CANCIÓN DE TORMENTA

dieciséis: segundo rostro del ángel

. tema final.

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La primera vez que ella pasó la noche, él se despertó con el repentino movimiento de la cama cuando ella se apartó de su lado y se dirigió hacia el baño. Oyó correr el agua, abrirse una ventana y un suspiro. Cerró los ojos, pasó la mano por la cálida y casi imperceptible huella que ella había estampado en su cama, en sus sábanas, y volvió a dormir.

Rin grita: '¡Solo tiene cuatro años más que yo! ¡Sesshomaru-sama! ' Y él responde,

La edad importa poco.

'¿Como pudiste? Estoy tan disgustado contigo '.

'Con quién elijo asociarme tiene poco que ver contigo, niña. Guarde su desaprobación.

"Escúchame", comienza, con una discusión detrás de sus ojos, caliente y fluida.

Tú eres el pupilo, yo el tutor. No me preguntes.'

Las lágrimas comienzan rápidamente y hay una eternidad entre cada gota; la chica le grita antes de correr a su habitación y golpear la puerta, 'Te odio'.

A él le gusta cuando ella viene a visitarlo mientras él trabaja, leyendo un texto en el asiento de la ventana de su oficina. Huele su perfume (es nuevo, fresco y dulce, se lo había comprado) y la mira mientras finaliza las nuevas fusiones. Sus ojos se ven mejor a la sombra, ya que el resto de ella está iluminado por la luz del sol.

Ella comprende el significado del silencio. Se comunican sin palabras. Se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja y sonríe. Ella sabe que él la está mirando, y él sabe que ella lo sabe; este pensamiento lo devuelve a su trabajo. Aunque su mano escribe su firma en el libro mayor, su mente está llena de su perfume.

'Sesshomaru-sama, me resulta difícil aceptar a esta mujer como tu ... amante'.

Dio un buen golpe en el saco de boxeo. Patada giratoria.

Ella es mi elección.

¿Es ella la adecuada para ti?

Se ve a sí mismo sudando en la sala de entrenamiento con espejos, su cabello pálido recogido en una cola de caballo larga y pegajosa, los tatuajes en su muñeca asomando por su traje de ejercicio.

—Jaken, lo he decidido.

Pero Rin ...

Otro golpe fuerte y el saco de boxeo se desintegró bajo su toque. Se estrelló contra el suelo y se partió en tres.

'Rin ya no es un niño; aprenderá a aceptar lo inaceptable, y no me esfuerzo por protegerla.

Aun así, este Kikyo tiene quince años ...

'Jaken'.

—Sí, milord. Lo siento, milord.

Cuando una noche regresa a su apartamento con los nudillos vendados y una raspadura en la nariz, ella dice: "He esperado cuatro horas". Cuando él no responde, ella se pone los zapatos y se va a casa. Él la visualiza componiendo la nota de disculpa en su cabeza mientras llama a su taxi, y sabe que buscará la dirección postal de Suikotsu cuando llegue a casa.

¿Cuánto sospechan, crees? dice, hojeando uno de sus pocos álbumes de fotos, con la atención puesta en una foto de los dos hermanos como preadolescentes, con las mejillas redondas y los ojos muy abiertos. Su pulgar e índice rodean su muñeca y se la frota, sumida en sus pensamientos. Junto a su codo hay una taza medio vacía de té verde. Está levemente distraído por eso; ¿Ella lo va a derribar?