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⇆ ◁ || ▷ ↺ : 𝚏𝚕𝚘𝚛𝚒𝚍𝚊 𝚔𝚒𝚕𝚘𝚜 - 𝚕𝚊𝚗𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚛𝚎𝚢.
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— ✧ LONDRES, INGLATERRA. AGOSTO, 1973. ✧ —
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su cabello estaba esparcido por la vieja y dura cama, nada comparable a la de brian y sus ojos estaban perdidos en contemplar el distorsionado techo y como un agujero se formaba sobre su cabeza, uno que permitía ver la negrura de la noche.
sonrió al mirar el cielo estrellado.
sonrió drogada.
giró su cabeza y entonces lo vio a él, tan hermoso como siempre. caminaba hacia ella y sonreía con ternura.
faith fantaseaba con cabellos rubios y ojos azules, con piel pálida y labios finos y rosas.
con colores, con un arcoíris.
bailaron toda la noche, blues melancólicos y lentos en medio de cálidos abrazos.
o eso alucino faith.
y supo que nada de aquella feliz imagen mental era cierto, al despertarse tan sola y enferma como cada mañana.
la cabeza le daba vueltas y los vacíos recuerdos de la noche anterior aparecían lentamente, devolviéndole la conciencia de la peor manera.
sus ojos se llenaron de lágrimas y aunque nadie la viera, tapó su rostro con vergüenza al recordar que no se había resistido a los bajos tratos de su madre y clientes.
le había fallado a john.
no había resistido, no había peleado como su lindo rosa se lo había pedido.
—lo siento, deaky.— susurró tironeando la tela del vestido negro floreado que él le había regalado ya que aún lo llevaba puesto al no haber podido cambiarse. —no soy tan fuerte como piensas.—
cabizbaja, salió del cuarto, caminó hasta el pequeño baño de su casa y tomó una ducha de agua fría como acostumbraba porque no tenía servicios de calefacción.
pero más que el malestar de la baja temperatura, tenía otra sensación desagradable en su cuerpo. algo la atormentaba de forma desesperante y no reconocía que.
limpió su cuerpo, tratando de sacar con ello, los rastros de las caricias indebidas que había recibido la noche anterior. no le gustaba sentir las viejas manos de aquellos hombres en sus pechos o nalgas.
se envolvió en una toalla y regresó a su habitación ya que había olvidado su ropa.
tropezó repetidas veces en el pasillo y el hormigueo escalofriante continuaba en ella, tan fuerte como la inestabilidad de su mente.
