Romance vampírico

161 16 3
                                    


Ella siempre había pensado que los libros de romance que incluían vampiros contenían pura basura fantasiosa, irreal, y hasta tóxica

¿Cómo podría alguien enamorarse de una persona cuyo amor rayaba en la obsesión?

- Jamás lo entenderé - decía.

¡Oh! qué equivocada estaba.

Miró el retrato que estaba sobre el buró de su habitación. Su propio retrato, en la fiesta de sus, en aquel entonces reales, 18 años. Fue en ese día que vida cambió para siempre, al conocerlo a él.

Ojos dorados, tez casi tan pálida como la muerte, con un par de rayas magenta en sus mejillas. Mirada intensa y fría; Cabello color nieve y una hermosura irreal

Era como ver un dios, aunque ciertamente demonio lo describía mejor.

En ese momento, supo que no volvería a ser la misma. Cayó presa de esa mirada hipnotizante y fue como poseída hacia él

- ¿Tu nombre? – Preguntó. Su voz profunda completaba la irrealidad de su existencia

- Kagome.

Y el hermoso demonio sonrió. Sabía perfectamente que esa mujer sería su compañera eterna, el dulce olor de su sangre se lo hacía saber. Tomó su mano y comenzaron a danzar. Era una suerte que ella hubiera elegido una fiesta al estilo victoriano, la modernidad no le sentaba bien

- Tú no lo has dicho...tu nombre...- quiso saber ella mientras seguían la música

- Sesshoumaru.

- Curioso- comentó- es igual al de aquel conde vampiro de las leyendas, al que todo mundo creía un youkai

- No soy una leyenda.

Y entonces se detuvo, levantó la mirada y lo observó. Sus ojos dorados ahora eran de un rojo intenso. Su corazón se encogió y quiso gritar, pero por alguna razón su garganta no emitía sonido alguno. Tampoco hizo nada por zafarse de sus brazos y huir; de nuevo esa mirada la hipnotizaba.

- ¿Porqué...? – Fue lo único que atinó a preguntar

- Eres mía...para toda la eternidad.

Y la besó, con una pasión que le quemaba los labios. Ni siquiera se dio cuenta de cuándo abandonaron la fiesta, ni de cuándo llegaron a su habitación. Sólo podía ser consciente de sus besos, de sus manos deshaciéndose de su ropa, tocando su piel; de ella misma respondiendo sus caricias y recorriendo el cuerpo de él con sus labios; del momento en que se hundió en ella, robándose su virginidad; de las mil y una veces que la hizo subir al cielo y bajar al infierno esa noche. Y, sobre todo, fue consciente del momento en que mordió su cuello y bebió su sangre; y después hizo que ella bebiera la de él.

Ya habían pasado 200 años de eso. Ambos habían hecho cosas que, de poder morir, los condenarían a una eternidad en el infierno. Habían matado y torturado por el placer de saborear la sangre de los humanos. Ella, a la que en su vida mortal muchos consideraban un ángel, se había convertido en un demonio como él.

Pero mientras estuvieran juntos, eso no importaba. 


Este drabble participa en la actividad de noviembre de #retosesshomenov 

Notas de la autora.

496 palabras. Estoy un poco oxidada, pero espero que con estos drabbles pueda volver al ruedo y sacar todas las ideas que tengo en mi cabeza xD

Ojalá les guste.

Si la pareja no es de tu agrado, pasa de largo por favor.

Y eso es todo. Nos vemos en la próxima.

¡Dios los bendiga! ¡Saiop!

Disclaimer: Inuyasha y todos sus personajes pertenecen a Rumiko Takahashi. 

Cuentos de un Lord y una SacerdotisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora