Cap 4 - Buena noche

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Ambos se despidieron en la oficina. Los niños se habían quedado sentados terminando de comer las galletas, cuando el teléfono de Jin sonó.

Luego de atender la llamada, revisó el documento de Hanna, tomando una foto de su información de contacto. Debería encontrarse con un patrocinador por lo que no podría salir a cenar con su amigo y los niños.

Se apresuró a guardar todas las cosas de los pequeños en la maleta, y salió para dejarlos en la oficina de Nam Joon. Tocó la puerta con prisa.

—Nam, tengo que irme. Acá están. —le dio la maleta.

—¿Se portaron mal?

—Sí, bueno, no. Tengo que irme.

—Hyung.

—¿Qué pasa? Voy apurado.

—¿Conseguiste a alguien?

—Obvio, no te fallaría. Llévalos a comer que llevan rato pidiendo comida.

—Okay, gracias.

Jin salió apresurado por el pasillo en dirección al ascensor para irse, perdiéndose tras las puertas del mismo.

—Vayamos a comer.

—¡Yay! —gritó Tae

Por su parte, su hermanita, solo asintió.

Nam Joon estaba de buen humor. Se había sentido de mejor humor en otras ocasiones, pero esta noche estaba un poco calmado. Todo el día había podido hacer un pequeño avance con la melodía de la canción en la que estaba trabajando, aunque aún la letra era extraña, y no era de su agrado.

Bajó con los niños, para ir al auto. Los llevaría por pizza, pero no comerían en el restaurante ya que no quería que nadie lo reconociera. Mañana, Jungkook cocinaría el almuerzo antes de ellos irse a las citas. Había quedado de ir a la peluquería para que les hicieran un corte de cabello a los pequeños, y tenían una cita con el dentista. Definitivamente, Jin debía conseguir a alguien que lo ayudara.

***

La muchacha había salido feliz del edificio. Ya estaba oscureciendo, por lo que se apresuró hasta la parada de autobuses. Revisó la lista de horarios en el anuncio atrapado entre el vidrio, y esperó.

Un rato después, mucho menos del que había gastado en llegar hasta el edificio, llegó a la parada en donde debía bajar. Caminó llegando al cyber café.

—Dime que te fue bien.

—Me dijeron que empiezo mañana.

—¿Mañana?

—Sí, y a que no adivinas que es lo mejor. —el la miró curioso —Viviré en el lugar así que por ahora no tendré que molestarte más. Comenzaré a empacar.

—¡¿En serio?! —se detuvo — No quiero decir que me molestes, lo digo porque ya no te tendrás que preocupar por un tiempo.

—Lo sé, lo sé. Sabes, que llegué tarde; quince minutos. Me quería morir. Pero al parecer el que entrevistaba tuvo una buena tarde y me aceptó.

—No has comido, ¿cierto?

Él sabía que ella le estaba contando todo eso para evitar tocar el tema. La chica iba a caminar de largo, sin embargo, el chico la tomó de la mano.

—Hanna, hay que celebrar. Vamos. Pediré pizza, tu espera, comeremos mucho, y me cuentas el resto. Quiero saber más sobre el trabajo que tendrás.

Hoseok ordenó la pizza desde una de las aplicaciones de su teléfono, y en menos de 20 minutos, ya estaban cenando. Hanna encendió su computador, para esperar el correo electrónico del Señor Kim.

—Oh, es cerca de aquí.

—¿Si?

—Debo ir mañana allí y esperarlo fuera del lugar a las 2 de la tarde. Y creo que sí se molestó. Digo, yo también lo haría, si llegué muy tarde.

—¿A qué te refieres?

—Mira, me escribió "Puntual" —rio con pena.

Buenas noches, Señorita Lee

Le envío la información para mañana.

Mañana viernes firmaremos el contrato de trabajo, y se le darán indicaciones, horario, detalles de remuneración, y recomendaciones. Favor llevar una copia de su documento de identidad, información de cuenta bancaria, y ser puntual.

2pm - puntual

<Dirección>

<No. 10, Sincheon-dong, Songpa-gu, Seoul, Corea del Sur >

Casa en esquina, calle principal. Portón negro de metal y madera. Favor esperar cerca del portón lateral.

Saludos,

Kim Seok Jin

CEO & Dueño

JinHit Entertainment

—No puedo creer que llegué tarde a una entrevista con el dueño de la compañía.

—¿Pero a quien vas a cuidar? ¿Sus hijos?

—No sé. No creo. Es un poco joven o quién sabe. Tal vez son sus hermanos, pero lo que sí sé es que son dos niños muy lindos.

—No es muy lejos de aquí. Me alegra, porque así podré estar cerca si te pasa algo o necesitas ayuda. Unos 15 minutos en auto y pum estaré ahí.

Hizo el sonido de una forma graciosa causando que Hanna riera.

El reloj marcó las 12 de la noche. Nuevamente el turno de Hobi llegaría a su fin.

—Mañana vendré temprano y te llevaré.

—Gracias.

El chico le dio un abrazo para irse después. Se sintió reconfortada. Ahora tenía más esperanza. Veía la luz alumbrando su camino. Aquella luz no era tan brillante, sin embargo, ahí estaba.

Recogió sus artículos personales del pequeño escritorio que Hobi le había indicado que podía usar cuando llegó allí. Empacó la ropa que tenía para usar el resto de la semana, y salió al baño para cepillar sus dientes.

Al regresar, acomodó su cabeza sobre la almohada e intentó dormir. Estaba nerviosa porque a pesar de ser un trabajo seguro, era de gran responsabilidad. Cuidar a dos niños pequeños, y educarlos no era tarea fácil. No conocía la historia de los pequeños, o si solo sería ayudar a su cuidador en casa. Esperaba hacerlo bien.

Respecto a su documento de identidad, era lo más legal que el dinero pudo conseguir. En todos estos años viviendo en Corea, no había tenido problemas. Su identificación mostraba una doble nacionalidad, Coreana-China. El registro mencionaba a sus padres de ambas naciones, siendo China su país de nacimiento. El pequeño detalle que siempre le preocupada era que, aunque el nombre real de su madre reposaba en el registro de su certificado de nacimiento, el cual era falso, pertenecía a una mujer fallecida que alguna vez había vivido en el sur.

Ahora, su empleador preguntaba por los datos de su cuenta bancaria, pero ella no tenía. Un mes antes de graduarse, la señora Choi había cancelado la cuenta haciéndola retirar lo que quedara allí. Por eso, Hanna solo tenía efectivo consigo. No era mucho, pero podría decir que eran los ahorros de su corta vida.

Fue cerrando sus ojos poco a poco, y así, cayó rendida en sueños.

Make it Right - KNJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora