5: Rumores

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Llevo mil años sin subir y lo sientooooo, me odio, porque me centro en otros proyectos y me olvido, pero quiero escribir esto, aunque sea como minific. Para compensar, aquí tenéis un capítulo y es posible (todo depende de si tengo tiempo para escribirlo), o a finales de semana o la proxima tendréis un mini especial halloween, que no seguirá el orden cronologico de los capítulos. 

Si seguís aquí, gracias por leer

Entra a casa acelerado. La reunión se ha ido alargando progresivamente hasta volverse imposible prestar atención. Y no tiene nada que ver con cómo ha acabado su conversación con su marido, para nada, solo es por ver a los niños.

Niños que espera que estén bien metidos en la cama y soñando con los angelitos, porque no piensa ceder ante sus planes de divertirse con Raoul esa noche. Por lo que sabe, Alfred aún tardará bastante y no tendrán muchas más interrupciones.

—Amor... —Resuena por toda la estancia vacía cuando va apagando luces por donde pasa—. Espero que Flor y Al estén acostados, porque te quiero en la cama en cuatro, que te tengo ganas desde que te mandé el primer mensaje.

—¡Ago, calla! —El canario frunce el ceño al escuchar la urgencia en la voz de su marido—. ¡Que no estoy solo!

Desacelera en medio del pasillo, sonrojándose, aunque aún nadie pueda verlo. Sabe que no se trata de sus hijos, porque Raoul no habría usado esas palabras tratándose de ellos.

La parte buena es que aún no se había desnudado.

Camina en silencio hasta el comedor, donde se encuentra a Raoul sentado a un lado. En el otro descubre a un hombre de más o menos su edad, con barba un poco más poblada que la suya y rizos oscuros. Lo observa con curiosidad y, sobre todo, bastante divertido por sus palabras anteriores.

Agoney carraspea, dando un paso hacia ellos.

—Buenas noches, Ra... ¿Quién es? —Lo señala.

—Oh, os presento, que creo que aún no te lo había dicho. Mi asistente me ha conseguido al fin un actor principal para la película. Así que Ago, este es Alexis Canalejas, mi protagonista. Tenemos mucho en lo que trabajar, voy a tener que quedarme varios días con él para hacer lecturas del guion y conversar sobre su personaje, porque llevamos un retraso en la preproducción que flipas.

Ante sus ojitos brillantes de ilusión, no puede más que acercarse a estrechar la mano del joven.

—Por hoy nos quedaba poco, si queréis acabamos ya y me voy, que aquí parece que sobro. —Ríe Alexis, mirando al rubio con tono jocoso.

—No, no os preocupéis. —Se apresura a contestar el cantante—. Yo me voy arriba a ver si los niños duermen y ya me ducho y me pongo el pijama. No quiero ser yo quién os interrumpa en lo vuestro.

—Vale, amor. —El rubio pone un puchero, llevándose un beso y un buenas noches susurrado—. En cuanto pueda subo y me cuentas qué tal las reuniones.

—Perfecto, ahora hablamos. Y un placer, Alexis.

—Igualmente. —Lo ven desaparecer, y solo entonces el actor habla—: Qué fuerte, ¿es Agoney Hernández de verdad?

—Anda, no sabía que eras fan. —Pinta un trozo de guion, consciente de que se van a distraer con el cotilleo.

—¿Fan? Su discografía es impecable, ¿y su voz? Jesús bendito. ¿Por qué no sabía que estaba casado, y contigo?

—Mantenemos un perfil bajo de normal, no nos gusta que se centren más en que estamos casados que en todos nuestros proyectos, pero me sorprendes... Casi todo el mundo lo sabe, si de vez en cuando nos inventan unos cuernos.

Sweet dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora