𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝘆 𝘁𝘄𝗼.

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→   CAPÍTULO TREINTA DOS.

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LONDRES, INGLATERRA.
OCTUBRE, 1973.

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la tela roja de un precioso vestido tras el cristal, capturó la atención de faith mientras caminaba al encuentro de su amado. el terciopelo lucía más suave que su propia y pálida piel.

en el vidrio, pudo ver su reflejo a uno de los costados del maniquí y era una imagen desastrosa, apagada y opaca. la reciente herida en su labio inferior era evidente además de dolorosa y sus ojos tristes parecían estar tan oscuros como la vieja ropa negra que llevaba.

sintió pena por sí misma, aún cuando no acostumbraba a compadecerse de su propia situación. sintió vergüenza de llegar en tales condiciones ante roger en su primera cita oficial.

suspiró y metió su mano en el bolsillo de su hoddie gris, aquel que usaba la mayor parte del tiempo a pesar de la suciedad de la tela y es que la verdad era que no tenía más para vestir.

dentro de la bolsa, sintió los últimos billetes que le quedaban del dinero que john le había dado hace algunos días con el propósito de que se alimentara.

hizo una línea con sus labios. había gastado la mitad en algunos víveres que comió y en otros que guardo cuidadosamente en su habitación, además estaba acostumbrada a la sensación de fatiga y hambre en su estómago. ¿qué sería un par de días más?

se rehusaba a ser tan poca cosa para él.

cerró su puño, arrugó los billetes y sintiéndose decidida, entró a la tienda. la campanilla de la puerta sonó tras ella, captando así la atención de las dos vendedoras en el mesón de pago.

eran dos chicas bastante lindas, una pelirroja y otra castaña y vestían un uniforme de dos piezas con una pequeña placa que señalaba sus correspondientes nombres. ambas la saludaron cordiales.

se dirigió al lugar del vestido, observándolo esta vez por la espalda. tenía un largo y un escote prudente.

pero hubo algo más que capturó su atención y fue el que la tela se apagará por completo a la estereotipada figura del maniquí. simulaba curvas definidas y par de nalgas redondas y levantadas.

giró el muñeco, percatándose de que también estaba hecho para senos formados y grandes.

tragó saliva. ella no tenía ni la mitad de eso.

sintiéndose algo decepcionada, se volteó dispuesta a pedir ayuda a una de las muchachas y así encontrar algo apropiado para su contextura. el par conversaba algo a lo que ella no prestó demasiada atención ya que se quedó mirando como ellas si cumplían con el estándar del vestido.

𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐒  ✿︎  roger taylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora