¿Se acuerdan que les dije que este fic tenía cuatro finales? Pues bien, entre tantas cosas, estamos a cinco capítulos del primero de ellos. Así como voy, calculo que este fic tendrá un promedio de veinte o veinticinco capítulos más un epílogo (el cuarto final).
—Rose
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Subieron lentamente, en completo silencio. Los pasos eran insosteniblemente lentos y marcados, casi como si se hubieran puesto de acuerdo respecto al ritmo. Todos habían acordado no decir ni una sola palabra o queja a menos que la situación lo ameritase, prefiriendo prestar atención a los chirridos del metal en favor a evitar una caída que les pudiera costar la vida.
Quizás no había resultado ser una buena idea.
Antonio alumbraba firmemente hacia arriba, dispuesto a dar aviso si veía alguna anomalía en los peldaños que Gilbert tenía por delante. Le costaba enormemente reprimir el nerviosismo de enfrentarse a un peligro completamente real —porque una caída al vacío era mucho más peligrosa que cualquier ente sobrenatural habido y por haber—, pero tampoco era de los que dejaban a su grupo atrás, por un código propio de ética. Sin embargo, empieza a creer con cada paso que da que tal vez una primera vez empiece a ser necesaria.
—Ya falta poco —murmuró el alemán, apuntando con la linterna hacia arriba.
—¿Para el segundo piso? —respondió el inglés con sarcasmo—. Claro que sí.
Gilbert rio entre dientes, deteniéndose por unos segundos al llegar a la segunda plataforma, encontrándose con una puerta simple, casi desapercibida, con una perilla discreta. Se giró hacia atrás y alumbró al inglés con su propio haz de luz.
—¿Dónde nos llevaría esto si decidiéramos abrirla?
Alexander se quedó callado por unos minutos, haciendo memoria de los planos de la casa. Los dos últimos en la fila se habían detenido a escuchar, cada uno a dos escalones del otro.
—Supongo que al lado que no pudimos ingresar —respondió finalmente—. Incluso podríamos terminar al frente del pasillo sin piso. Quién sabe.
Francis sintió un escalofrío recordando su propia desgracia.
—¿Y si...?
—No —respondió el español, alzando la voz—. Quedamos en algo. No pienso exponerme por otra razón más, aun si valiera la pena.
El francés suspiró, cerrando los ojos por un momento.
—Sería lo más sensato —agregó—. Tenemos suficiente con todo lo que ha pasado y hemos visto hasta ahora. Hasta los amigos tienen un límite, Gilbert, y ya llegamos al nuestro.
El albino exhaló con pesadez y miró a quien fue su aliado hasta hace algunos momentos en busca de apoyo. Alexander simplemente relajó sus hombros y negó con la cabeza.
No había más opción.
—Bien, bien —bufó el jefe del grupo—. Volvamos al plan anterior.
Y muy a pesar suyo, retomaron la senda de metal nuevamente en silencio. Gilbert suspiró, ahora con la astilla clavada de haber dejado algo que quizás resultara importante, en tanto Alexander se remitió a tomar el juego de llaves que trajo consigo y buscar una que pudiera abrir la puerta que se encontrarían al frente, mas no halló ninguna. Ni una sola respecto al ático.
¿O es que era una maldita señal para decir que se fueran de ahí de una vez?
Estuvo a punto de decírselo al alemán, pero este ralentizó sus pasos una vez estuvo delante de la sencilla puerta de madera que, se suponía, les llevaría al ático de la casa. Gilbert devolvió la vista hacia atrás observando a sus compañeros, recopilando todo el valor que le quedaba. Asintió después de unos segundos y fijó nuevamente su atención en la puerta, estirando la mano con cuidado hasta el picaporte mientras que, con la otra, iluminaba hacia el frente, preparado para lo que fuera a descubrir tras la madera. Tomó aire y giró la perilla lentamente, sintiendo el corazón latirle desenfrenadamente en el pecho y...
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Missed you so
FanfictionLa curiosidad por una vieja historia familiar y una casa abandonada puede ser la clave que necesita para darle un buen final a su aburrida vida universitaria... o, simplemente, sea la razón por la que caiga directamente al infierno. AU: Humanos Ship...