capitulo 21

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Cayo de rodillas sosteniendo la madera en sus manos, queria llorar, llorar como no recordaba haberlo hecho y asi fue, comenzaron a caer las pesadas gotas desde sus ojos en forma inagotable, .... abrazaba desconsolado la tablilla y continuaba mojando su haori, con todas las lagrimas que brotaban, como unica muestra tangible de un dolor inexplicable...

De pronto sintio como una mano se apoyo sobre su hombro, y la sorpresa lo hizo escapar, si escapar, era tanta su conmocion, que no tuvo aquella reaccion tan conocida de defensa, la verdad se veia como un pobre chico indefenso, sentia que le habian prohivido de lo mas hermoso que poseia y ahora este intruso,... de un salto se arrincono, con la espalda apoyada en la pared, aun sentado en el piso y sin soltar la cruel muestra de que su amada ya no pertenecia al mundo de los vivos, su Kagome, estaba muerta, Muerta... era la frase que se repetia sin compasión alguna dentro de su cabeza.

Por un minuto se detuvo a observar a quien habia sido el causante de su sobresalto y vio frente a el la sombra de lo que parecia ser una niña, y de pronto, suavemente el aroma... de Kagome???

El hanyou parecia una criatura asustada y confundida, mientras la niña comenzaba a acercársele, saliendo de este modo poco a poco de la oscuridad en la que se encontraba.

-Quien eres...????.- saco la voz con muchísima dificultad Inuyasha, sin poder disimular la sorpresa que le causo ver a la pequeña-... tus ojos... y tu cabello... – le dijo, mientras los ambar de el se abrian cada vez mas grandes, se paso la manga de su haori por ellos, para quitar los restos de liquido de ellos, y tal vez la alucinación que tenia enfrente, pero la niña seguia ahí y se observo en las doradas pupilas de ella.

-...tu cabello...- susurro melancolico, pues tan negro como la noche mas oscura que recordara, tan negro como el de ella...y de pronto a su mente vino la imagen de su Kagome, de aquella vez, de su negro cabello en contraste con su blanca piel, frente a este pensamiento apreto nuevamente la tablilla con sus manos, bajando la vista.

La niña comenzo a acercarse al hanyou poco a poco y cuando ya se encontro frente a el, este levanto su mirada, para verse reflejado en aquellos dulces ojos dorados, ... ella se arrodillo junto a el y puso su mano sobre la suya, cuantas veces Kagome habia hecho lo mismo???... ver a la pequeña en esa actitud se la recordaba aun mas,.

-Quien eres...????-volvio a insistir, sin saber muy bien por que lo hacia, pues conocia bien la respuesta.

-Ya no sufras papa- dijo ella con mucha serenidad, sin despegar su amable mirar de el.

Inuyasha continuaba observándola con mucha curiosidad, como podia pedirle que no sufriera???, si el al perder a Kagome, habia perdido su alma entera, pero algo le indicaba que debia escuchar.

-Eres mi hija????...-

-Taka, si soy Taka- afirmo- no debes sufrir mas por ella, aun puedes salvarla...

-Salvarla???...- el corazon de Inuyasha dio un vuelco impresionante, una pequeña esperanza estaba reviviéndolo.

-Si, mama solo necesita que encuentres la fe dentro de tu alma.

-Fe???...

-Yo estoy ahí con ustedes, estoy con ella ahora, lucha y no nos abandones....

-Que tu??...-

-Lucha... tu lucha ahora es diferente, debes creer en Kami con todas tus fuerzas...

Inuyasha no sabia que decir, solo intentaba ordenar de manera logica sus pensamientos y entender todo lo que la pequeña le decia, “yo estoy ahí con ustedes”, fue la frase que se repitio en su mente, ... acaso Kagome?...

-pero como...- quiso preguntar el hanyou, pero no termino sus palabras, cuando la niña, poso una de sus manitas sobre los ojos de el obligándolo a cerrarlos.

-Despierta y ve...- dijo dulcemente, una voz que sonaba a sus oidos, tan dulce como la de su Kagome, con su mano tomo la de la pequeña, era la misma calidez de las manos de su mujer y asi la sostuvo unos instantes sin abrir sus ojos...

Cuando abrio nuevamente los ojos, se encontro con una escena que le resulto desagradablemente familiar, continuaba ahí tirado, solo que habia logrado llegar lo mas cerca posible de Kagome, tanto que tenia tomada su mano, era la misma calidez, claro que lo era.

Se incorporo sobre sus rodillas lo mejor que pudo y observo lo abatida que se veia Kagome apoyada contra aquel arbol, tal y como habia quedado después del golpe que recibio, pero era un alivio saber que estaba viva aun, pero por lo que sus agudos sentidos lograban captar, el corazon de la joven latia cada vez con menos fuerza, se acerco mas a ella estaba muy fria la acomodo en su regazo y comenzo a acunarla, tenia un dolor enorme en el corazon, era una extraña sensación como si algo se abriera paso a travez de el.

Observo hacia un costado y se encontro con la figura que le parecio ver antes de ser transportado a aquel estado en el que habia visto su temor mas enorme, perder a su Kagome, y frente a ellos, defendiéndolos de los ataques de Galagrier y Mashier, estaba Anyara, quien con bastante dificultad, lograba mantenerlos a salvo...que puedo hacer?, fue la pregunta que Inuyasha se hacia en su mente.

-Ora... – fue la respuesta que recibio de parte de Anyara

-Pe... pero...- balbuceo

No comprendia como aquella mujer habia podido saber lo que el pensaba y mas aun, repetia lo que Kagome le dijiera anteriormente...

-Ora...- insistio Anyara- hazlo como lo hizo ella, para salvarte...

Inuyasha quedo por un instante con su mente en blanco, pero luego vinieron a el la palabras que habia oido antes, “mama solo necesita que encuentres la fe dentro de tu alma”, “yo estoy ahí con ustedes”, en ese momento miro a Kagome y comprendio que solo debia tener fe, que aquello que parecia querer salir de su corazon, era eso, su fe, fe en que el amor de los dos seria suficiente y abrazo a su amada, traspasándole a travez de aquel abrazo todo su amor, y comenzaron nuevamente a brillar con luz rosa, resplandecían ambos dentro de una esfera hecha de amor, que crecia y crecia cada vez mas, el corazon de Kagome comenzaba poco a poco a latir con mas fuerza y ya no estaba tan fria...

-Vuelve a mi...- le dijo en un susurro junto a oido a la muchacha-

amor de otra época Donde viven las historias. Descúbrelo ahora