Extra 3: Una visita peligrosa

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Era la primera vez de Lan XiChen en "el otro mundo", donde la mayoría de las brujas y brujos vivían junto a otros seres mágicos. Si bien había decidido en conjunto con Jiang Cheng seguir viviendo en el mundo de los humanos, tenía, por obligación, asistir a diferentes concilios de brujos y quizás unirse a un aquelarre.

No le gustaba mucho esa idea, pero si era por el bien de proteger a los humanos, lo haría.

Por mientras se permitió sorprenderse de ese maravilloso y extraño mundo.

–Cierra la boca, XiChen, o te tragarás un pixie – se burló cariñosamente su familiar, y novio, a su lado.

–No digas eso WanYin, es asqueroso.

Jiang Cheng bufó. Sinceramente no consideraba que el mundo de los brujos y el de los humanos fuera tan diferente. Ambos tenían sus encantos, de eso estaba seguro, pero no para dejar a alguien boquiabierto.

–Debemos apresurarnos, ya estamos un poco atrasados – suspiró el familiar.

Sin embargo, los ojos emocionados de Lan XiChen se clavaron en su figura. Le hizo estremecer, y no fue por algo bueno –Iremos volando, ¿verdad? ¿En una escoba?

Jiang Cheng maldijo, al igual que el día en que se le ocurrió confirmarle a Lan XiChen que sí, los brujos y brujas podían volar en escobas. Algo que jamás le gustó, porque sinceramente, estaba asustado de ellas. Culpaba a Wei WuXian de ello. Maldito sea su hermano adoptado.

Obviamente no le comentó a su novio de su miedo irracional a volar en escobas, pues solo se limitaba a este medio de transporte y mientras no lo utilizaran, escondería su vergonzoso secreto. 

–¿Y-y si volamos en espadas mejor? – trató de convencer ocultando su ansiedad –¡Así como en esas series de cultivadores que te gusta ver!

Por el puchero de Lan XiChen supo que este no estaba interesado. Maldijo nuevamente.

–Pero no es lo mismo, estamos en el mundo de las brujas, ¿no sería correcto volar en escobas?

¿Quieres un sombrero de punta también?, sarcásticamente pensó Jiang Cheng, gimiendo desesperado por la inocencia (e idiotez) de su amado. Y se volvió a preguntar por qué se había enamorado de tal hombre, hasta que Lan XiChen le sonrió con esa sonrisa que era solo suya, la cual causaba que su corazón latiera a mil y sus mejillas automáticamente se encendieran en un sonrojo feroz. 

Diablos, ya había recordado el porqué. Gimió frustrado de nuevo.

–Es más rápido en espada... – volvió a intentarlo.

–Quizás de regreso podríamos ir en espadas – concedió Lan XiChen. El familiar había conocido esa parte del brujo que era terca y si bien le gustaba, en ese momento no. –¡Vamos, WanYin! Será entretenido.

En serio quiso responder que no, no sería entretenido para él, pero decirlo significaba revelar su secreto y antes muerto que eso. Además, la sonrisa del brujo fue tan brillante y la esperanza en sus ojos marrones tan grande, que mató cada palabra del familiar para convencer a Lan XiChen de la mala idea que era usar la escoba como medio de transporte.

Suspiró derrotado; –...E-está bien.

Y era así como Lan XiChen se elevó en una simple escoba de aspecto gastado ("¡Porque se parece a las que usan las brujas en las películas, WanYin"!, había justificado) y emocionado le habló.

–¡Vamos WanYin! Viajemos juntos, te llevaré.

Pero el familiar no hizo nada para moverse. Estaba anclado en el suelo y pálido como una hoja de papel.

Un encuentro mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora