Capítulo 2: ¿un aliado?

31 5 1
                                    

-Al recobrar el conocimiento, despierto en lo que vendría siendo una ciudad en ruinas, sin embargo, el cielo era de un color gris intenso, como si no hubiera color alguno. -Esto es... ¿el purgatorio?-. Pregunto susurrando a mí mismo.

-Comienzo a recorrer la ciudad sin rumbo alguno, sin saber a qué dirección comenzar a buscar dicho objetivo. -Esta cosa sigue sin brillar-. Digo mirando el collar que me fue entregado por aquella parca.

Luego de más o menos una hora, se escucha un disparo, hago un gesto de alerta para luego procesar que fue en una cuadra lejos de aquí.

-Por lo visto no es él-. Digo mirando el collar. -Deben ser otras personas al igual que yo... ¿debería ir?-. Me pregunto a mí mismo intentando elegir que sería mejor ahora mismo, después de pensar un buen rato, decido ir dónde vino aquel sonido.

-Espero que no me ocurra nada, pero tal vez haya cosas como una pistola o un cuchillo que me servirán para acabar con la vida de mi, por así decirlo, objetivo-. Me susurro mientras cuidadosamente me acerco a dicha zona.

-Al llegar encuentro balas reventadas por todo el lugar, como si hubiera sucedido un tiroteo hace mucho tiempo. Luego de rebuscar no encuentro nada importante, hasta que de pronto...

-Oye...-. Oigo una voz masculina muy tenue, cuando volteo a ver me fijo que había una persona sangrando en el piso apoyado en la pared de un edificio. -Ayúdame...te lo suplico-.

-Me quedo petrificado, sin saber qué hacer. Reviso mi collar y este no parece brillar, por lo que entiendo que no es mi objetivo. -¿Cómo sé que no me traicionarás?-. Pregunto lo más serio posible, cuando en el fondo tengo un temor muy grande.

-Te ayudaré en lo que quieras, solamente te pido que no me dejes morir-. Dice aquella persona, soltando lágrimas en su rostro. Parecía de unos 30 años, pelo castaño levantado hacia arriba, tez blanca pasando a morena, vestía un buzo marrón con zapatillas deportivas color negro. Me agacho a revisar que no tuviera armas consigo, al ver que no tenía nada con que defenderse suelto un suspiro.

-(Él no es a quien tengo que matar...así que supongo que tuvo que haber sido víctima de otra persona, ahora mismo me vendría bien un aliado, así que no me queda de otra)-. Digo para luego comenzar a ayudarlo. -Cuéntame, ¿qué te acaba de pasar?-. Digo mientras hago presión en la herida para así detener el sangrado.

-Digamos que quería hacer mi tarea, pero no me resultó demasiado bien...-. Dice aquel hombre, con una voz muy baja debido a lo que le pasó.

-Vaya, y podría saber de qué se trata tu tarea? -. Digo mirándolo de reojo.

-Mi tarea es...ayudar a alguien a cumplir su tarea-. Dice aquel hombre. Me sorprendo por su respuesta, eso me podría ayudar mucho.

-Pero...¿por qué te terminaron hiriendo, si tu tarea es simplemente ayudar a alguien?-. Digo algo confuso debido a que no me cuadra. El sangrado se detiene y aquel hombre se queda dormido.

-Lo que faltaba...-. Digo algo molesto por no poder escuchar la respuesta que quería. Cargo a aquel hombre y me lo llevo a uno de los edificios más lejanos que hay, miró el cielo y veo que se está oscureciendo.

-Bueno a esperar a que recupere la conciencia-.Digo mientras me relajo al lado de aquel hombre.

Penas del purgatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora