Capítulo 12

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Feride sonrió cuando la puerta de la casa de Mahir se abrió. Ella no le había contado nada a él de que iría a hablar con su familia, precisamente porque pretendía que no los alertara y así ella podría escucharlos sin censura, sin previo aviso...

La dueña de casa, doña Safiye la atendió y ella se quedó perdida en sus ojos bondadosos. Se presentó y la mujer la miró con una sonrisa, de alguna manera agradecida de que ella se tomara el trabajo de ir a verla...

Al momento de hacerla pasar, Feride conoció a Ilknur, la mayor de las hermanas de Mahir y al hermano menor.

Notó que el hermano tenía cierta antipatía con ella, o quizá con su hermano, pero por supuesto no dijo nada. Se daba cuenta de que se trataba de algunas rencillas familiares, quizá celos. Eso no tenía nada que ver con su investigación, solo eran problemas familiares.

Luego supo por Ilknur que Nazif no era su verdadero padre, pero que la había criado con el mismo amor que al resto de sus hijos, que sí lo eran de sangre. Safiye le contó la historia de ese amor con el papá de Mahir, se habían conocido ambos teniendo a Ilknur y Mahir de parejas anteriores y habían iniciado una vida juntos, hacía muchos años... y luego habían tenido hijos propios.

Feride escuchó atentamente todo lo que las mujeres le contaban y se dio una perfecta idea de quién era ese hombre al que debía juzgar. Pero por supuesto, estos eran dichos de su familia.

Salió de la casa habiendo conocido también al pequeño Nazif, el hijo de Ilknur, que se abrazó a ella y le pidió que liberara a su abuelo... para que pudiera volver con él...

Caminó por el barrio y decidió acercarse al centro comercial, quería averiguar como era ese hombre como vecino, qué pensaban de él, y mientras caminaba rápidamente por las callecitas, sintió la calidez de la mirada de él y cuando giró, él se hizo el desentendido, casi sorprendido de verla por allí...

- Señor Salih... ¿acaso me está siguiendo? - le dijo alzando la ceja, era imposible que su cuerpo no reaccionara a él.

- No me dijiste que vendrías, ¿acaso me dejas de lado en la investigación? - le dijo en tono de reproche y ella sonrió.

- No, para nada, pero no quería que tu familia estuviese al tanto de que venía, quería conocerlos, sin tu influencia...

- Entiendo... aunque me duela que me dejaras de lado...

- Qué susceptible...

- Te lo cobraré... ¿adónde vamos ahora? - le dijo caminando a su lado.

- Iré al centro comercial, necesitaría hablar con los vecinos, ver qué opinión tienen sobre tu padre... pero quiero ir sola... entiéndeme... no quiero que nos vean juntos...- dijo y bajó la cabeza cuando él sonrió y asintió.

Se despidieron y ella se entrevistó con la gente y por supuesto, todos fueron buenos comentarios, todo hablaron muy bien tanto de Nazif como de su hijo Mahir, aclarando que se encargaban de cuidar el vecindario, protegiendo a todos sus integrantes de aquellas bandas dedicadas al delito porque eran personas decentes...

Cuando llegó a donde tenía estacionado su auto, se sorprendió de ver a Mahir allí, esperándola...

- Creí que irías al juzgado...- le dijo mientras se quitaba el abrigo y lo colocaba en el asiento trasero.

- ¿Para qué? Todo lo que me interesa está aquí...

- Mahir...- dijo en voz baja y él sonrió con complicidad.

- Sabía que no tardarías, se me ocurrió que podríamos comprar algo e ir a comer a ese bonito paseo, porque no hace tanto frío, ¿qué me dices?

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora