Dos. ✨

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17 meses después.

Si, ya sé lo que se están preguntando. Apenas parpadeaste y ¿Ya pasaron tantos meses?
Amigos, aquí el tiempo pasa como en la rosa de Guadalupe.

Abrió los ojos con lentitud al escuchar la fastidiosa alarma que despertaba seguramente hasta los vecinos de tres pisos abajo, o tres pisos arriba. Siempre había comparado ese sonido con el de dos gansos ahorcándose entre sí.

Sintió algo en su mejilla y al mirar de reojo, pudo darse cuenta de que era el pie de Jimin. Ambos se habían quedado dormidos en su cama después de una alocada noche.

—¿Puedes apagar eso? —interrumpió el Chico adormilado y removiéndose en la cama.

—Quita tu pie de mi cara. —se quejó y luego con algo de dificultad estiró su brazo para apagar la alarma.

—¿Qué hora es? —habló nuevamente el rubio tallándose los ojos con pereza.

—6:30. —respondió.

—¡Maldición! —se levantó con tanta rapidez, que casi se cae de la cama—. Llegaré tarde —mencionó caminando al baño.

El pelinegro con pereza se levantó y colocó su bata sobre su torso desnudo. Entonces el timbre se hizo presente por todo el departamento.

—¡Ya voy! —contestó caminando dejando arrastrar las pantuflas sobre el piso hasta llegar a la puerta principal

Pero al abrirla. No había nadie.
Más que aquel canasto color café con una nota encima.

"Feliz Día del padre".
att. K.T

Se leía en ella.

La supervivencia es lo primordial.
No hay que perder la calma. Nunca.
Qué no cunda el pánico cuando estás a punto de explotar.

En todos sus años de vida, Jeon Jungkook jamás se había alterado por nada. Siempre guardaba todo mal pensamiento en un cajón arrinconado en su mente y lo lanzaba más lejos para no volver a tocar el tema.

Pero ahora...

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

El ruido de la puerta abriéndose del baño se hizo presente, dejando ver a un Jimin con una toalla enrollada en la cintura.

—¡Jungkook! —gritó caminando al armario—. Tomaré algo de ropa prestada—mencionó tranquilamente—. Se qué mi comida es grandiosa, pero se me hace tarde para la universidad —su voz sacó a Jeon de sus pensamiento en mil maneras de morir.

¡Qué no cunda el pánico!

—¿Jungkook? —exclamó confundido acercándose a su amigo que seguía observando aquel canasto—. Oh te llegó un paquete.

¡Qué no cunda el pánico!

—¿Qué es lo que? —mencionó levantando la cobija azul —. ¡Mierda! —gritó inaudito—. Soy papá —susurró con los ojos bien abiertos.

—¿Qué? —exclamó su amigo mirándolo con mucha confusión.

—¡Soy papá! —respondió.

—No puede ser posible, ¿Con quien demonios te acostaste? —preguntó incrédulo.

—No lo recuerdo. —dijo, mientras su respiración se hacía cada vez más rápida y el tono de su piel cambiaba a una más pálida.

—¡Oh no! —exclamó—Esto es malo, ¡Esto es muy malo!

Así es damas y caballeros, ése fue el preciso instante en el que Jeon Jungkook se desmallo por la sorpresa que había recibido.

Y su amigo no tardó en reaccionar, por lo que corrió lo más rápido que pudo antes de que el pelinegro tocará completamente el suelo, qué casi se le cae a él la toalla de la cintura.

—¿Por qué me tiene que suceder justamente esto a mi? —susurró el rubio cuando escuchó al pequeño cachorro llorar dentro de la canasta.

Se levantó del piso, dejando a su amigo ahí tirado, ya que el pelinegro no corría con el mismo riesgo de golpearse en el suelo.

Así que sin más, fue directo hacía aquel canasto que aún se encontraba a la mitad de la puerta, levantando con cautela la cobija azul que tapaba al pequeño.

Y al verlo, su corazón se derritió por tanta ternura.

Minutos después, el pelinegro se despertó al oler cerca de su nariz alcohol, y como su cabello era jalado por unas pequeñas manos.

—¿Dónde estoy? —se levantó de golpe, asustando al pequeño que chilló al instante.

—¡Demonios Jeon!—se quejó

—¿Qué?

—Qué acabas de asustar a tu cachorro. —habló molesto—¿Tienes idea de cuanto me costó tranquilizarlo?

Jungkook se quedó en silencio, dirigiendo su mirada hacia donde se encontraba el niño, entonces, se acordó del gran problema en el que estaba metido.

—Entonces no fue un sueño.. —palideció.

—No. —sonrió con burla, era gracioso ver de esa manera a su amigo—. Así que ahora dime, ¿Con quien te acostaste?

—Es difícil descifrarlo, ya que me encontraba muy borracho. —dijo desesperado

Jimin se tapó su nariz, vaya que el bebé si olía feo.

—Y si tratas de hacer cuentas, el cachorro se ve de meses aún.

—Cierto. —sonrió—. A ver, ¿A dónde fuimos hace, no sé, ocho, once meses? ¡No sé cuando!

—A un bar. —dijo con obviedad—Siempre vamos a bares.

—¿Y qué estábamos haciendo? —volvió a preguntar, rascando su nuca en forma de confusión.

—Dormir, genio. —rodó los ojos.

—Jimin, esto es algo serio.

—¡Oye, se supone que el de las preguntas aquí soy yo! —reclamó ofendido el rubio—. Así que alfa descuidado que mete su polla en cualquier lado. ¿Cómo es que no te habías dado cuenta antes?

—Tal vez porque mi lobo es un idiota. —ahí fue el momento en el que pudo sentir rasguños por parte de su lobo interior.

¡𝑀𝑖𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑙𝑜 𝑑𝑖𝑐𝑒!

Habló volteándose hacia al otro lado para darle la espalda.

—De acuerdo, trata de concentrarte porqué esto. —apuntó hacia al bebé—. No se descifrara solo, pero antes, deberías darte la oportunidad de conocerlo, es una ternura.

Y así fue, Jeon se acercó ese día, sintiendo una gran curiosidad por saber quién era yo, y cuál era la razón por la que me habían dejado botado ahí junto a su puerta.

—¡Hola! —habló con un tono emocionado, uno que jamás había escuchado en algún alfa—. De seguro tu papá o mamá omega es igual de bonito que tú.

El cachorro soltó una pequeña risita junto con un balbuceo en forma de respuesta.
Jungkook se percató de una pequeña cadenita que el niño traía en la muñeca, la había visto con anterioridad, pero ¿Dónde?.

—¡Jimin! —gritó emocionado—. ¡Ya pude acordarme en cual bar fue!

Su amigo lo miró con orgullo, ahora, solo tenían que ir a aquel bar donde habían ido hace unos cuantos meses.

🟡 𝚂𝙴 𝙱𝚄𝚂𝙲𝙰 𝙿𝙰𝙿𝙰́/ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝚃𝙰𝙴  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora