Que comience el juego...

73 5 0
                                    

Después de observar fijamente al chico. Volteo a ver su muslo que se encontraba cubierto por una gran mano.

-Disculpa?

-Disculpa aceptada.

-Oh, vamos. Ahora te degradaste a una papa pervertida, si sigues así bajarás más y más de rango.

-Mucho gusto. Dijo el joven que se había acercado a la mesa para saludar a la hermosa chica castaña.

Esas palabras bastaron para evitar lo que sería una batalla campal. La sonrisa del chico la tranquilizó.

-Mucho gusto, me puedes llamar Joe. Dijo la papa

Pero no le importaba el nombre de él, en realidad se dirigía a ella.

-Soy Maria.

-Encantado de conocerte.

Tomo la mano estirada de la joven y la besó provocándole a ella un escalofrío en su columna.

-Nos conocíamos antes?

-No lo creo. Dijo ella muy segura.

Esta pequeña actuación, motivo al joven musculoso para segurila aún más de cerca. Era como un nuevo juego, el cual se había hecho interesante para él.

Ella no terminó su comida debido a la incomodidad que Joé  provocaba al tocar cada vez más su pierna. El chico rubio se percato de que la mano de Joe se posaba en la pierna de la chica. Así que la chica se adentro en la excéntrica casa. Joseph tomó esa acción como una invitación, por lo cual la acorralo en el pasillo de la casa, donde nadie de afuera los podía ver, o eso él creía. Acerco su boca a la de la castaña  y la beso con ferocidad. Ella acepto el beso porque queria probar, aunque había otra razón por la cual ella lo hacía. Cuando el beso se torno mas que eso y Joseph comenzó a recorrer su cuerpo levantando el vestido con la intención de pasar a sus bragas, ella lo aventó. Y lo noqueó de un solo golpe con el jarrón que tenía en la mano.  La chica se acerco a la cocina, revisando el almacén de vinos. Después de lo ocurrido con el jarrón de £500 tenia que prepararse para el regaño de su madre y no quería hacer en una condición en la que pudiera ignorarla.

-Mierda sólo hay champagna y vino tinto, si tomo una botella y me la bebo mi madre se enojará aún más. Es que no puedo alejarme de estos retrasados egocéntricos lamebotas?

-Aunque te alejaras mil metros seguirias quejandote al respecto o de cualquier otra cosa.

Se dio la vuelta para encontrarse con ese castaño teñido de rubio. Le dio gracia el comentario que le habían hecho años atrás rubiaoxigenada. Su sonrisa se amplió al ver que Niall la había seguido, por lo cual su plan había funcionado.

-Debería preocuparme por el hecho de que me sigues?

-Crees que no me daría cuenta de que lo besaste a propósito?

-Sí. Ese era el punto.

-No has cambiado en absoluto. Pero no tenias que hacer eso. 

-Celoso?

-No creas que me puedes tanto.

- Oh, sí que lo hago. Pero no hablemos de eso en estos instantes. Debemos esconder la escena del crimen. Y cuando digo escena del crimen, me refiero al gorila tirado en el pasillo y al jarrón caro de París de mi madre.

-Entendido.

Después de esconder el desorden que había se dirigieron a la azotea, o más bien la terraza que su madre había insistido por tener. Se sentaron recargados en la pared observando las estrellas. Y deseando no haber estado tanto tiempo lejos el uno del otro.

-Así que... Ahora te dedicas a noquear chavos después de besarlos.

-Solo lo hago cuando es necesario. Y cuentame, cómo besan las brazileñas? 

-Bien, aunque con mucha lengua. 

Niall bebió del vino tinto que tenía en la mano, para luego pasárselo a Maria. Ambos se morían por saber que había pasado con el otro. 

-Cuéntamelo todo. Cada detalle, incluso si es uno sucio, de tu vida en las giras.

-Lo mas sucio que he hecho es haber usado los mismos calzoncillos por 3 días, ese es mi máximo. 

-Y que hacen para mantenerse satisfechos en un sentido más carnal.

-Te refieres al sexo?

Ella asintió. En verdad quería saberlo aunque esto le provocara un pinchazo en el corazón. 

-Pues lo normal. Vemos a una chica y si nos llama la atención le damos un brazalete para que vaya al hotel o le decimos a Paul, y él se encarga de eso. Eso sí, las obligamos a ser discretas al respecto. 

Ella se digno solamente a asentir con la cabeza. Le causaba cierto dolor en pensar en él con otra chica. 

-Aunque también nos hacemos trabajos de mano, si ya sabes a lo que me refiero.

-Recuerdame no volver a saludarte de mano en mi vida, a menos que te pongas un litro de desinfectante. 

Ambos rieron, eso le gustaba de ella, sabía como quitar lo serio a un asunto que provocaba cierta incomodidad entre ellos.

-Y tu, dónde has estado? He intentado comunicarme contigo pero nunca puedo.

-En el internado para señoritas de Santa Barbara, en Inglaterra. Practicamente he estado secuestrada nada de celulares, revistas o chicos. Mi madre y sus ideales. Estudio psicología. Pero al final no voy a ejercer mi profesión porque me casaré con alguien de dinero que no me va a dejar hacer nada más que cuidar a nuestros hijos y darle de comer.

-Suena como alguien que se preocupa por mantener a su familia.

Sabían lo que sentían el uno por el otro. Pero no lo decían como era. Solo se limitaban a hacer bromas al respecto.

-Cuando admitirlas que me amas?

-El día en que me propongas matrimonio. 

Se miraron fijamente a los ojos. No tenían secretos entre ellos. Eran transparentes como el cristal.

-Deberías ser mi novia.

-Y que las directioners me manden amenzas de muerte, o me manden su odio por la redes sociales? Sí creo que suena tentador.

-No son tan malas.

-Lo sé, pero mira lo que pasa con las novias de Harry, o con Sophia, sin mencionar a Eleanor. Lo que me recuerda, cómo se lo está llevando Zayn? 

-Al parecer bien. Derrepente se desaparece. Al parecer tiene una nueva amiga. 

-Uh-um ahora así se les dice. Pero como sea, lo que mas me preocupa es sobre cómo están en cuanto al grupo. Como One Direction. Ha habido ciertos rumores y me preocupan. 

-Tenemos algunos roces, pero nada de que preocuparse, todo tiene un fin. Y lo sabemos, por eso están buscando alternativas, pero no es nada de lo cual te deberías preocupar. 

-Pero no era solo eso, me refiero a Harry y ustedes. Ultimanete las directioners le hacen más caso a él e ignoran a otros como tu, y eso esta bien conmigo, pero lo esta contigo? Por eso hicieron lo de Orlando, Florida?

-Sí, pero en este preciso momento tengo lo que necesito, nada más ni nada menos. 

Besó la frente de la chica con tanta ternura, que le provocó una sensación de cosquilleo en su vientre. 

PhotographDonde viven las historias. Descúbrelo ahora