17.

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Capítulo 17.

Christoph
Hace más de una semana que yo no veo a Till, después de la grabación y los estrenos del nuevo material no he sabido nada de él ni de los chicos, bueno, solo por redes sociales y eso es muy poco ya que no solemos subir muchas cosas por eso de la privacidad que creo ya no tenemos...

En cambio Zonja hace un par de días lo vió, ya que salieron a una cita y esas cosas que me incomodan un poco ya que ella para mí desde que la conocí lo es todo, por ella deje todo atrás, mi relación con Ulrike, ver a mis hijos diario, ser un esposo, un papá, lo dejé todo. Es confuso, ya qué vivimos juntos, hacemos todo, realmente todo juntos, dormimos juntos, comemos, vemos series, salimos inclusive nos bañamos juntos.
Es una chica que realmente vale la pena luchar por ella aunque quizá no sienta lo mismo por mí...
Siempre divagaba en mis pensamientos cuando la veía ser ella, cuando ríe de mis tonterías, cuando come helado en el sofá mientras yo trabajo en mi laptop.

Hasta que el sonido de notificaciones de mi celular me sacó de mis pensamientos. Era Lindemann.

***
-Ey, Hola Christoph.
-Hola.
-¿Que harás hoy en la tarde noche?
-Realmente nada, estar con Zonja como las últimas semanas.
-Necesito hablar con ustedes, Zonja y tú. Los veo en el restaurante donde siempre la banda se reúne, a las 6:00 vale?
-¿Todo bien?
-Allí veremos.
-Vale.
***

Después de leer que quería hablar con nosotros se me heló el cuerpo. Sinceramente no quería verlo pero no sé me ocurrió pretexto alguno así que solté el celular y me quedé pensando en que me iba a decir.

-¿Todo bien?—me preguntó Zonja quién estaba en el sofá frente a mi.
-¿Eh? Si, era Till— respondí serio.
-¿Qué te dijo?
-Que... Lo viéramos hoy en un restaurante, quería hablar con nosotros... ¿Sabes sobre que quiere hablar?— pregunté esperando una respuesta concreta.
-Em...nop, de hecho ayer fue la última vez que hablé con él— decía Zonja mientras se sentaba en mi regazo y tomaba mi cabello— Tranquilo, quizá es trabajo o algo con la banda— decía tratándome de reconfortar, y lo hizo un poco.
-Espero y sea eso— le dije mientras le daba un beso. Ella solo sonrió, se levantó y fue a la habitación mientras me veía con esa cara tan pícara que no evito no poder seguirla.

Me recargue en el umbral de la puerta mientras la veía agarrar un par de toallas de baño y entrar al baño.

-¿No vendrás?— me decía Zonja con una sonrisa pícara dejando caer mi camisa que traía puesta y dejando ver su cuerpo desnudo a lo que no evité hacerle caso e ir inmediatamente con ella.
Al entrar al baño la tomé de la cintura besando su cuello y bajando por su espalda mientras sentía como su respiración se agitaba.
Volteó y la bese, un beso apasionado esperando que nunca acabará, recorría cada espacio de su boca mientras la hacía ir para atrás hasta terminar de arrinconarla contra la pared.
A un lado estaba el lavamanos en el cual la senté en el y le di otro beso mientras le tocaba aquellos senos lindos y redondos a los que ella reaccionaba con jadeos que yo callaba con besos, mientras tanto ella me quitaba la camiseta.
No pude esperar más y metí dos dedos en ella a lo que ella jadeo aún más fuerte diciendo mi nombre, después de un par de embestidas, la vi tener un orgasmo y sentí salir un líquido cálido que salió de ella, saqué mis dedos y acaricié con ellos sus labios a lo que ella lamió mis dedos, todo esto hizo que tuviera poco a poco una erección y Zonja, al verla, bajó del lavamanos para bajar mis pantalones y ropa interior.

-¿Puedo?— preguntó poniéndose de rodillas frente a mi, yo solo asentí con la cabeza.

Tomó entre sus manos mi miembro y empezó a hacer que mi erección despertara aun más subía y bajaba lentamente haciéndome soltar un par de jadeos.
Solo sentí su lengua en la punta de mi miembro mientras poco a poco se lo metía a la boca. Yo solo tomé su cabello para ayudarla, sentía como lo metía y lo sacaba. Estabamos tan calientes que la situación se volvió más salvaje, la tomé de la cabeza para ayudarla a embestir más, ella solo arqueaba cada que la embestía, una, otra, otra y otra vez, yo me sentía en el paraíso con ella, no me podría cansar de hacer el amor con ella.
Ella sabe cómo ponerme caliente, no importa si estamos solos o en la calle, sabe cuándo quiero algo romántico o no.
Solo sentí un orgasmo que me hizo gemir fuerte y terminar en su boca a lo que ella no reprochó nada y eso me gusta. Sabemos que hacer en que circunstancias.
La ayudé a levantarse de allí y la volví a besar sin importar que yo había terminado en su boca. Abrí la regadera, la tomé entre mis brazos y la recargue en la pared mientras la penetraba lentamente mientras caía el agua cálida en nosotros, esto hacía que el vapor en el baño aumentara.
Poco a poco empecé a embestirla cada vez más fuerte mientras besaba su cuello, sentir sus uñas arañando mi espalda hacía que me pusiera más caliente, sus gemidos nuevamente los callaba con besos profundos que la falta de aire nos hacía parar. Hubo un momento en el que los dos pegamos nuestras frente y luego de eso, nos corrímos al mismo tiempo, esto jamás lo había sentido con alguien más, es una sensación tan placentera sentir nuestros líquidos chocar dentro de ella. Terminamos demasiado agitados y acalorados, estuvimos un par de segundos en la misma posición. La bajé de la pared y le di un beso cálido para después bañarnos, la ayudé a enjabonar su cabellos y
espalda, ella igual me ayudó a enjabonar mi espalda.
Verla desnuda, teniendola para mí era la mejor sensación.
–Relamente estoy enamorado de Zonja– pensé mientras tallaba delicadamente su espalda. Le di un beso en el hombro mientas terminábamos de bañarnos.
Tomé una toalla y se la pasé a Zonja para secarse y yo solo me puse una en la cintura para salir y poder cambiarnos ya que debíamos ir con Till, esto lo había olvidado por completo hasta que salimos de la ducha.

