20.Gracias Eze

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Narra Ezequiel

Me quite la chaqueta y la sacudí tratando de que la mayor cantidad de agua escurriera fuera de la casa y no dejar el charco dentro.

-Lo siento- le dije a Dan cuando lo vi al entrar.

-Si como sea- dijo con fastidio, se puso su chamarra y camino hacia la puerta -Sabes que...- dijo volteando hacia mí -Subiré mi tarifa- me señalo -Soy un niñero muy bueno y trabajo horas extras.

-Hablaremos de eso- le dije riendo y este salió cerrando la puerta con cuidado. Seguramente los niños ya estarían dormidos.

Subí a mi habitación tratando de hacer el menor ruido posible. Cambie mis empapados pantalones por un short rojo que me llegaba hasta las rodillas, tal y como los de los basquetbolistas como decía Emma y una musculosa blanca.
Tome mi ropa que no dejaba de escurrir agua y nuevamente baje las escaleras para dejarla en la lavandería.
Iba de regreso por las escaleras cuando sonó el timbre. Joder 'No me vendría nada mal un elevador' pensé ya que una vez más tendría que bajarlas. Tal vez Dan había olvidado algo.

Abrí la puerta y no fue precisamente Dan quien estaba parado frente a mí.

Sus ojos estaban rojos, el delineador corrido por el agua o con más exactitud sus lágrimas. A pesar de estar completamente mojada podía distinguir sus lágrimas cayendo por sus mejillas.

- ¡Claire! ¿Qué paso? - pregunte aterrado hace menos de treinta minutos la había dejado en su casa perfectamente bien.

-Perdón Eze, perdón- se disculpaba entre cortadamente mientras se ataba a mi cuerpo, sin que me importara mojarme de nuevo y volver a subir, bajar y de nuevo subir las escaleras la envolví entre mis brazos

- ¿Porque te disculpas? ¿Qué sucedió? ¿Qué pasa? - hablaba con desespero ante su alarmante llanto.

-Perdón no tenía a donde ir y no quería estar sola y y y...- tartamudeaba sin cesar un poco el llanto -...no quería estar sola.

-Tranquila- le dije sobando su espalda - ¿Quieres contarme que pasó? - pregunte lo más suave que pude, no quería abrumarla.

-Peleé con mi madre de nuevo- su voz se amortiguo al estar pegada a mi pecho.

-No llores, ya se arreglaran- dije tratando de consolarla.

-N...no- tomo todo el oxígeno posible -Yo no volveré.

-Preciosa todos tienen problemas con sus padres- deshizo el abrazo.

-Solo he venido a pedirte si me dejas quedarme solamente por hoy contigo- limpio con brusquedad sus lágrimas, tanto que un color rojizo se apodero de la zona de debajo de sus ojos. -Ya yo mañana buscare un hotel y después un departamento o que se yo.

-Estás loca si crees que te dejare ir de aquí si no es a tu casa- le dije abrazándola de nuevo. Era alarmante verla así, tan indefensa, tan vulnerable.

- Ezequiel de verdad solo será por hoy- dijo en un hilo de voz.

-Está bien, pasa- no quería molestarla, pero sino es para regresar a su casa que ni se le ocurriera irse.

-Gracias- dijo abrazándome con fuerza -Iré por algo de ropa al auto- aun con voz nasal me soltó y se dio la media vuelta.

-No- le dije deteniéndola -Sube, si quieres date una ducha y yo bajo tu ropa- asintió con la cabeza.

Narra Claire

Me sentía tan estúpida, pero de verdad no quería estar sola... aún más sola. Tan siquiera Chris, Emma y Eze me hacían sentir querida.
Subí las escaleras por una orilla y que iba dejando un rastro de agua, después de cambiarme le diría a Ezequiel que yo lo secaría.
Llegue a su habitación  y mire antes de entrar ya que estaba alfombrado y al igual dejaría el camino de agua. Pero de todos modos entre, me estaba congelando.
Deje correr el agua y de inmediato se templó, así que me saque toda la ropa para poder entrar.

...

- Con una hubiera bastado- miré las maletas.

-No me importa lo que digas - dijo dándose lamedia vuelta -De acá no te vas a menos que sea de regreso a tu casa- suspire profundamente.

-Está bien- dije como si no me quedara otra opción.

- ¿De verdad?- pregunto ilusionado.

-No- conteste y mire hacia abajo -Me quiero cambiar- rodó los ojos y salió de la habitación.

Narra Ezequiel

- ¿Tienes frio?- entre a la habitación después de que me aviso que estaba lista. Abrazaba sus piernas.

-Algo- dijo tímidamente. - Olvide empacar algunas sudaderas- froto sus ojos con su mano.

-Pero seguro traes todo el cargamento de vestidos y tacones- una sonrisa se escapó de se coló en sus labios. -No me gusta verte así- dije sentándome a su lado. - ¿Fue por mi culpa?- tenía más que claro que su madre me detestaba y conociendo el carácter de Clai me imagino cual pudo haber sido el problema.

-Claro que no- dijo poniendo sus manos en mis mejillas.

-Estas helada- reí y me puse de pie para buscar una sudadera-Ten- le entregue una gris con letras blancas, la tomo y se la puso despeinando un poco su aun húmedo cabello. Realmente me sorprendió que no lo acomodara. Estaba mal.

-Acá te puedes quedar todo el tiempo que quieras- le dije sentándome con ella una vez más. -Pero insisto, las cosas con tu madre se pueden arreglar- acomode su cabello -No sabes lo que daría yo por tener a mi madre o a mi padre- levanto su mirada y esta se cristalizo.

-Eze...- susurro pero pareció arrepentirse ya que solo me abrazo.

La Apuesta [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora