Comenzó con un beso (¿Como termino así?)

Cuando las cajas se abren, solo puedes escapar...

Calle apenas duerme, lo cual no es algo raro en los últimos tiempos. Ella se da vuelta y gira, empujando los pensamientos intrusos fuera de su mente hasta que se desmaya por el agotamiento. Cuando se despierta de un sueño en blanco, revisa su teléfono para ver que es justo después de las 11 de la mañana. No puede levantarse de la cama, no cuando puede escuchar a Poche hurgando en la cocina. Esa alfombra roja y todos los besos de la noche anterior se habían metido con su caja cuidadosamente guardada en su mente que contenía sus sentimientos por Poche. Esos dichos sentimientos amenazan con derrumbarse y tomar el control en cualquier momento y la castaña está aterrorizada. Está convencida de que evitar a Poche ayudará a archivar sus emociones y planea hacerlo durante el mayor tiempo posible.

Ella gime para sí misma cuando recuerda que la temida cena con los padres es esta noche. Sabe que tiene que evitar a Poche, pero también tiene que salir en público y tratar de convencer a su madre de esta relación.

Durante horas, se pierde en sus pensamientos hasta que se obliga a levantarse de la cama para prepararse. Cuando Calle se lava el cabello con champú en la ducha, está segura de que puede dejar de lado cualquier sentimiento por su mejor amiga. Es Poche, intenta recordarse, no puede enamorarse de alguien que siempre ha sido una constante en su vida. Cuando se está secando el cabello, piensa en lo testaruda que es Poche, seguramente no podría estar cayendo en lo mismo que ella. Cuando da los toques finales a su maquillaje, piensa en cómo Poche es demasiado sarcástica y no se dejará engañar por esto. Cuando termina de vestirse con un vestido informal, la castaña se da cuenta de todo lo que se ha estado diciendo hoy sobre por qué no debería gustarle Poche, es por lo que le gusta de Poche.

Y más tarde, cuando Poche le da una pequeña sonrisa cuando suben al auto de Calle para asistir a la cena y su corazón se acelera, todo en lo que Calle puede pensar es que está completamente jodida.

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A Calle no le sorprende que tanto sus padres como Marta Garzón ya se encuentren a su espera dentro del restaurante. Todos los padres en el Pride son extrañamente puntuales. Cuando la pareja falsa toma su lugar en la mesa de la mano, pueden ver a Marta y Mafe teniendo sus típicas conversaciones de mejores amigas y German está mirando su teléfono.

— Oye—, Poche anuncia su presencia a sus padres inconscientes mientras saca un asiento y le indica a Calle que se siente. La castaña le da una sonrisa tímida y se sienta en la silla. —¿Para qué es la silla extra? ¿Papá viene? —.

La postura ya perfecta de la señora Marta se endereza y su rostro se endurece con el ceño fruncido. Ella niega con la cabeza, — No, él no vendrá. Esto no es gracioso, Poche—.

— No bromeaba, solo preguntaba—, se defiende la niña.

Marta suspira visiblemente como para recobrar su ira y su exterior se endurece, — Ya que tienes tanta curiosidad, es por tu hermana—.

— Oh, no sabía que Vale vendría—, comenta Poche encogiéndose de hombros. Luego murmura para sí misma: —Dios no quiera que alguna vez se me permita ver a mi papá—.

Calle mira a Poche con simpatía y coloca una mano reconfortante sobre la de ella. No es un gesto utilizado para vender el punto de su relación falsa, sino un gesto real de comodidad. El divorcio de los padres de Poche no le pasó factura, ella siempre habló de lo infeliz que se volvió el matrimonio de sus padres, pero a veces todavía es difícil para ella y puede decir que Poche ahora está de mal humor, son pequeñas cosas como esa interacción las que la hacen enloquecer por la terrible experiencia.

Vale no tarda mucho en aparecer, y se produce una conversación semi-normal en la cena, aunque Poche está tensa la mayor parte del tiempo. La madre de Calle incluso se las arregla para ser civil con la pareja falsa. No es hasta que una trabajadora quita los platos sucios y reconoce a Calle y Poche de la portada de una revista que su relación se menciona.