7.Sabia que eras fácil

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-Lo veo y no lo creo - se burló Noah con mi nuevo disfraz de porrista. Odio esto.

-Cállate si - le dije riendo.

-Es que ¿Porrista? - cubrió su rostro con ambas manos - Debe ser un buen plan el que tienes - se cruzó de brazos.

-Eso espero yo - sonreí - Si todo sale como lo planeo, mato tres pájaros de un tiro - Matias negó con la cabeza - ¿Irás?

-Claro tengo que ir a verlas.

-¿Verlas? - pregunte indignada.

-Si - contesto sonriendo - ¿Celosa?

-Mucho- le conteste sincera y soltó una carcajada para luego abrazarme.

-Tu sabes que nadie te quita tu lugar- me dijo e inmediatamente pase mis brazos por su cintura.

-No sé qué haría sin ti - le dije.

-Ni yo sin ti - sonrió.

-No me mientas - le dije sonriendo - Estarías mucho más tranquilo sin mí.

-Pero eso sería muy aburrido - amos reímos.

Las clases pasaron rápido, por donde quiera que pasaba atraía mas m iradas con el uniforme, seguro todos pensarían ¿Claire en las porristas? ¿Con Samantha? Afortunadamente el llamar la atención no es algo que me ponga nerviosa.

Tanto las porristas como los jugadores, portaban el uniforme. Era como hacer promoción al partido.

Dieron las siete de la noche y ya estaba en el auto conduciendo hacia el campo del colegio contrario.

Baje del auto e inmediatamente la fuerte música se escuchó. Grandes cantidades de personas entraban al campo. Reconocía a algunas gracias a los colores azul y blanco que vestían, otros con blanco y rojo que eran los colores del equipo contrario.

-Llegas tarde - me reclamo Samantha.

-Son las siete y diez - le dije - tu me dijiste que estuviera acá a las siete y quince ¿no?

-Rápido ve y alístate - me ordeno.

-Ya lo estoy - sonreí.

-Tu cabello sigue suelto - reitero.

-Si lo sé - sonreí nuevamente, eso la hacía enojar más.

-Claramente te dije que nada de cabello suelto, átalo.

-¿Y porque tu y las gemelas pueden tenerlo suelto? - Stef y Karen tampoco traían coleta.

-Porque yo soy la líder, así que átalo - e entrego un par de listones blancos y naranjas.

-Ya vetas que algunas cosas van a cambiar acá - le dije amenazantemente, tomando de mala manera los listones. No podía hacer nada. Ella era líder.

Me dirigí lo más rápido que pude al baño, hasta que logré encontrarlo. Entre y me encontré con Emily, no podía evitar reír al verla tratando de hacer una coleta en su cabello. Volteo a verme, sonrió tímidamente y regreso su mirada al espejo.

-A ver...- le dije acercándome, solo me miraba con cara de ¿Y esta bipolar?

Tendí mi mano para que me entregara los listones y la liga, hice la coleta en su cabello y de mi bolsa saque un paquete de pasadores. Con los cuales ayude a sujetas esos cabellitos que salían de la coleta, acomode los listones.

-Listo - le dije y me sonrió.

-Gracias - me dijo aliviada - me estaba volviendo loca.

-No es nada - le dije secamente, mas no llegando al frío, digamos que con mi tono normal de hablar. Salió del baño y yo comencé a atar mi cabello en la coleta, puse los listones.

Comenzó el partido, íbamos ganando 31-29. Después de un rato el árbitro ordeno el fin del juego. Todas las porristas nos pusimos a gritar como locas. Mientras que los jugadores del equipo comenzaban a tirarse al pasto. Samantha fue a "tragarse" a Liam de la felicidad. Yo quería hacer lo mismo con Ezequiel.

Todos se fueron a sus autos después de un buen tiempo celebrado el triunfo de nuestro equipo. Estaba a punto de entrar a mi auto cuando vi que el auto de Ezequiel estaba junto al mío.

-¡Hey! - grite al verlo a punto de entrar a su auto.

-Ya te dije que no quiero tu "amistad" - hizo comillas en amistad.

-¿Qué? ¿A caso te doy miedo? - le dije rodando los ojos.

Ezequiel llevaba sus medias de americano bajo sus shorts negros del equipo, traía una sudadera roja y una gorra.

-Ya se tus intenciones, y yo no soy la distracción de nadie - me contesto mientras echaba su maleta en el asiento del copiloto y cerraba la puerta.

-Seguro que no, pero a mi me parece que siempre huyes de mi porque sabes que soy mucho para ti, y me tienes miedo.

-Yo no huyo de ti...

-Si lo haces - lo interrumpí - Me tienes mied...

En eso en vez de callarme con un "cállate" o un "no grites" me beso. No podía creer que el señor "Aléjate de mí" me esté besando.

Capture su labio inferior succionando de este para iniciar el beso, el permanecía rígido. Pero al rozar mi lengua por su labio superior esto cambio. Su mano que sujetaba fuertemente mi cuello, redujo la fuerza con la que lo hacía, al mismo que ponía su mano libre en mi cintura. Me siguió, sus carnosos labios se rosaban con los míos de una manera increíble. Había perdido el control, ahora el llevaba el ritmo del beso mientras que yo lo seguía. Sus dos manos se encontraban en mi cintura, sus brazos estrujándome hacían aún más increíble el beso, comenzó a avanzar hacia mi y por inercia comencé a retroceder. Seguimos retrocediendo, hasta que chocamos con el que seguramente era mi auto.

-¡Rayos! - pensé al escuchar que la alarma se había activado.

Se separó bruscamente de mí, dejándome completamente aturdida.

-Sabia que eras fácil - susurro en mi oído, sacándome del estado en el que estaba - Pero no creí que tanto... - me miro despectivamente y se dio la media vuelta.

-Ah, y eso fue para que sepas que no te tengo miedo. - añadió.

-Todos saben que es más fácil conseguir ver al presidente en persona, que obtener una cita conmigo - podía decirme lo que quisiera, falsa, hipócrita. Pero fácil, nunca.

-Pues ya te lo dije. volteo y se acercó nuevamente a mi - no me interesa conocer en persona al presidente ni tener una cita contigo - me señaló con su dedo.

-Hablas... - le dije bajando su mano - hablas como si realmente me conocieras - me había dicho falsa, hipócrita y fácil en solo dos veces que "hablé" con él.

-No necesito conocerte para saber cómo eres.

-¿Eres psíquico? - hice una mueca, y el seguía con su mirada de pocos amigos - No... ya se adivinó- conteste obvia con mis brazos cruzados.

-Mira...

-Adivina que numero estoy pensando - bromee seria.

-Ves...- dijo con su fuerte forma de hablar

-No necesito conocerte para saber que eres una hueca como Samantha - mi risa cesó. Me estaba comparando con Samantha.

-¿Yo igual que Samantha? ¡JA! - me burle.

-Da lo mismo, solo...aléjate de mí - dijo antes de darse la vuelta.

La Apuesta [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora