¿Me creen si les digo que quiero volver al hospital abandonado? Quizás sea suicida, quizás sea la idea más estúpida de todas, pero hay cosas que me faltaron ver... Como la morgue, por ejemplo.
—Rose
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Volver a la Sala de Reuniones dejó a Francis con sentimientos encontrados. Por un lado, tenía que decir que su pasión por el arte le revoloteaba en el pecho al ver una habitación tan finamente decorada, con acabados glamurosos, de muy buen gusto y con una historia que transmitía a simple vista. Por otro, era un recordatorio de haber estado en lo correcto en un inicio, y quizás sea eso y la estúpida fotografía quemada que ahora podía ver con más claridad por la luz de la tarde, lo que le producía un escalofrío marcado en toda la espina... Y esa bendita sensación de salir corriendo de una jodida vez por todas.
—Gilbert lo encontró cuando estábamos a punto de regresar a buscarte —explicó Antonio mientras sujetaba con fuerza su propio brazo—. ¿Qué es?
Alexander se agachó con cuidado y pasó la palma de su mano sobre la irregularidad marcada en el piso.
—Claramente, un desnivel.
Gilbert hizo un mohín en su sitio. Sentía que era mucho más que eso. Debía ser mucho más que eso.
—Algo que no fuera tan evidente, cejas.
El inglés se puso de pie sin decir más mientras se sacudía las manos y, posteriormente, los pantalones.
—¿Qué quieres que te diga? ¿Qué es un pasillo secreto? —se burló—. Tuvimos suerte con lo del Estudio ¿Pero en serio? ¿Apelar a esto? Es completamente estúpid-
Y no pudo acabar la frase porque el alemán, dispuesto a probar su punto, pisó el desnivel con fuerza y observó a todos lados apuntando con la linterna. Alexander puso los ojos en blanco y, a nada de demostrar que el punto era ilógico, fue callado por un click que se extendió desde el piso y se repitió por las paredes, soltando una nube marcada de polvo delante de los tres, en la pared que tenían al frente. El rostro de Gilbert se iluminó, en tanto un sentimiento agridulce se extendía entre Antonio, Francis y Alexander, quienes no sabían bien qué decir ante el descubrimiento.
—Vamos a entrar.
—¡¿Acaso has perdido la cabeza?! —Francis avanzó hasta ponerse delante de Gilbert y tomarlo por los hombros—. ¿Es que no has aprendido nada después de lo de ayer?
Antonio tartamudeó un poco en su sitio, antes de decidirse por una postura seria.
—Francis tiene razón —respondió—. El plan era venir por las cámaras y largarnos de aquí antes de que oscureciera ¿No es cierto?
Alexander, encendiendo la linterna que el trío de idiotas le había facilitado en su camino, se acercó a la puerta y trató de vislumbrar algo, ignorando la discusión de sus compañeros de clase.
—Es una escalera —susurró finalmente, captando la atención de los tres.
¿Qué carajos habían tenido en la cabeza sus antepasados para diseñar algo como esto?
Se acercó mucho más movido por la curiosidad, descubriendo una delgada y comprimida escalera metal de caracol con una plataforma del mismo material que marcaba el inicio de los peldaños. Avanzó un poco más ante la mirada atónita de los tres y Alexander, asomándose lo mejor que podía mientras aún se sentía a salvo, descubrió un detalle particular que nunca había oído de sus tíos ni encontrado entre los viejos registros.
Silbó.
Quién sabe cuántos años habrían pasado desde que esta puerta fue abierta por última vez.

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Missed you so
FanfictionLa curiosidad por una vieja historia familiar y una casa abandonada puede ser la clave que necesita para darle un buen final a su aburrida vida universitaria... o, simplemente, sea la razón por la que caiga directamente al infierno. AU: Humanos Ship...