-. I'm sorry... || ❝ CanUcra ❠

O7

- Mghhg.. - La luz que provenía de la ventana era abundante, incluso hasta molesta, el sol parecía brillar con bastante intensidad aquel día. Canadá solo se quejaba, no había dormido de lo mejor en la noche, ya que se había despertado varias veces y terminó por no dormir un buen par de horas, y bueno, mientras tanto Ucrania... A pesar de que ya estuviera durmiendo en el piso por haberse caído de la cama, bueno, seguía dormido.

Se sentía cansado, y su cuerpo estaba más pesado de lo normal, sus ojos también ardían un poco y estaban ligeramente hinchados por una razón. Luego lo recordó, México... El Norteamericano movió ligeramente su cabeza tratando de borrar aquel recuerdo, pensar que ya no estaba con él lo hacía sentir algo vacío, aunque, no iba a ser el fin del mundo de todos modos. Quería sentarse en la cama por lo menos, aunque era incapaz de ello, hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

- Добрий ранок.. - [Buenos días..] Dijo el Ucraniano con una voz más adormilada de lo usual, este, el cual estaba en el suelo aún, se sentó y bostezó, estirándose un poco y se frotó un poco con cuidado los ojos.

- Buenos días. - contestó, ya suponiendo que aquello era lo que pensaba. Mientras estaba acostado, el Ucraniano se levantó e hizo un par de cosas a las que no les prestó atención realmente. Con algo más de esfuerzo de logró sentarse en la cama, y, sin darse cuenta, el Ucraniano ya no estaba allí.

Bostezó y se estiró levemente, para agarrar algo de fuerzas más para levantarse de la cama, y aún adormilado, Canadá se dirigió a la cocina, allí mismo estaba el Ucraniano, parecía apurado.

- Eh... ¿Qué ocurre? - Preguntó dudoso el Norteamericano, acercándose un poco al más bajo.

- Me parece que hoy tendré que buscar mis maletas, aunque me da algo de nervios tener que ver a Rusia de nuevo. - Dijo con una sonrisa nerviosa y suspirando ligeramente. - Bueno, supongo que ya me voy.. -

- Ah, ¡suerte! - Dijo Canadá dándole unas palmaditas en el hombro al Europeo, dándole la sonrisa más reconfortante que pudo. Y tan pronto en un abrir y cerrar de ojos, el Ucraniano ya se había ido.

Mientras tanto, Canadá tenía tiempo para pensar. El día era sumamente agradable aunque su estado de ánimo estaba por decirlo así algo intermedio, ni mal, ni bien, decidió hacerce un café mientras tanto, cuestionandose un par de cosas como siempre solia hacerlo. Realmente no tenía mucha hambre pero algo tenía que tomar.

Se sentía raro ciertamente, era raro pensar que ya no podría escribirle al Mexicano mientras desayunaba o darle besitos o cualquier cosa cursi. También, era raro no tener muchas ganas de cocinar cosas distintas o tocar guitarra, habían varias cosas raras en su vida últimamente en realidad. Mientras, agarró su café y se sentó en el comedor, bostezando.

¿Realmente era tan dependiente? Pensó Canadá, y al pensarlo un poco más, pues claro que tenía razón. Solo hacía falta verse como estaba ahora para ver lo tanto que le hacía falta su pequeña fuente de felicidad,  México. Pues vaya que necesitaría un descanso de cosas amorosas, al menos para pensarlo y mejorar eso, no podía quejarse todo el tiempo.

Su cuerpo pesaba un poco, y no estaba algo más lento de lo usual, podría decirse fácilmente que era pereza porque lo parecía, aunque era algo más realmente. Aparte, ¿Desde cuándo se sentía tan raro estar solo? Ya se había acostumbrado a que USA no estuviera en casa y que lo único que escuchara fuera a los pájaros cantar o un poco la brisa del viento, se sentía abandonado, y era extraño en cierto punto.

Decidió interrumpirse a si mismo, ya que probablemente si pensaba demasiado le haría algo mal eventualmente. Tomó un sorbo de su café y..

- ¡Ow!- - Se quejó casi al instante, puesto a que el café estaba caliente aún y se había quemado la lengua. Se quejó durante un rato más y suspiró con fuerza, pasó de pensativo a molesto bastante rápido. Y esta vez, sopló con cuidado el café para enfriarlo un poquito, antes de darle unos cuantos sorbos, para ponerse a pensar en otra cosa.