-Volkov. Ven aquí-habló Rocio.
Volkov volteó a ver a la hermana de su mejor amigo y le siguió el paso.
-Sé que estás preocupado por Horacio y no sabes qué pasó.-volvió a hablar mientras caminaban al patio.
Pero claro que estaba preocupado, llevaba dos semanas sin verlo, iba a su departamento pero le abrió, no le contestaba ningún mensaje ni llamada.
El único que sabía de el era Gustabo, el cual siempre le decía que Horacio estaba bien.
Y en secreto, Conway también iba a verlo.Horacio les había explicado a ambos, pero no podían creérselo.
Conway obviamente sospechaba, ya que sabía que Paola siempre intentaba estar con Volkov a pesar de que éste nunca estuvo en una relación con una chica.
-Paola me pidió que editara una fotografía en la cual sales tú-Rocio sacó su celular y le mostró la foto-y una conversación en la cual según tú y ella charlaban y decías que solo jugabas con Horacio.
Volkov al escucharla quiso golperarla, pero no lo haría.
-¿Mi niño sabe de esto?-susurró el peliplateado.
-Si lo supiera, creo que en estos momentos tú y él estarían tomando banana milk.-contestó Rocio guardando su movil.
-Gracias, Rocio.-hizo un gesto con su mano Volkov en señal de despedida.
-¡Espera! Son 100€
-¿Qué?,¿Pero por qué?-dijo con molestia el peliplateado.
-Me dije a mi misma que no diría nada de esto si Paola me pagaba, así que...pá ga me.
Volkov sacó su billetera y le dió el dinero a la chica.
Después salió corriendo de la escuela en busca de Paola.---------
-¡PAOLA!-gritó Volkov al ver a la chica con sus amigas.
-Oh, mi Viktorcito.¿Qué pasa?
No contestó, tomó a la chica de los brazos con un poco de fuerza, casi arrastrándola directo al departamento de Horacio.
La chica por un momento pensó que Volkov la llevaría a la pequeña feria que estaba atrás del departamento de este, por lo que comenzó a seguirle el paso con una sonrisa coqueta.
-¿A donde me llevas Rusito?
-No tienes derecho a llamarme así, solo Horacio. Y vamos a su departamento, por tu culpa él no me contesta, no me habla, no sé nada de él. Comprende de una maldita vez que soy homosexual, jamá estaría con una chica, y menos contigo, tus mejillas y piernas son lo único agradable que tienes de gorda, y definitivamente, no creo que seas del todo agradable.-habló enojado Volkov, casi gritando.
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Horacio estaba en su habitación tomando una malteada con sus galletas favoritas.
Estaba acostado viendo las fotos de Volkov que tenía en su celular.
Donde Volkov solo tenía una sonrisa mientras estaba acariciando la mano del mayor mientras estaban en clases.
Horacio recuerda exactamente cuando le decía a Volkov "Sonríe Rusito~ por favor" con un puchero, sabía que le hacía caso al mayor cuando hacía esos tiernos pucheros
Mientras las veía, Horacio comenzó secar sus lágrimas, extrañaba a su Rusito, aunque, ni tanto suyo.
Llevaba tan solo dos semanas sin ir a la escuela, pero seguía entregando sus trabajos por internet, y a veces venía Gustabo a recoger algunos trabajos que no podían ser por internet.
Pero, se había hartado, quería ver a Volkov, quería abrazarlo y que le acariciara las manos.
Ver peliculas de Disney y Anime mientras que el menor le acariciaba la pancita, y de vez en cuando se acomodaba para darle besitos en ese mismo lugar.
Qur se acostara en su "culo gordo" según el menor, y que cuando Horacio leyera un libro, el otro estuviera acostado en la cama mientras su cabeza esté acomodada en sus piernas gorditas y suaves.Definitivamente, gracias a Volkov, Horacio tuvo esperanzas y comenzó a tener confianza en sí mismo ante su gordura.
Se levantó de la cama y al momento de salir de su habitación, escuchó el timbre.
Fue a abrir y por un momento se asustó por ver a la chica primero pero después al ver a Volkov la mirada del mayor se suavizó, fue notable para Volkov el cambio de facciones.-¿Podemos pasar Horacio?-pidió el menor en susurros mientras que la rubia rosaba los ojos.
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♤ 𝐅𝐞𝐞𝐝𝐞𝐫𝐢𝐬𝐦𝐨 ♤ •Volkacio• +18
Fanfiction--------------------------------------------------- -No me gustas por tu voz, ni por tu sonrisa, me gustas porque estas gordito -¿Qué? -Lo que escuchaste, así que más te vale que no hagas dieta Horacio nunca creyó que le llegara a interesar a algui...