Nuestros "Tsum Tsum" - STONY

Declaración al estilo Stark

-¿En que momento confundiste la amistad con el amor, Stark?-

Mierda, no. No quería que le pasara eso.

Tal vez ya le estaban pasando factura por todas esas declaraciones que declino durante la secundaria.

Había estado sentado en esa posición por quien sabe cuanto tiempo, estaba buscando el plan más factible para una declaración.

Si fuera cualquier persona solo se le lanzaría encima y problema resuelto, pero no era el caso. Estaba hablando de Steve, el no era así y mucho menos se atrevería a hacerlo; tenía que ser, al menos, un poco especial. Pero quería hacerlo ahora.

Por primera vez en mucho tiempo se sentía nervioso.

El super soldado ya había terminado de secar, en su mayoría, su cabello. Ahora estaba recostado hojeando un libro que encontró en el buró de su lado de la cama.
Porque, si, dormían en la misma cama.

Ya había notado el extraño estado de concentración del genio, pero no lo interrumpiría, amaba su cara de concentración.

-Steve- dijo firmemente el castaño

-Tony- respondió el rubio, preguntandose cuando le había comenzado a gustar la forma en la que salía su nombre desde los labios contrarios

El castaño se acercó lentamente hasta quedar frente a frente con el más alto. Se acercó tanto que sentía la respiración haciéndole cosquillas sobre sus labios.

Respiró profundo y habló -Iniciaste un proceso bioquímico en mi hipotálamo causando segregación de dopamina- Mierda, no quería decirlo así, los nervios eran realmente influyentes, se dijo.

Steve se quedó en blanco, ahora estaba sentado con la espalda pegada a la pared y sus manos sólo sostenían al castaño por la cintura. Porque ahora Tony estaba sentado a horcajadas sobre el.

El castaño tapó los ojos del super soldado y suspiró antes de hablar -Me pones más nervioso- tragó saliva y continuó -M-Me gustas Steve-

Después de algunos segundos, que a Tony le parecieron enternos, el mayor quitó una de sus manos de la cintura del castaño y tomó su mano para poder verle a los ojos.

Ambos se quedaron así, por tiempo indefinido; porque, para ellos el tiempo se había detenido a partir de esa declaración.

Se miraban fijamente, café contra azul marino.

Steve pudo ver el sonrojo en el rostro de Tony, que hacía un pequeño recorrido desde sus mejillas hasta la punta de su nariz, su cabello desordenado y sus ojos abiertos, expectantes.

-Tu también me gustas, Tony- dijo el rubio con un pequeño color carmín adornando sus blancas mejillas

Tony eliminó el espacio que quedaba entre ellos, uniéndolos en un vaivén lento; que demostraba todo el amor que sentían el uno por el otro.

Y sólo eso necesitó para sentirse completo, feliz.

Se separaron ligeramente, por falta de oxígeno, se miraron fijamente y se sonrieron; como dos niños que acabarán de cometer la travesura de sus vidas, pero que no se arrepentían de nada.

El genio volvió a unir sus bocas, pero esta vez con un toque más necesitado, mientras ejercía presión sobre el cuerpo contrario y sus manos comenzaban a explorar por debajo de la camisa blanca del rubio.

-Espera- logró argumentar el rubio -Espera, Anthony-

-Me calienta que me llames así- dijo con una sonrisa sacarrona y recuperando toda su confianza

Steve no pudo evitar sonreír.

-Pero es que tienes una sonrisa que iluminaría Manhattan- soltó el castaño sin pensarlo

Steve volvió a sonreír y le dejó un tierno beso en la frente.

-Quiero hacerlo bien ¿Si?- dijo mirándolo con ojos de cachorro -Vamos despacio ¿Está bien?- preguntó acariciando la mejilla contraria

-Por ti esperaría toda la eternidad- dijo sacando todo lo sincero que había en el

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