♤ 𝐅𝐞𝐞𝐝𝐞𝐫𝐢𝐬𝐦𝐨 ♤ •Volkacio• +18

𝟶𝟾

Nervioso y asustado, así era como se sentía ahora Horacio.

Volkov, por una parte molesto con Paola y por el otro lado se sentía nervioso, al fina ve a Horacio luego de muchos dias.
Extrañaba acariciar sus manos y tomar sus mejillas para abultar sus labios y contener las ganas de besar sus labios esponjosos.

Los tres estaban en la cocina, algo incómodos por la situación.

-Paola tiene algo que decirte Horacio-habló Volkov.

-Tú también creo, así que hablen los dos-contestó Horacio.

-Todo fue editado niño-dijo Paola ésta vez.

-Para ti soy Perez o Horacio, no te atrevas a decirme de esa manera-habló serio el mayor de los tres.

-Bien, Horacio. Todo fue editado, la foto que te mostré fue editada, la conversación también-habló ya cansada la chica.

-Si te habian dicho que Volkov era gay, ¿por qué sigues insistiendo?-dijo Horacio.

Paola no habló, solo se quedó callada mirando sus manos.

-Bien.-habló Horacio-Sal de mi casa por favor.

Paola algo confundida y ofendida, salió del departamento de Horacio azotando la puerta.
Volkov lo miró sorprendido, jámas se había dirigido a alguien de esa manera y jámas lo había visto tab serio cómo ahora, y si es sincero, hasta un poco de miedo le daba.
Su pequeño oso lo que tiene de adorable y hermoso, tambien lo tiene de tenebroso, según el menor.

Después de unos dos minutos que Horacio se quedó frente a la puerta para cerrarla con seguro, se dirigió de nuevo a la cocina.
Volkov se le quedó mirando como si de una maravilla se tratase.

-¿Tu no tienes nada que decirme?-dijo el mayor aún sin mirarlo.

-Te extrañe mi niño...-dijo susurrando.

-Oh cállate...-dijo el mayor algo sonrrojado.

-Mi niño...

-Dime.

-Perdóname, bebé...por favor.

Aún no se volteaba a verlo, pero sabía que Volkov se había levantado de la silla para ir directo hacia él.
Sintió esos brazo tan cálidos abrazarlo de nuevo, ese aroma tan peculiar que poseía el menor lo hacía sentir tan cálido también.

Sintió unos besos en su cuello.
Y una gota.

Volkov comenzó a sollozar aún abrazando a Horacio por atrás.

-No vuelvas a dejarme de esa manera Horacio. Te he extrañado tanto, m-mi pequeño osito.-dijo ya con la voz entre cortada.

-¿Cómo puedo ser yo el pequeño osito? Soy mayor que tú y somos casi de la misma estatura.-dijo con una sonrisa disfrutando del abrazo que le brindaba Volkov.

-Tú carita, tú sonrisa, esos labios rosados que quiero besar desde el momento que te vi, tus manos grandes pero gorditas y suaves, tus piernas, tu barrigita...con eso siento que eres una pequeña persona a la cual tengo que proteger con toda mi existencia.-empezaron a salirle aún más lágrimas.

-¿Que cosas dices Rusito?-dijo el mayor volteando a ver al menor.

Jámas lo habia visto llorar, pero jura que nunca había visto a alguien verse tan hermoso llorando.

No pudo resistirse más ante tal imagen tan linda y triste.
Tomó de las mejillas a Volkov y comenzó a acercarlo a él, así uniéndolos en un beso algo salado por las lágrimas que seguía teniendo Volkov.