11.

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Capítulo 11.

Christoph
Salí de la casa algo alterado, corrí hacia el taxi, pregunté cuanto era y le pague al señor, agradeció y me acerqué donde estaba Zonja, mientras veiamos que el taxi se alejaba.

-Ven, pasa, es muy temprano y hace algo de frío.

Dije, tenía sólo una bata de color negro, estaba en boxers, Zonja tuvo suerte de que haya escuchado mi celular sonar ya que a veces mi sueño es algo pesado.

Aquella hermosura lloraba y estaba asustada, lo sabía, tal vez no la conozca tan bien pero si conozco esos ojos, aún estaba en trance, sus pupilas me lo decían.

Al entrar la llevé a la cocina y la ayudé a sentarse.

-¿quieres un café?
- no, no quiero nada, Chris...— llora y yo voy rápidamente donde ella está y la abrazo.
-tranquila... ¿qué pasó, Zonja?
-sé por qué Till se fue del restaurante ayer...
-¿Por qué?
-para acostarse con otra chica...— empezó a llorar de nuevo.
-Oh, linda...— la abracé más fuerte y ella sólo se sostenía de mis brazos— él parecía algo molesto ayer, no sé si fue a hacer tal cosa. Puede que...
-Yo los vi...— Al escuchar eso la dejé de abrazar y la vi a los ojos algo exaltado— lo vi con una chica demasiado bonita y tenía cuerpo y cara de modelo... se veía joven y...
-No me importa como era tal persona, Zonja, ¿cómo los viste si estabas con Richard?
-Oh... bueno, yo me fui de su casa ya que mis cosas estaban en casa de Till y bueno... pasó eso, eso sí, se veía muy mal, olía a alcohol y se veía muy cansado.
-Vaya... bueno, no me sorprende de él, Till hace ese tipo de cosas, al parecer... Rammstein refleja todo lo oscuro de él, al igual que su banda con Peter.
- No debí de enamorarme tanto, ni si quiera tomarme en serio lo que se suponía que tenía con él... Y no somos nada, él puede hacer lo que sea, no tengo derecho a reclamarle ni una mierda.

Habló algo frío y se limpió sus lágrimas aunque le salían más, le dije que me iba a cambiar, mi plan por ahora sería llevarla de nuevo con Richard, la verdad me encantaría que Zonja se quede conmigo pero sería algo incómodo con Ulrike aquí. Hablando de ella, no podemos tardar tanto tiempo aquí ya que ella puede venir en cualquier momento.
Me puse algo cómodo y mi abrigo, agarré mi celular y cartera y bajé y caminé a la cocina.

-Vamos, te llevaré con Reesh y yo me encargo de tus cosas, las pasaré a buscar.
-Muchas gracias, Chris... pero no quiero molestar a Reesh, tampoco a ti, y no sé si esto aún sigue en pie...—Sus lágrimas empiezan a brotar de nuevo y yo la agarró de la cara, la acerqué a mi para que me vea a los ojos.
-¡Escuchame, no permitiré que tu trabajo con nosotros termine, y si pasa yo te contrato sólo para mi! ¿entendido?, me encargaré de ti y no te preocupes por lo demás, yo te lo daré, todo lo que necesites... Y no aceptaré peros.
— sonrió y me abrazó— gracias...
-no hay de que, haría lo que sea, Zonja, por ti...— le di un beso en su cabeza.

Salimos de la casa y nos subimos a mi camioneta, el camino fue algo silencioso, aunque le decía por momentos que todo iba a estar bien, que cualquier cosa me puede decir y yo ayudaré, su casa de Reesh era algo lejana pero llegamos a buen tiempo, al bajarnos de la camioneta Reesh abrió la puerta, lo vi algo nervioso.

-No sabía dónde estabas, Zonja, ¿cómo llegaste con Christoph?
-Bueno, aquí la tienes, pasó un problema pero todo estará mejor pronto— sonreí y vi a Zonja, ella sonrió pero de nuevo bajó su cara y seguía con esos ojos tristes.
-pasen.

Dijo Reesh y lo hicimos, Richard acompañó a Zonja a su habitación, escuché que le ofreció algo de comer pero a lo mejor y no quiso, caminé hasta la habitación y me apoyé en el marco de la puerta.

Pálido Infierno. | COMPLETA. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora