16/12/11

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7:00 am.

Querido amigo,

Anoche escuché que mi hermanito hablaba en su cuarto, me acerqué y lo vi sentado mirando su armario y completamente sólo, le pregunté ¿con quién hablaba?, y me dijo que con su amiga; pensé que era uno de esos amigos imaginarios que muchos tienen así que un poco extrañada le pregunté qué ¿cómo se llamaba?, a lo que él contestó que Verity, inmediatamente me dí cuenta que hacía poco había escuchado ese nombre así que busqué en mi memoria por algún recuerdo y después de un rato, éste llegó, maldición, Verity es la niña cuya aquella familia me atormentaba, aquella que murió hace 38 años, abrí los ojos y mire fijamente a Carlitos, me acerqué a él y de un momento a otro se cerró la puerta fuertemente, volteé a mirar (¿que lo había provocado?) pero no vi nada, Carlos me miró y me aseguró que ella había sido, que necesitaba que le prometiera algo, necesita que jurara no contarle a nadie de su existencia, dijo que si no lo cumplía algo malo me podría pasar, parpadee y le dije, ¿que si ella estaba acá?, a lo que contestó que sí y señaló su armario, allí; fue lo que dijo.

Miré pero estaba vacío, aterrada contesté que lo prometía y sentí un leve dolor en la palma de mi mano, la miré y estaba sangrando, vi una cortada de aproximadamente 4 centímetros de larga, pero no muy profunda, inmediatamente Carlos me dijo que la perdonara, que ella sólo lo había hecho porque esa había sido una promesa de sangre por lo que necesitaba un poco de la mía y que si yo incumplía mi promesa...moría; lo miré sorprendida, no era posible que él inventara todo eso, no era posible que él curiosamente la había llamado así, no era posible que lo haya escuchado, no era posible nada de esto.

De un momento a otro la puerta volvió a abrirse, lo escuché decirle al "armario" que esperara un poco, que era su hermana y no podía tratarme así, me miró y me dijo: perdóname, ella quiere estar sola conmigo, le pregunté si él lo quería, si se sentía seguro con ella, y él dijo que sí, que solamente jugaría un rato, que por favor me fuera y confiara en él, yo lo miré y me sentí orgullosa de él, de lo grande que estaba, porque ya no era el bebé de hace 8 años, ya era muy maduro, estoy tan feliz de lo que es él; con lo que dijo me dejo sin palabras entonces le dí un cálido y fuerte beso en la frente, un abrazo y me marché a limpiar mi mano y posteriormente a acostarme.



DADIVAN © [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora