Il sole

Epílogo

Graciasss. Les leo siempre! son las mejores para mi, pronto nos volveremos a leer, os prometo. 

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EPILOGO

Sus fanales azules advirtieron la puerta, su sonrisa se desinfló un poco al notar que Eleonor era quién ingresaba a la fiesta de cumpleaños. Su hermana Lottie corrió a aquellos delgados brazos y le agradecía mucho —según infería desde su lugar—.

—¿Esa linda chica es...? —inquirió Sam aún al costado de Louis.

—Ya sabes —respondía con un encogimiento de hombros. No tenía ganas de decir lo obvio así que bebió de su vaso y le guiñó uno de sus ojos a Fender. —Mi familia le tiene aprecio.

—Es como Jesús, se sacrifica por todos —bromeó Sam y Louis no pudo evitar soltar otra carcajada. Así se la estaba pasando los últimos minutos junto a su amigo... amigo.

—Ella es una chica buena. Te la voy a presentar... —Louis le dedicó una sonrisa a quién se refería, vestía bien y junto a su hermana llegaron hasta donde se situaban. —Ele. —Le saludó con un abrazo cálido. Ella respondió muy feliz y amable. —Mira este es Sam.

—¡No hace falta que me digas! ¡Fender! —vociferó ella dando su mano en señal de saludo. El más alto enarcó una de sus cejas ante el gesto. —Estoy siendo respetuosa, pero te sigo por todos lados.

—¡Me alagas! —respondió Sam. Le dio un apretón y una sonrisa dulce. —Louis me ha hablado muy bien de ti.

—Más le vale al cretino. —ladró. —Lottie, te voy a dar mi regalo ahora porque... —decía mientras hurgueteaba en su mini cartera. —Sostenme... —le pasó la pequeña cajita de gamuza.

—Que mono esto... —articulaba sonriente, la rubia.

—Oh —Ele alzó su mirada para darse cuenta del detalle. —Lottie es... —miró a Louis que le sonreía coqueto a Sam. —¿Perdón me perdí de algo?

—¿Qué? —revolvió Lou, enseguida. Notaba la mirada determinante de Eleonor, la conocía, sabía que no soltaría el hilo hasta que soltara la sopa.

—Oye, no te disperses que hermoso esto... ¿dónde lo compraste? —insistía, Lottie.

Eleonor apartó su mirada sigilosa de los chicos para volver a Lottie. —Sí, es un regalo que te han enviado.

—¿¡Es para mí!? Joder —exclamó entusiasmada. Sus ojos brillaron ante la alegría sin dejar pasar más tiempo. Abrió la cajita de gamuza y observó el hermoso collar artesanal. —¡Dios es hermoso! ¿Quién lo envió? ¿No tiene tarjetita o algo? ¡Es maravilloso!

—¿Qué tanto te emocionas, nena? —saltó el ojiazul mientras seguía sonriendo. Eleonor seguía buscando en su pequeña cartera su obsequio y Sam miraba divertido la escena.

—¡Mira lo que me han dejado de regalo! ¡Está bellísimo, Lou! —vociferó una vez más entre brincos.

—¿Qué...? —No pudo concluir la frase.

¿Cuánta era la probabilidad de que esto fuese todo lo que su mente estaba conectando por milésimas de segundos?

FEBRERO