Comenzamos a vestirnos, no íbamos tan arreglados ya que no era una cena tan importante al parecer. Pantalón, camisa y zapatos de vestir y Zonja un vestido holgado negro y unos botines.

-¿Lista amor?— le pregunté mientras me terminaba de poner un reloj.
-Si, solo un minuto— decía mientras terminaba de arreglarse el cabello y ponerse los zapatos.
-¡Ya es tarde!— le decía apresurandola. Aunque ella diga que no es cierto, si se demora un poco en arreglarse.
-Te alcanzo abajo, adelántate— me decía mientras se abrigaba los zapatos a lo que yo hice caso y bajé para encender el auto.

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Till
Antes de ir a la cena con Cristoph y Zonja me arreglé un poco, un pantalón negro, camisa blanca, un saco y una botas formales, un poco de loción. Sé que es muy loca la propuesta que tenemos Zonja y yo hacía Schneider pero, nada perdemos con decirle, si su elección es no, la única que quedaría entre la espada y la pared sería Zonja. Temo perderla, lo admito pero si elige a Chris solo le pediré que la cuide y muy bien. Tomé las llaves de mi camioneta, no estaba a más de 20 min del restaurante asi que conduje despacio analizando cómo le diremos esto a mi amigo...

-Buenas tardes, Señor Lindemann— me decía el valet parking.
-Buenas tardes— le respondí con una sonrisa, ya conozco a los trabajadores de aquí desde el chico del parking hasta el dueño de este lugar. Entré al sitio y me recibió el chef.
-Hey Till, ¿cómo estás?— decía feliz mientras me saludaba de mano y me abrazaba.
-Muy bien ¿y tú?— le dije con una sonrisa.
-Excelente, toma asiento— decía mientras me indicaba la mesa que estaba reservada— ¿Deseas tomar algo mientras esperas a tus invitados?
-Una copa de champagne está bien— decía mientras tomaba asiento.
-Enseguida— decía para después irse a la cocina. Aveces tener mucha atención de la gente me pesa, está bien, me gusta, pero es cansado. No esperé más de 15 minutos cuando ví llegar a Christoph acompañado de una bella mujer— Zonja— dije en voz baja mientras me levantaba de mi lugar para saludarlos.
-¡Till!
-¡Zonja!— dije feliz por verla después de un par de semanas— Wow te ves increíble— le dije mientras la saludaba de beso y la recorri con la mirada.
-Till, que gusto de verte hombre— decía Christoph mientras me saludaba con un abrazo.
-El gusto es mio amigo, tanto sin vernos que realmente te extrañé— le dije en tono burlón a lo que los 3 reímos— eh... Tomen asiento, vengan— les dije mientras tomaba la silla para ayudarle a sentar a Zonja.
-Y bien, ¿a qué se debe está cena?— decía Christoph un tanto curioso.
-Mejor, primero cenemos— decía Zonja tomándolo de la mano.
-E...sta bien— decía intrigado.

Llegaron las cartas y pedimos cada 1uien un delicioso platillo, mientras que conversábamos sobre cualquier cosa banal de la vida.
Chris contó como habían quedado las cosas con su ex esposa Ulrike, yo lo que había hecho durante estás semanas y Zonja solo nos escuchaba.
Terminando el chef nos regaló un mousse de fresa que estaba delicioso.

-Y bien, ¿por fin puedo saber?— decía Christoph mientras comía el postre.
-Bien, ya sabras— le dije mientras veía a Zonja en complicidad.
-Depende de tú decisión serán los acuerdos.
-¿De qué hablan? ¿Los dos son cómplices?— decía nervioso dejando a un lado la comida.
-Si, los dos sabemos...
-Ya dilo, Lindemann— decía mientras me veia serio.
-Bien, como sabes...Zonja salió conmigo la vez pasada, y...desde que la conocí por Instagram me... gustó tu me conoces Schneider, sabes cómo soy pero realmente ella me hizo cambiar, suena muy trillado pero es real...y... Se que a ti también te gusta, por eso y demás cosas terminaste con Ulrike...
-No, no pienso "regalártela"— decía haciendo movimientos con las manos mientras se cruzaba de brazos.
-No, ni yo te la regalaría— le dije riendo un poco con nerviosismo.
-Lo que queríamos hablar— intervino Zonja mientras se limpiaba con la servilleta— es que... No será así para siempre...pero, podemos tener una relación de 3, tu, yo y Till, claro si estás de acuerdo.
-¿¡Que!? ¿En verdad piensan que aceptaré? Están locos. Los dos— decía serio Schneiderr y señalandonos.
-Piensalo Chris, sería algo nuevo y pues no perdemos mucho, como dijimos, no será para siempre, tarde o temprano Zonja tendrá que elegir entre los dos.
-Realmente son raros los dos. Tendría que pensarlo, no es algo fácil. Compartir a mi novia con uno de mis mejores amigos.
–Está bien, piénsalo, Zonja y yo estamos dentro, solo faltas tú— le dije mientras tomaba a Zonja de la mano y le daba un beso en la boca para ver la reacción de Chris que solo fue refunfuñar y vernos serios a lo que nosotros reímos.

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