capitulo 14

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Por la ventana entraban los rayos del sol de una avanzada mañana y Kagome despertaba de lo que parecía haber sido un exquisito sueño, por la amplia sonrisa que mostraba mientras se estiraba, desperezándose , pero en un momento, al abrir los ojos, se encontró en un lugar que no se esperaba, un sitio conocido por ella, pero no era su habitación, sino...

-La habitación de mi madre???...- de súbito llegaron a ella una serie de imágenes, que serian, tal ves, recuerdos?... de cuando su madre, el abuelo y Souta, se habían mudado a una casa, cerca del templo, para que ella permaneciera a gusto en su antiguo hogar, junto a su esposo?...en ese momento la puerta se abrió, dando paso a ...

-Houjo¡¡¡....- exclamo la muchacha, casi con un grito histérico, mientras su joven esposo, entraba con una bandeja llena de alimentos.

-Buenos días, mi amor, te traje el desayuno- mientras decía esto posaba lo que traía a un costado de la cama y se sentaba junto a ella, que a Kagome , quien aun no salía de su sorpresa, le parecía inmensa, era visiblemente una cama matrimonial, de ella y de Houjo?...y a su mente vinieron otra serie de imágenes, pero esta ves lo que veía era su boda... efectivamente, su boda con Houjo, no entendió nada, entonces, que había pasado con Inuyasha?..., el solo nombrarlo y comprender la situación que vivía, le produjo un extraño dolor en el pecho, pero ella sabia bien que el dolor no era físico.

-Ya estas mejor?...-Pregunto el rompiendo el silencio sepulcral, que se había producido, ordenando cariñosamente, el cabello que caía sobre el rostro de la joven, ella no movió ni un músculo, habría preferido quedarse oculta entre aquellos cabellos

-Kagome?...- Insistió Houjo-

-Mejor?...-Fue lo que musito con un delgado hilo de voz, levantando levemente la mirada, dirigiéndose a los ojos del hombre frente a ella, buscando quizás una respuesta a la extraña sensación que tenia de estar recordando una vida, que no sentía como propia.

-Si...mejor, después del golpe...-dijo el joven con preocupación.

-El golpe?...- Kagome comenzó a visualizar la situación por la cual se había producido aquel golpe, del cual le hablaba Houjo, cuando se subió a una escalera, mientras intentaba decorar la entrada de la casa, por lo del cumpleaños...

-Decoraba, por el cumpleaños...- dijo en voz baja

-Si, estabas decorando, por el cumpleaños de Taka - concluyo Houjo con toda tranquilidad

Taka?... se pregunto Kagome, reconocía aquel nombre, sabia que alguien le había profetizado una hija llamada así, pero no lograba recordar quien?...

-Quiero descansar un poco mas...-dijo sin vida en la voz, suplicando quedarse a solas y tratar de comprender, por que aquel golpe, la había confundido tanto, al punto de nublar su comprensión, frente a lo que obviamente era su vida.

-Esta bien...-dijo el mientras se ponía de pie- pero prométeme que comerás algo...

-Si...-asintió ella sin la mayor intención de obedecer

El cerro la puerta tras de si, dejando a una confundida Kagome, sentada sobre la cama, mirando hacia la pared, como se esperara que ella le diera todas las respuestas a lo que ahora le sucedía.

Comenzaron a aparecer imágenes en su mente, sobre el DIA de su boda, la mudanza de su una familia, el DIA de su boda, el nacimiento de su hija, Sango... y su hijo... ahí logro delinear una sincera sonrisa, Miroku y Sango habían sido padres, de vez en cuando iba a visitarlos... pero en su mente no había nada sobre Inuyasha..., que paso con el?..., que había pasado con ambos?, el ultimo recuerdo que tenia de el fueron los momentos que pasaron juntos la noche en que ella volvió al Sengoku y no pudo evitar sentir sus ojos humedecidos por las lagrimas... en ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos, por alguien que abrió la puerta de manera in tempestuosa, era una niña, de unos 4 años de edad, tenia un largo y hermosos cabello azabache, recogido el una cola, traía puesto una sombrero de bruja con un velo que le cubría el rostro hasta la nariz y en ella traía una verruga pegada, corrió desde la puerta , hacia la cama en donde estaba su madre y se abalanzo sobre ella, armando tal alboroto que Kagome no pudo menos que prestarle atención, mientras le tomaba la mano y comenzaba a tirar de ella.

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