Un encuentro mágico

Extra 2: Una visita molesta

–¿Es necesario que vaya? – preguntó por enésima vez Jiang Cheng. No estaba nervioso, solo que tenía una sensación, su instinto felino tal vez, que le decía que algo pasaría en la cena para conocer a la familia de su novio.

–Sería lo ideal. Tío quiere verme, también mi hermano menor.

Jiang Cheng gimió. Que engorroso. Suponía que era justo que aceptara ir, después de todo Lan XiChen había conocido a su madre y aguantado el encuentro. Aunque fue algo inesperado y fugaz.

–...está bien – aceptó reticente, por el momento, ya en una hora más haría la misma pregunta de antes. Lan XiChen ya había contestado tres 3 veces la misma consulta de Jiang Cheng, y solo en ese día.

La próxima vez que su amado abrió la boca, le sorprendió con una pregunta nueva –Lan XiChen, ¿tu familia, me refiero a tu tío y hermano, saben que elegiste ser un brujo?

Ah. Sabía que olvidaba algo.

–Me temo que no.

–¡¿"NO"?!– chilló Jiang Cheng – ¡¿y cuando pretendes decírselos?!

–¿En la cena...?

–¡A-HUAN!

–Lo siento, lo siento – se rió – pero no creo que sea un problema. O por lo menos no uno muy grande. Después de todo mi tío siempre debió de asumir que el que me convirtiera en brujo podría ser una opción – reflexionó – además, creo que estará feliz en saber que tengo un buen guía como tú a mi lado. – terminó y tomó de la cintura a su pareja, besando con suavidad sus labios.

–N-no creas que con un beso te voy a perdonar que no le hayas dicho tu decisión a tu tío...

–¿Y qué tal más de uno?

–... bueno.

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El día de la cena familiar había llegado, se encontraban sólo a unas calles de distancia de la mansión Lan.

–¿...Es necesario que vaya? – nuevamente preguntó Jiang Cheng.

–Sí, A-Cheng, es necesario que vengas... – respondió con su infinita paciencia Lan XiChen.

–E-está bien.

–¿Estás nervioso? – si bien no sonó burlón, Jiang Cheng si sintió la burla detrás de las amables palabras.

–¿Quién...? ¡¿Yo?! ¡NUNCA!

Lan XiChen rió –Está bien, te creo. – le concedió, pero el nerviosismo de su familiar y novio era palpable. Quiso hacer algo para aliviarlo, hasta que se le ocurrió una idea que podría funcionar –¿Quieres pasar por un helado antes?

Si Jiang Cheng hubiera estado en su versión felina, sus orejas se hubieran levantado interesadas. Hizo reír nuevamente a Lan XiChen quien alcanzó a ocultar su sonrisa antes de que su novio se ofendiera.

–Si insistes... solo que no creo que a tu tío le guste que lo hagamos esperar.

–Oh, no te preocupes, vamos adelantados, además el parque donde vamos no queda muy lejos de la mansión. 

Con esa seguridad, se desviaron del camino con dirección al parque en cuestión.

Lan XiChen compró a Jiang Cheng su helado y se lo pasó, mientras él esperaba el crepé que pidió.

Desde el puesto veía como su amado disfrutaba su postre, tratando (y fallando) de ocultar unas sonrisillas satisfechas. Se veía tan feliz y adorable que Lan XiChen se le quedó mirando fascinado y más enamorado que nunca. Bendita la noche en que Jiang Cheng apareció en su puerta. Tan distraído estaba que no escuchó el llamado del vendedor que le tenía listo su crepé, y solo luego de unos cuantos llamados, atendió y recibió su postre, disculpándose profundamente con el hombre.