12. Inglaterra.

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9 am., Sábado.

Me levanté aunque no tenía ganas de hacerlo. En una hora debía encontrarme con Mateo para visitar al posible constructor, allí pediríamos el presupuesto para realizar el proyecto, por ende era muy importante que yo estuviera ahí.

Bajé a desayunar y le comenté a la tía que había cambiado mi turno con Francesca y que por ende, hoy iba a trabajar en la tarde. 

- Amore ¿Qué andas haciendo? Veo que vas de acá para allá con Mateo -con sus ojos me inspeccionaba. Sabía que esto podría pasar y por ello me había creado la excusa perfecta. 

- Mateo me está enseñando algunas cosas de administración hotelera ¿Viste que he mejorado? -la tía entrecerró sus ojos- También aprovecho y conozco algo de la ciudad, ha sido muy amable -lo que decía era cierto pero obviamente omitía la cuestión de fondo.

- Sofía... Quiero que tengas cuidado ¿Sí? -acarició mi mejilla- Mateo y Francesca están... -la interrumpí.

- ¡Ay! Tía, como vas a pensar eso -dije riendo- Sé perfectamente que ellos están juntos -di un mordisco a una tostada.

- ¡Sos tan linda, mi vida! -dijo alegre- Tengo que contarte algo -hizo una pausa- Estamos invitadas a la casa de los Rizzo, esta noche van a hacer una cena por la llegada del hijo de Lorenzo.

- ¿Lorenzo tiene un hijo? -pregunté sorprendida.

- Sí, estuvo en Sicilia por dos años -tomó un sorbo de café- Ayer llegó así que pensé que tal vez sería lindo que asistamos.

- ¡Oh! -respondí incomoda con la idea de encontrarme con Mateo. 

- Pero si tenés otra cosa para hacer no te preocupes, seguro entenderán.

- No tía, estoy disponible -sonreí recordando mi regalo para ella, esta ocasión era perfecta para ello- Tengo algo para vos -anuncié subiendo a mi habitación, tomé el vestido y bajé nuevamente- Espero que te guste -dejé la bolsa en la mesa y la observé expectante por su reacción.

- A ver... -dijo hurgando en la bolsa. Sacó el vestido, se puso de pie y lo miró de frente, luego lo puso contra su cuerpo- ¡Sofía! Es hermoso amore ¡Grazie! -besó mi mejilla como tres veces, yo reía- Esta noche me lo pondré.

- Me alegro mucho que te haya gustado -sonreí- Te va a quedar perfecto.

10 am., Sábado.

Bajé del taxi y comencé a buscar a Mateo, me había dicho que estaría cerca del Puente de Rialto. Al aproximarme lo visualicé y después de dar un par de pasos, lo encontré. 

- Buenos días Mateo -saludé haciendo que él girara. Sonrió como siempre.

- Sofía -dijo besando mi mejilla- ¿Estás nerviosa? -preguntó mientras caminábamos hacia la oficina.

- Algo -sonreí- Esto va a determinar todo el proyecto... Si llegara a ser más elevado de lo esperado... -dije pensando en que todo hubiera sido en vano. 

- Nuestro presupuesto no es abundante, pero tampoco es tan escaso como pensas -respondió Mateo intentando tranquilizarme. Sonreí agradecida por su seguridad.

Llegamos a la oficina, tocamos la puerta y esperamos a que nos atendieran.

- Buongiorno , ¿Puedo ayudarlos? -preguntó un hombre.

- Boungiorno, abbiamo un appuntamento con il costruttore (tenemos una cita con el constructor) -respondió Mateo.

- ¡Oh! Pasen -dijo el señor al dejarnos entrar a su oficina.

Venecia: un lugar para revivir y enamorarse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora