien lo llama.
-¿¡Paul, donde estabas!? ¡Te busqué por todas partes!— se acercó a nosotros— oh, hola Till— se acerca a mi y me da un beso en la mejilla— si me dijo mi papá que no iba a venir por mi.
-Aja, bueno, te llevaré a ti y a tu novio a sus casas, suban al auto.

Dije y Khira solo se quejaba de lo último que había dicho, me repetía que ese tal Paul no era si novio y solo era su amigo.
Luego empezaron a hablar de cosas del colegio y esas mierdas, no prestaba tanta atención, la verdad, bastante distraído estaba con el retrovisor, topando con aquellos ojos tan... dulces, tan nobles... y no podía dejar de ver el leve tono rosa que tenía en sus mejillas.

-Llegamos, Khira.
-Gracias, tío— nos volteamos a ver y ella empezó a reír.
-No me llames así, me siento un viejo...
-Lo sé, lo sé, solo es broma, hasta luego Till, oh y ve la ubicación que te mandé de Paul.
-Claro, hasta luego.

Dije, ella cerró la puerta del auto y manejaría ahora a la casa de Paul... pero antes de que fuera a conducir él me interrumpe.

-disculpa, señor... ¿puedo pasarme adelante?
-Si, claro— aclaré mi garganta y me removí un poco en mi lugar, tratando de relajar un poco las piernas, las abrí un poco... Cuando Paul se pasó en el asiento del copiloto pude ya arrancar el auto y manejar hacia su casa.
Puse algo de música para no estar en silencio, al parecer concordábamos en gustos, el rock y metal es un buen género musical.
Mientras seguía las instrucciones de cómo llegar, el recorrido era algo similar al mío, me dio curiosidad así que vi lo que faltaba de ruta, literal que su casa quedaba a tres manzanas de la mía.

-Vaya, vivimos cerca— dije y nos volteamos a ver al mismo tiempo y Paul sonrió.
-¿enserio?
-Si, ¿siempre sales de clase a esta hora?
-Si, aveces un poco más tarde, no hay mucha diferencia...
-Ya veo, Paul... ¿Paul que?
-Landers...
-Till, Till Lindemann, ¿cuantos años tienes, Paul?
-diecinueve...
-Qué bien, ¿estás emocionado por entrar a la universidad?
-Claro— sonríe— ¿y tú...
—interrumpí— Ya llegamos, al parecer.
-Oh si...

Lo vi mientras el veía por la ventana, era un chico delgado pero con buen cuerpo se podría decir, le iba a dar otra calada a mi cigarrillo cuando el se voltea, nos quedamos viéndonos por unos segundos y me quitó el cigarro de la boca, le dio una calada y sonrió.

-Y no soy el novio de Khira... no me suelen interesar las mujeres, en realidad— se encoge de hombros— Gracias por traerme, Señor Lindemann...— dijo tan dulce y algo apenado, se metió el cigarrillo a sus labios, agarró su mochila y salió de mi auto...
No dije nada más y solo... solo me fui.
Al llegar a casa aún pensaba en aquella escena, se repetía en mi cabeza una y otra vez, eso me hizo darme cuenta que nunca pude pensar en algo serio, en alguna relación, sea estable o no, sea seria o solo algún tipo de... aventura o algo así.
Siempre acudía a mujeres que daban sexo servicio, y lo único a lo que me enfocaba era en el placer, no me importaba nada de ellas, y además que nunca tuve tiempo en si, siempre he estado dedicado totalmente en mi trabajo.
Pero nunca es tarde para probar algo nuevo...