El Doctor, un hombre imposible, un extraterrestre de apariencia humana que viaja en su maravillosa nave, la TARDIS, a través del tiempo y el espacio, rescatando civilizaciones, luchando contra ejércitos de robots, salvando vidas y viviendo miles de...
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Los días pasaban. Missy se había hecho pasar por él sin mucha dificultad, era ciento que ahora vestía distinto; con una camisa roja, un chaleco negro con dibujos dorados en gallifreyan, pantalones y botas de tacón negros, a parte de usar maquillaje por primera vez desde que la fam la conocía; pero a pesar de ello pasó desapercibida, un control mental básico, como el que usó siendo Saxon, bastó para engañar las débiles mentes humanas.
Lo que no le gustaba tanto era tener que salvar vidas, pero cuando las mascotas del Doctor no estaban delante, cegaba un par de vidas para compensar y desahogarse.
Por otro lado, el verdadero Doctor seguía encerrado, Missy se había asegurado de ello a base de amenazarle con matar a sus amigos si él escapaba o trataba de vencerla de alguna forma. Todos los días iba a llevarle la comida, era su excusa para comprobar que no había escapado y asegurar los grilletes ya que él tardaba poco en quitárselo, no para escapar, sino porque le eran incómodos.
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Los días se convirtieron en semanas, dos semanas pasaron con el Doctor teniendo que soportar las burlas y regodeos de Missy, ella disfrutaba de humillarle, recordarle que era ella quién estaba viajando con sus amigos y, sobre todo, amaba ver su rostro de horror y desesperación cuando le recordaba sus amenazas hacia ellos si escapaba. Pero aquel día se pasó.
-¿Sabes qué he descubierto? - dijo ella con malicia dejando un cuenco de arroz y un vaso de agua delante de Doc.
-¿Que no se puede sobrevivir a base de migas de pan, arroz soso y agua? ¿Que aunque sea el niño eterno necesito mis tres comidas diarias como los demás? ¿O que simplemente no sabes cocinar? - respondió el hombre mirando con asco la comida, su cuerpo tenía mucho más aguante que el humano, pero a este ritmo moriría de hambre.
-Buen intento, - se burló dándole una patadita a la comida para acercarla más al Doctor - pero no. - no pudo contener una buena carcajada negando con la cabeza - Lo cierto es que ya lo sospechaba, es casi un secreto a voces, pero al fin lo he confirmado, entre en su mente y lo vi. Esa mascota tuya... ¿Cómo era?... Yaz...? Sí, esa,... ¿Sabes? Está colada por ti, Doctor, o al menos por tu anterior tú.
-Eso ya lo suponía.
-... Y eso que es más discreta que Marta... Veo que has mejorado en ese tema, te felicito - se burló.
-¿A dónde quieres llegar, Missy?
-OH! Sí, perdona. Es que estaba pensando que como ahora yo tengo tu anterior cuerpo, el que a ella le gustaba tanto,... Tal vez podría complacerla sus deseos ¿no? ¿Tú qué crees?
