–Aún no entiendo como esa cosa transforma la leche con hielo en un helado.
–Es una máquina, WanYin. Y los helados son deliciosos.
–Sí que lo son – dijo animado y saboreó más de su barquillo con helado. Lan XiChen veía como disfrutaba el joven a su lado, como con su delicada lengua como de gato, lamía poco a poco el helado en pequeños mordiscos, como este chorreaba derretido por la muñeca de su familiar, quien sin preocupación alguna seguía lamiendo también su muñeca.
Lan XiChen tragó duro. Estaba excitado. Muy excitado. Pero aún faltaba para llegar a su hogar, donde podrían tener la privacidad que requería para enseñarle a su gatito como realmente se lamía. Pensó en que podría utilizar un hechizo que los llevase en un parpadeo a su hogar, pero eso no sería del agrado de WanYin, así que hizo lo que cualquier humano con deseos de probar a su pareja haría; aceleró el paso, casi arrastrando a WanYin.
–¡Es-espera! ¡Ve más lento!
–Me pides un imposible, WanYin.
Obviamente su familiar no entendió, pestañeando confundido y frunciendo el ceño. Pero no importaba, menos cuando ya estaba frente a la puerta de su hogar, y tan solo cruzándola, lo entendería.
Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no derribar la puerta o para que sus manos dejaran de temblar.
Una vez adentro. No perdió tiempo en tirar de su novio hasta la habitación de ambos, y al parecer WanYin por fin había entendido, pues no se resistió.
Pero al llegar al comedor, se detuvo. Pues en medio de la sala había alguien que lo miraba intensamente. Y no era una persona.
Era una pantera negra.
Inmediatamente Lan XiChen se asustó. Obviamente que lo haría, o sea, no todos los días se encontraba con una gran pantera negra en medio de su salón.
Al verlo, el animal le gruñó amenazante y sus ojos violetas intensos brillaron con irritación. Hizo estremecer de miedo a Lan XiChen.
Sin embargo, fue Jiang Cheng, a su lado, quien rompió la tensión.
–¿Madre?
¡¿Madre?! Pensó conmocionado Lan XiChen. O quizás lo dijo en voz alta, pues Jiang Cheng le respondió.
–Sí, mi madre. – y mirando a la pantera dijo –¿Qué haces aquí, madre? Es extraño verte en el mundo de los humanos.
–No tendría que hacerlo si mi hijo se reportara de vez en cuando.
No sabía qué era lo más sorprendente, si escuchar la voz muy humana del animal o que realmente hasta él se haya asustado por el tono estricto de la mujer.
–Lo siento madre, no tuve tiempo para hacerlo.
–Hum – bufó la pantera, acercándose hasta ellos a la vez que se transformaba. Y ahí donde antes había un hermoso animal salvaje, apareció una mujer igual de hermosa como letal. Lan XiChen se maravilló del parecido de su familiar con la mujer.
–Así con que tú eres el hijo de Li RuoMeng[1]– le dijo a él sacándolo de sus pensamientos. ¿Hace cuantos años que no escuchaba el nombre de soltera de su madre? Se sintió nostálgico – te pareces a ella.
–Muchas gracias.
–Espero que no seas un idiota como ella.
–Lo es – confirmó Jiang Cheng.
"Wow", pensó Lan XiChen, "he sido traicionado". Pero se rió nerviosamente.
–U-un gusto conocerla, ehhh...
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Un encuentro mágico
FanfictionLan XiChen siempre se preguntó de donde venía ese extraño poder que tenía su voz, pero nunca nadie se lo explicó. Suponía que eso estaba bien, ya que no dañaba a nadie, ¿verdad? Hasta que un encuentro inesperado le hizo interesarse en ello: -Hola pe...