Capítulo II.

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N/A: Woooolas! Me disculpo por no actualizar seguido, pero aun estoy en proceso edición, y bueno, eso y mis proyectos "no fancfic", además de mi bloqueo con uno de ellos y la edición de otro... bla, como sea. \(>w<)/ como muestra de mi arrepentimiento eterno (que exagerada!) les dejo dos caps *w* díganme qué les parece ¿si?

Nos leemos!

Capítulo II.

Ya con la oscuridad de la noche, un grupo de hombres corrían a través de los prados llevando consigo a dos malheridas personas. Un hombre peli plateado con una horrible herida en el pecho y una mujer de cabello azabache, con una sangrante herida en la cabeza y la espalda completamente desgarrada. Se dirigían a una villa en la región de Musashi.

En aquel lugar, una pequeña de tan solo cuatro años, observaba desde la entrada de una cabaña las figuras de sus hermanos mayores en la distancia. Pensando, considerando los muy posibles sucesos que no querían mencionarle, y lo doloroso que sería que fuesen realidad.

El aroma de hace un par de horas, le era demasiado familiar.

—Ya es hora de que duermas, pequeña.

Con sus ambarinos ojos, observó a la anciana mujer que le hablaba desde dentro de la cabaña.

—Pero... —murmuró.

Su mirada volvió a fijarse en sus hermanos, que a pesar de su diferencia en edades, no le era difícil imaginar cómo debían de sentirse.

—No te preocupes. —La anciana, con mucha suavidad, le apartó de la entrada y condujo hasta su cama—. Pase lo que pase, tus hermanos te cuidarán. Eso no lo dudes.

Le cobijo esperando que ella lograse dormir, más sabía que con la preocupación latente sería algo muy difícil.

—Lo sé —susurró apenas.

*          *          *

Era la hora anterior al receso del almuerzo y los alumnos se encontraban en sus salones. En el salón de Inuyasha, del que por cierto era el presidente, se sentía un aire relajado y sociable. Para la fortuna de todos, Inu detestaba los discursos, así que rápidamente informó lo que debía informar, y ya con todo dicho y dispuesto, el resto de la hora la dejo libre para el ocio.

Kagome se encontraba sentada en su pupitre leyendo una interesante novela de romance, mientras que Inuyasha hablaba con sus amigos un poco más adelante, sobre nada más que deportes. Los demás alumnos se encontraban inmersos en sus propias formas de diversión, o por lo menos, todos quienes estaban dentro del salón.

La muchacha nueva, Inna Taisho, caminaba por uno de los jardines de la escuela, buscando un cómodo lugar para terminar de leer su libro. Cuando finalmente diviso un enorme y majestuoso árbol, rodeado de pequeñísimas y coloridas flores, un lugar extraño para la época, alzo su mano libre y se aferró a una gruesa rama.

¡Aish! ¡No alcanzó! —Una pequeña peli plata, intentaba trepar un árbol demasiado grande para su estatura. Un hombre se acercó riendo hasta ella.

¿Qué crees que haces? —Le preguntó divertido.

Mm... —La pequeña hizo un puchero. Su padre se burlaba de ella, en lugar de ayudarle—. ¡Pesado!

¿Por qué te enojas? Tú eres quien no sabe trepar un árbol.

¡Pero está muy alto, no alcanzó las ramas! —El hombre le acarició la cabeza, y esta le miró con un leve sonrojo en las mejillas.

Volver a vivir (Inuyasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora