Chico De Cristal |Hyunlix|

six

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Se removió entre las cálidas sábanas que rodeaban su cuerpo.

Sintiendo voces a lo lejos que a juzgar por el tono, podría decir que estaban discutiendo.

El rubio iba a darse la vuelta para seguir durmiendo pero segundos después volvió a la realidad y se sentó en la cama de golpe abriendo enormemente sus ojos. Se tomó unos minutos para observar la habitación en la que se encontraba.

Las paredes eran de un color gris neutro, el cuarto carecía de luz. Sin ninguna ventana a la vista y con algunos muebles, era una habitación perfecta para una persona.

La pregunta era ¿Quien es esa persona?

Lo último que vino a su mente era el fuerte dolor que sintió la noche anterior, apostaría que su espalda estaba repleta de morados, con suerte no se le rompió un costilla.

Minutos después escuchó unos pasos cerca y la perilla de la puerta se movia lentamente.

El rubio rápidamente reaccionó y no tubo una mejor idea que hacerse el dormido. Quieto en una posición con los ojos cerrados y una expresión de tranquilidad, escuchó un suspiro y seguido la puerta fue cerrada.

Tal vez no fue la mejor opción.

-¿Aún no despiertas?- susurro para si mismo pero a causa del silencio que reinaba en la habitación, Felix logro escuchar claramente cada una de sus palabras.

¿Acaso estaba cuidado de el?

Oprimio una sonrisa y escuchó como pasos se acercaban aun más a la cama.

De repente imágenes de lo que había ocurrido aquella noche, regresaron a su cabeza. Le avían robado todo su dinero.

Le avían robado su móvil, ¿como se contactaría con Beomgyu?

Muchas dudas aparecieron en un mismo momento, ¿Que haria solo en la ciudad? Sobre todo ¡¿Que haria solo y sin dinero?!.

De repente una idea cruzo por su cabeza, aunque terminara odiandose a si mismo después de esto.

Pero si quería sobrevivir, no le quedaba de otra.

Sintió una mano en su hombro que lo movió lentamente.
-¿Hola?, Despierta- era el momento perfecto.

Abrió sus ojos rápidamente, con una expresión aterrada y de confusión -¡¿Quien eres?!, ¡¿Que es este lugar?!- dijo rápidamente mientras abrazaba sus rodillas atrayendolas hacia su pecho.

El peli negro se sobresalto y hablo con intenciones de calmar al contrario -Oye, tranquilo. No quiero hacerte daño- intento acercarse lentamente hacia el rubio.

Felix miro hacia los costados con desesperación mientras se arrinconaba contra una esquina de la cama, alejándose lo más posible del peli negro.

El mayor paso sus manos por su cabello, no tenía la menor idea de lo que iba a hacer, tardo unos segundos divagando por su mente y volvió su mirada al rubio. -Respira- extendió una de sus manos mientras lentamente se iba acercando cada vez más a la cama.
-¿Estás bien?- el chico que tenía aspecto indefenso asintio con la mirada baja.

El peli negro sintió que era el mejor momento para iniciar una conversación antes de que las cosas pudieran empeorar
-¿Cómo te llamas?- sonrió tratando de darle confianza.

El contrario parecía aturdido y una expresión de confusión apareció en su rostro -No lo sé-

Sintió como la sangre de sus venas se congelaba. Estaba perdido.

¿Que es lo que había echo?, desmayo a un chico por la noche y de paso le provocó una leve perdida de memoria, al punto de que no sabía su nombre.

Le dio una mirada rápida al chico peli rubio y salió de la habitación sin decir una palabra.

Tal vez se había pasado de la raya, pero ya era muy tarde para rectificar. Si está pequeña mentira lo ayudaría a mantenerse vivo tendría que llegar a las últimas consecuencias.

Con intenciones de levantarse de la cálida cama, llegó hasta el borde pero al momento de ponerse de pie sintió como sus piernas flaquearon y casi se desploma en la habitación, se apoyo nuevamente en la cama recuperando fuerzas.

Nadie tendría que enterarse de su enfermedad.

Estaba a punto de llevar a cabo su segundo intento pero la puerta se abrió dejando ver a 3 personas paradas en fila.

Los nervios lo invadieron, En dónde de había metido.

Su mirada rápidamente fue hacia el único que reconocía entre las personas y pudo ver cómo sostenía su mochila.

De repente uno de ellos se acercó con el rostro serio y se agachó a su altura.
-¿Quien eres y quién te envio?- confundido por la pregunta frunció el ceño y ladeó la cabeza hacia un costado.

Pasaron minutos en silencio y el rostro del peli naranja con cada minuto que pasaba parecía enojarse más.
-¡Responde!- alzó la voz, logrando que le peli rubio se exaltara.

-Es obvio que no sabe ni donde está parado- se escucho una segunda voz, que le pertenecía a el peli rojo.

El chico frente a el abrió la boca para seguir hablando pero el mismo chico lo interrumpió.
-Ya déjalo Minho- suspiro y se acercó tomado al antes nombrado por el brazo, arrastrándolo hacia la puerta y antes de cruzarla le dió una mirada junto con un movimiento de cabeza al chico que tenía la mochila entre manos

-Yongbok-El peli negro se acercaba lentamente a Félix, el cual extrañado, Hizo una mueca de confusión. ¿Cómo sabía ese nombre?