Girl meets evil: The eternal | JJK + MYG

El exterior

Las puertas se abrieron y por primera vez en toda mi corta vida observé mi sueño hacerse realidad. Pues ni siquiera subiendo al más alto árbol dentro de Biblos pude obtener alguna vez la vista del exterior.
El capitán dio la señal y me removí en Yuno haciéndolo avanzar hacia el exterior, el añorado, jodido, tremendo y espectacular exterior.
Muchos podrían decir que se veía igual que el interior, pero el viento aquí contaba una historia diferente, y las pisadas de mi caballo marcaban que estuve aquí, que lo logré, que salí.

Voltee mi cabeza, vi a Jungkook sonreír de oreja a oreja y me di cuenta que mi rostro estaba igual que el suyo.

Cabalgamos parando solo para dejar descansar a las nobles criaturas aproximadamente 10 horas. Estaba oscureciendo. Llegamos a una base subterránea instalada hace mucho años para los recorridos, bajé de Yuno acariciandolo del cuello y llevándolo a tomar agua. Los soldados bajamos por una puerta de metal en e piso al frío ambiente de aquel lugar gris.

—Toma mi mano— Jungkook estaba abajo y le ayudaba a entrar.

Sonreí y tome su mano entrando juntos al tétrico lugar.

—Huele a muerto— Soltó Ray con cara de desagrado.

—A lo mejor es tu cerebro— Sonreí cínica para el y este hizo lo mismo.

—Basta ustedes dos— Nos ordeno el mayor del escuadrón.

Después de que todo el ejército entró nos asignaron literas, eran 4 personas por habitación, o mejor dicho celda, pues estoy segura que esto solía ser un tipo de prision.

Entre a mi celda donde vi a Jeon y Midas, entiendo, nos colocarían por escuadrones. Es una lástima que soy la única chica en mi escuadrón.

—Escoge la que quieras— Dijo Jeon y Midas asintió.

Aunque también ser la única tenía sus ventajas.

Puse mis cosas en la litera superior del lado derecho. Mis cosas consistían en una cobija, un jabón, un cepillo de dientes, y una especie de desodorante orgánico, todo dentro de una mochila marrón.
Los chicos acomodaban sus cosas y el cuarto miembro de la celda llegó.

—En la puta madre— solté recibiendo una mirada de asombro por los demás. Midas río alto.

—Es mutuo princesa.

Ray echo sus cosas en la litera superior del lado izquierdo y solo rodeé mis ojos.

—Deberían llevarse bien ya están grandes— Jungkook nos miraba con desaprobación.

—Pff, quien eres ¿nuestro papá?— Ray se acosto y yo salí a buscar un poco de agua.

Caminaba por el pasillo congelándome, tomando mi torso entre mis brazos y mis dientes titiritando. Vi un cuarto más amplio con una sola cama llena de cobijas, me detuve a observarlo por un momento y suspiré.

—Algún día tendré un puesto tan alto que me mandarán a dormir debajo de 10 cobijas.

[...]

Desperté escuchando la chicharra que nos despertaba a todos.
Me percaté que tenía dos cobijas sobre mi cuerpo y sonreí.
Mire a Jungkook para agradecerle y me enternecí al verlo abrazado con Taehyung.