Capítulo 1: una esperanza de vida

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-Después de unos minutos, tratando de recobrar la conciencia, me despierto en una habitación muy pequeña y oscura, donde solo veo una mesa con una vela. -¿Dónde estoy... ¿Qué es esto?-.Digo murmurando entre confusión y algo de miedo.

-Hola, bienvenido-. Escucho una voz femenina y volteo a ver a la mesa, al otro lado de esta hay una tipa vistiendo una túnica negra con capucha, junto con una máscara hecha de huesos.

-¿Quién...quién eres, y qué es esto?, quiero una explicación-. Digo con un tono de nervios y curiosidad. -Je, ¿recuerdas... qué estuviste haciendo antes de llegar aquí, o quién eres?-. Dice aquella chica, con un tono medio burlón.

-Mhh... espera, no recuerdo nada, ¡ni siquiera sé cómo me llamo!-. Digo algo alarmado, debido a que no logro recordar nada. -Me presento- dice aquella chica apoyando sus codos en la pequeña mesa. -Mi nombre es Karol y soy una parca, tu nombre es Kevin y estás en el purgatorio, por esa razón no recuerdas nada-. Dice con una voz calmada, como si lo que dice fuera pan de cada día.

-Una parca, purgatorio, eso significa que...¿estoy muerto?-. Digo intentando procesar dicha información que me acaban de contar. -Que poco informados están la gente que viene aquí-. Dice aquella chica soltando un suspiro. -Al purgatorio no solo va la gente que muere, sino también los que están a punto de morir, cómo sería tu caso-. Agregó la chica.

-O sea que sigo vivo-. Digo algo aliviado pero a la vez confundido por no saber que me depara. -Ahora mismo en el mundo normal estás en un coma debido a cosas que te pasaron allí, llegaste al purgatorio a tener una oportunidad de volver a la vida, obviamente no será tan sencillo como uno piensa-. Comenta la parca.

-Karol, ¿verdad?, estás diciendo que estoy en coma y me están dando una oportunidad de vivir... ¿puedo saber lo que me pasó y qué tengo que hacer para volver a la vida?-. Digo con un tono de curiosidad, estando algo temeroso por dentro al saber que lo que tendré que hacer no se ve nada sencillo a simple vista.

-Respondiendo a tu primera pregunta, no está permitido saber los recuerdos de las personas que llegan aquí, ¿por qué? ni idea, son las normas del purgatorio. Y respondiendo a tu segunda pregunta, se te asignará una tarea, que será la siguiente: Evitar que cierta persona logre salir de aquí, puedes usar cualquier método contra él, mientras acabes con dicha persona lograrás cumplir con tu misión y así regresar a la vida-. Dice Karol, mirando fijamente la vela sin mostrar emoción alguna.

-Entonces, ¿sólo tengo que matar a una persona antes de que logre su tarea? no parece algo tan difícil a primera vista, ¿me podrías decir qué tarea tiene él?-. Digo algo emocionado y nervioso al mismo tiempo.

-Jaja... no creas que será así de sencillo-. Dice Karol soltando unas risitas. -No serán ustedes dos los únicos que estarán en el purgatorio, habrá mucha más gente haciendo diferentes tipos de tareas con el fin de regresar a la vida, y para que te vayas enterando, si mueres en el purgatorio, morirás en la vida real, y lo mismo si tu objetivo logra cumplir su tarea. Ah y sobre lo que preguntaste antes, no te puedo dar información sobre los que están aquí, lo tendrás que descubrir por tu cuenta-. Dice Karol encogiéndose de hombros.

-Mmmh... eso me lo pone algo difícil, ¿algo que me sirva de ayuda?-. Pregunto algo tenso, por no saber cómo debería empezar a buscarlo cuándo comience.

-Sip, toma-. Luego de decir eso chasquea los dedos para hacer aparecer un collar con un cristal transparente en la punta de este. -Este collar te servirá como guía, mientras más cerca estés de él, se comenzará a poner en un tono más rojo el cristal que lleva-. Comenta Karol para luego levantarse de la pequeña mesita.

-Y supongo que tú también me ayudarás, ¿no?-. Digo algo aliviado, apreciando aquel collar.

-Nop, yo soy una parca, yo solo me encargo de guiar a la gente que viene al purgatorio-. Dice mirándome fijamente. -¿Estás listo?-. Pregunta con un tono burlón.

-La verdad es que no... pero no tengo nada que perder por intentar, allá voy-. Digo intentando darme ánimos que no existen.

-Bueno, solo te puedo decir... buena suerte-. Dice Karol para luego chasquear los dedos nuevamente, al hacer eso, me comienza a dar sueño, quedándome dormido en cuestión de segundos.

Penas del purgatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora