Nuestros "Tsum Tsum" - STONY

Abrazo Mágico

Steve estaba acostado, viendo el techo blanco de aquella oscura habitación de hotel; mientras que sus pensamientos viajaban de un lugar a otro, sin darle tiempo a analizar cada uno de ellos, pero había algo que unía sus ideas, o más bien, alguien.

· · · · · Flashback · · · · ·

-Lamento interrumpir tu gran historia pero ya me cansé así que, admítelo- dijo la pelirroja

-¿Perdón?- preguntó el rubio con una mueca de confusión

-Admite que te gusta Tony- respondió con obviedad

El rubio se quedó en silencio, unicamente mirando a su mejor amiga.

-No dejas de hablar de el desde que comenzó nuestra conversación y tienes un trato especial, muy, muy, especial hacia el- enumeró la chica

-No es cierto- dijo con los ojos entrecerrados

-Si y ahora se llevan bien y todo, pero toda esa tensión sexual se acumula y no creo que sea bueno- dijo con una sonrisa burlesca mientras se iba del lugar

· · · · · Fin del Flashback · · · · ·

¿A qué se refería con trato especial? Si caminaba un poco atrás podía ver perfectamente el trato de los pequeños Tsum Tsum entre sí.

Si lo analizaba con cuidado, era casi el mismo, excepto porque los pequeños se comían a besos cada que podían.

Steve había estado observandolos constantemente, se le hacía tierno verlos tan felices a ambos.

Todo eso giraba en su mente mientras abrazaba posesivamente al castaño y mientras dibujaba, inconsientemente, garabatos invisibles en su brazo.

Se sentía bien. Cuando estaba con el, no cuestinaba si lo que estaba haciendo estaba bien o mal; sólo disfrutaba de la sensación de sentirse completo, feliz.

Por eso, era que su dilema ahora no tenía que ver con estúpidos estereotipos. Sólo quería descubrir si en realidad estaba enamorado de alguien, sólo eso importaba.

Y la respuesta era Si, estaba perdidamente enamorado de Anthony Edward Stark. Y estaba tan concentrado que no notó que los primeros rayos de luz habían comenzado a entrar por la pequeña ventana de aquel hotel y mucho menos que la sonrisa boba que adornaba su rostro era observada por el castaño a su lado.

Sintió el toque de un dedo en su mejilla y volteo el rostro.

-¿Dormiste?- preguntó el castaño

-En realidad, no- dijo aún sin aflojar el agarre

El genio se quedó en silencio, no tenía ningún comentario al respecto, esta vez.

Después de un rato Steve se puso de pie, su espalda le dolía. No acostumbraba a quedarse en cama hasta tarde, pero esta vez hizo la excepción al estar disfrutando de la compañia del castaño.

Entró a ducharse, necesitaba agua fría  para despejar sus pensamientos y lograr ordenarlos.

Mientras tanto en la habitación Tony formaba demasiadas ideas en su cabeza.

Admitía que había fantaseado con tener el cuerpo del rubio desnudo frente a el, porque ¿Quién no lo haría? Estaba seguro que tenía cuerpo de Dios griego y una cara de ángel. Había evitado usar el nombre del super soldado, porque sabía que cierta brujita acostumbraba a leer los pensamientos de los demás.

Tomó una decisión, quería a ese rubio sólo para el.

Se acercó a su traje y contactó a Natasha.

-Natasha- llamó en un susurro

-Tony, pense que no te volvería a ver- bromeo la espía ocultando su verdader alivio

-Si, si, si ¿puedes hacerme un favor?-

[...]

-Ya Nat ¿Si o no?- preguntó apurado

-Bien, bien, pero tengo una condición- dijo al otro lado

-Ya habla, espía del mal- dijo el castaño

-Necesito enterarme de que pasa- dijo de brazos cruzados, aunque el castaño no la observara

-Bien- dijo entre dientes -Es un trato- respondió cortando comunicación

Salió corriendo y se lanzó a la cama de la habitación, para parecer de lo más normal.

Tomó el jarabe que estaba en el buró y suspiró antes de empinarlo y tomarlo como si de alchol se tratase, necesitaba fuerza para animarse a hacerlo.

Su orgullo decía a gritos que era imposible ser correspondido. Era demasiado arriesgado perder la unica relación que tenia rogaba su experiencia. Es ridículo estar enamorado de un hombre que te contraria en todo dijo su lógica. Pero su corazón latía firmemente y pedía al menos una oportunidad de ser feliz y hacer feliz a alguien más.

Justo a tiempo, como si de un llamado se tratase, salió el rubio con el cabello mojado y con pequeñas gotas de agua perlando su pálida piel. Llevaba puesta una camisa blanca sin mangas y unos vaqueros de color azul oscuro.

En silencio se sentó en un lado de la cama y se continuó secando el cabello con una toalla.

Tony parecía un acosador, en palabras de el mismo, estaba sentado en flor de loto y observaba en cámara lenta cada movimiento del rubio.

Necesitaba hacerlo ahora que tenía medicina como alcohol corriendole por las venas, estaba seguro que no se atrevería a hacerlo en otro momento.

Tenía que arriesgarse si no quería perder su oportunidad de ser feliz al lado del rubio.

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