¿Dime quién eres?

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El sol brillante comenzaba a salir anunciando que el nuevo día había llegado

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El sol brillante comenzaba a salir anunciando que el nuevo día había llegado.

—5 minutos más... — Hablo la albina entre sus cobijas deseando dormir un poco mas.

—Si no te levantas en 5 segundos Liz y yo nos vamos sin ti — Amenazo el rubio ajustando su corbata y su reloj frente al espejo de la habitación de la chica.

—No serias tan cruel... — Elusai salió de entre sabanas haciendo un ligero drama para tomar un baño rápido y colocarse su debido uniforme sin perder tiempo.

—Sabes que Meliodas si es capaz — Agrego Liz buscando acomodar su cabello.

—¿Acaso yo te dije que te desvelaras leyendo con Liz? Es obvio que no —

—No, ¿Pero eso qué? — Salió del baño ya con su uniforme mientras se colocaba algo de maquillaje en el rostro.

—Ya dejen de pelear y vámonos — Liz tomo de las manos a ambos para bajar las escaleras y así salir de la casa donde por fin podían tomar el digno autobús escolar que les ahorraría la caminata diaria.

Fuera de su hogar el autobús esperaba por ellos a lo que se apresuraron a subir y buscar un asiento entre las personas que estaban ahí, claro todo era incomodo puesto que sabían quienes eran ellos y no los reconocían como alumnos de Liones sino como los mismos enemigos que algún día fueron de Danafor.

Después de cortos segundos Liz y Elusai encontraron lugar con las chicas que conocieron el día de ayer por lo que Meliodas opto por sentarse lejos, sabia lo enérgicas que eran ambas y prefería mantenerse en su propio mundo lejos de todo y de todos y aunque el espacio era un alboroto encontró tranquilidad cerca de la ventana sin embargo en un par de paradas mas un castaño de ojos miel subiría buscando asiento entre los alumnos hasta que vio el lugar perfecto.

O como el quiso llamarlo, la compañía perfecta.

—Buenos días Meliodas, ¿Puedo sentarme contigo? — Su dulce voz haciendo pequeños estragos de los nervios al predecir por todas las opciones que Meliodas no accedería.

—Como quieras — Contesto sin mirarlo pues la vista de la ciudad por la mañana le era más grata.

Harlequin tomo asiento a lado del rubio abrazando su mochila con ligera fuerza debido a los nervios que traspasaban todo su cuerpo, el silencio ya en si era incomodo por decir menos o eso sentía el castaño, no dejaba de dar pequeñas y cortas miradas a su acompañante sobre todo si aquellas hebras rubias bailaban con el aire de la cálida mañana.

—Y... ¿Tienes familia? — Decidió romper el silencio.

—No, mis padres fallecieron hace algún tiempo — Respondió como si fuera un tema sin relevancia lo que termino por causar un sinfín de preguntas más al castaño sin embargo por respeto decidió callar.

—Oh, lo siento mucho — Apenado por el tema contesto un poco cabizbajo lamentándose por preguntar algo como eso.

—Pero no es un tema del que elija hablar ya que prefiero olvidarlo, además ahora mi familia son esas dos chicas enérgicas — Regreso su vista al frente observando a Liz y Elusai con una expresión melancólica.

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