Carlos regresó al salón después de hablar con el maestro de inglés, este quería asegurarse de que su alumno estuviera entendiendo sobre el idioma, aparte se había mostrado en particular interesado cuando le mencionó que quien le ayudaba era Daniel. Cuando entró al salón se encontró con Brett y otros chicos que rayaban la mesa de siempre, otras veces los ignoraba o se iba antes de ver sus "bromas" hacia el chico pero esta vez algo dentro de él se enfureció. Ninguno sabía la condición de Daniel pero aun así no justificaba que esos chicos fueran unos pesados hacia el de ojos azules. Tomando firmeza caminó hacia su amigo y le quitó el plumón de un jalón.
—Ya basta joder— exclamó.
—¿Pero qué te pasa Carlos? ¿Quieres rallar tú también? Hombre si sólo debías decirlo— rio el castaño.
—No, ya déjenlo en paz, no han recibido reacción y no la recibirán, dejen de ser hijos de puta— mandó.
—¡Hey! ¿Por qué nos llamas así? No seas aguafiestas— menciona Aleena, la novia de Brett.
—No lo soy, pero ya paren— ordena.
—¡Tch! No sé qué te sucede Carlos pero no quiero pelear contigo, vámonos chicos—.
El grupo se va mirando mal a Carlos, este suspira y luego con una toalla de papel húmeda empieza a tallar la mesa pero no consigue eliminar ninguna palabra.
—Bórrate ya coño— se queja.
Un sonido que viene del pasillo le hace girarse hacia la entrada del salón, ahí se encuentra con dos sujetos más altos que él, uno albino y de camisa verde, y el otro moreno y levemente más alto que el primero. El chico de ojos verdes se acerca a Carlos y le sujeta de la camisa negra amenazante.
—¡Hey!— reprocha Carlos.
—Dejen en paz a Daniel de una maldita vez— ordena.
—Si yo estaba intentando borrar eso, no lo iba a rallar— se excusa.
—¿Y ese marcador en tu mano? — cuestiona el moreno.
Carlos se maldice internamente por eso, debió guardar ese bendito plumón o algo. El albino aprieta más su agarre arrugando la ropa del contrario y sonriendo de una manera muy intimidante le pregunta con diversión.
—¿Quieres un ojo morado o la nariz rota? Tú decides—.
No sabía que responder, se notaba que el chico no iba en broma y sí iba a cumplir su palabra, recordó las palabras de su amigo, seguro ellos eran la tal "hermandad" que tomaban venganza a los abusones de Daniel. Como si los dioses lo escucharan en ese momento entró el rubio y nunca antes se había alegrado tanto de verlo.
—¡Matías! Ayúdame cabron— pide.
—¿Carlos? ¿Qué haces Walter? ¡Bájalo ya! — se acerca separándolos.
—¿Lo conoces? — preguntó al alejarse.
—Es el chico al que Daniel ayuda en inglés ¿Qué haces aún en la escuela niño? —.
—Me iba pero vi los rallones en la mesa de Daniel e intenté borrarlos pero es que no puedo— tira el papel a la mesa con fastidio.
Obviamente no iba a decir quien había escrito los insultos, si así reaccionó el chico de ojos verdes no quería imaginarse lo que le haría a Brett, que era un pesado pero seguía siendo su amigo.
—Con agua no podrás borrarlo, se necesita alcohol— dijo sacando unos algodones mojados el moreno.
—Por cierto, disculpa a mis amigos— murmura Matías acomodando la camisa de Carlos.
—Sí, somos idiotas pero es que tenemos que proteger a Daniel, me llamo Francisco, soy pareja de Alexander, seguro ya conociste al enano— dijo riendo.
~Por poco me mata el otro día~ piensa con ironía.
—Y la idiota a mi lado es Walter, primo de Daniel así que por eso reaccionó así—.
—Pero no puedes llegar y querer golpear a los demás— se queja.
—Claro que sí, ¿te lo demuestro de nuevo? — contestó con un poco de diversión.
—Ignóralo, es agradable cuando lo conoces— responde Matías.
—Deberían hacer esto más seguido, Daniel diario tiene que limpiar esa maldita mesa— menciona mirándola con odio.
—¿Pero qué dices? Todas las tardes pasamos para ver si pillamos a los capullos que hacen esto y de paso borramos los insultos— comenta Matías.
Carlos se queda pensando, "¿así de pesados eran?". Tendría que hablar con Brett que una cosa era hacer una bromita por aquí o por allá a diferentes personas a algo muy diferente es hacerle la misma putada al mismo chico que nunca les hacía nada, eso ya era acoso y no podía permitir que su amigo participara en algo así.
Después de ese encuentro Francisco y Walter caminan juntos hacia el trabajo, una vez llegan al restaurante se encuentran con Daniel y Alexander esperándolos sentados en una mesa mientras hacen tarea.
—¡Alesssss! — saluda besando la cara de su novio y pronunciando mal apropósito la ultima letra.
—Francisco— ríe.
Walter se acerca a Daniel y le acaricia con cuidado la espalda, Daniel lo mira y el albino le sonríe.
—¿Qué tal la escuela? —.
—Bien—.
Vuelve su vista a la tarea y el chico de ojos verdes le deja un suave beso en el cabello, luego se dirige a los vestuarios para usar el uniforme de mesero que le correspondía. Francisco también fue junto a Walter pero no sin antes desacomodar el cabello de Daniel en saludo, el chico sólo se removió en su asiento y pasó sus manos sobre su pelo, ya había sido mucho contacto físico a su parecer pero no se quejaba de las atenciones que recibía de sus familiares y amigos.
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Firma:
LaDelCabelloAzul23♪
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Asperger
Short StoryDaniel es un chico especial, siempre lo encuentras con un rostro neutral sin mostrar emoción aparente. Esto hace que la mayoría de su salón le gaste "bromas" pesadas para recibir alguna reacción por su parte pero esto nunca ocurre. Carlos, siendo n...