capítulo 1

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Para Luka, ver a los padres de Marinette, las perosnas más alegres del mundo, destrozados por todo lo que él les decía, era el peor castigo del mundo.

Aún con el corazón en pedazos, quitaron muchas cosas del cuarto de su hija, mayormente cosas de ella con Adrien. Ella si los recordaba, obviamente porque eran sus padres, pero no recordaba nada de todo lo que paso estos últimos dos años.

─ traten de tampoco nombrarle sobre Ladybug ─ hablo antes de irse ─ no se re conocerá ni a ella misma.

Bajo la mirada reteniendo sus lagrimas.

─ espera ─ hablo por primera vez Tom ─ ¿que haremos? ¿fingir que esos dos años no pasaron y no decirle nada sobre su vida?

Luka suspiro, todo esto era tan duro, sólo pudo maldecir a Marinette por tomar esa decisión.

─ que ella se adapte al mundo de ahora, sólo que ahora como una chica normal, del resto nos encargaremos.

Sus palabras no eran suficiente para los Dupian-Cheng, apenas habían descubierto que su hija era la gran heroína de París, y ahora ella estaba muy agena a eso.

...

Rena Rouge se encargó se creear algunas ilusiones, para que su mejor amiga tenga un transcurso tranquilo a casa así darle tiempo a Viperion de hacer su parte.

París ya no estaba en peligro, Hawk Moth estaba tras las rejas y eso era algo que estaba en boca de todos los parisinos. Al igual que Adrien, el héroe felino que enemigo era su propio progenitor.

Él por su parte, no podía ni levantarse de su cama, sus ojeres y ojos rojos eran lo que más resaltaba. No comía, parecía un zombie de lo pálido que estaba.

Los kwamis miraban a su nuevo guardián con tristeza y melancolía, también extrañaban a la peliazul, pero quien la estaba pasando peor que todos era Adrien. Tikki no se quedaba atrás, se rehúsaba a salir de la caja, su llanto silencioso retombaba por el lugar.

Los únicos miraculous que no estaban al cargo del guardián, eran el del zorro, el dragón, la tortuga, la serpiente y la abeja. Los portadores de estos cuidarian bien de ellos, eso lo sabía muy bien.

─ Adrien, tienes que comer ─ Plagg con ayuda de los demás trajo una bandeja con comida.

Adrien se sentó a puras penas en la cama, con su mirada perdida.

─ n-no tengo hambre...

─ ¡okey suficiente! ─ levanto la voz el kwami de la destrucción, llamando la atención de todos en el lugar ─ escuchame, chico, se que todo esto es duro para ti pero no puedes quedarte aquí y morirte de hambre y tristeza. Eres Chat noir, tienes que ser fuerte.

─ ¿fuerte? ─ dio una pequeña risita ─ mi padre es mi peor enemigo, mi madre está muerta en las profundidades de esta mansión, mi novia ya ni me reconoce ¡todo el mundo sabe quien es Chat noir! ¡tengo que soportar entrevistas y juicios por todas las horroridades que hizo ese hombre! ¡¿pretendes que sigue adelante así como así?!

Escupió cada palabra con lágrimas en sus ojos. Plagg no dijo nada, no tenía más nada que decir, él tenía razón, su dolor nadie lo podía entender. Vivía en una mansión donde sólo recuerdos horribles eran gritados por las paredes.

─ sólo come algo, mañana tu nueva tutora vendrá y tendrás que ir a declarar ─ volvió a hablar el pequeño gato, llevando a sus compañeros hacía la caja para darle su privacidad a su portador.

Volvió a romper en llanto, tomando las sabanas con fuerza, sin inportarle romperlas.

─ Marinette, recuérdame, por favor ─ dijo entre sollozos que aumentaron, viendo una foto donde estaban ambos, felices y enamorados.

recuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora