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Primera Parte

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Jacob Daniels, un pequeño niño rubio de un año se encontraba sentado sobre una tierna mantita de color azul bebé, se había distraído jugando con el encantador gato de la familia Daniels de color gris llamado Steven. Sus manitos acariciaron el lomo del minino, como si fuera lo más fascinante del mundo. Su madre Katie, había entrado recientemente a casa por una insistente llamada de su suegra a quién había intentado ignorar toda la mañana.
El pequeño Jacob era un niño imperativo para todos, pero si había algo que lo podía cautivarlo durante horas eran los gatos, en especial Steven, el gato había estado acompañándolo toda su corta vida.
Después de la tercera timbrada Katie no lo soporto y corrió al insistente llamado de su suegra, confiada de que ella conocía a su hijo como la palma de su mano y sabía que Jacob jamás se movería del lugar mientras hubiera un gato cerca.
Jacob estaba muy entretenido tratando de atrapar la cola del pequeño Steven cuando algo más captó su atención, un ligero pero cautivador cascabel, como esos cascabeles que les suelen poner a los gatos recién nacidos. Jacob de pronto su atención se fue al imaginarse a una tierna camada se gatito maullando, rogando por ser acariciados.
Steven, quien había escuchado el mismo cascabel se puso en alerta, su pelaje se erizo como nunca y sus pupilas se pusieron como las de una gata defendiendo a su cría, a él no lo gustaba para nada ese insistente pero tormentoso sonido para gatos. Jacob trato de levantar más su mirada por encima de los arbustos del patio, sus tiernos ojitos de color avellana anhelaban encontrarse con algún gatito detrás de este.
Sus ojitos de pronto captaron lo que parecía una colita anaranjada, la cual se movía de forma insistente, como si invitará al menor a seguirlo. Steven se erizo aún más y trató de alejar al pequeño Jacob de este, pero el menor ya había empezado a gatear tras lo que parecía un gatito bebé entre risas de él. Katie al escuchar las risas de su bebé creyó que se estaba divirtiendo con Steven por lo que no le tomo importancia y sólo levando su oreja de la bocina para decir. -''No molestes mucho a Steven amor''- y volvió a enfrascarse en la conversación con su tan odiosa suegra.
El bebé siguió gateando tras lo que parecía un gatito y Steven no dejaba de producir sonidos de alerta por esto. En un acto de desesperación del minino trató de tomar al menor con su pata, como si de una pequeña cría se tratara pero esto fue de lo contrario, Jacob se volteo sorprendido al pequeño pero filudo dolor de que su gato parecía haberlo querido rasguñas,  se dio la vuelta y esta vez con más ánimos de alejarse se levantó en sus piernitas a detrás del arbusto.
Steven comenzó a dar vueltas tras vuelta y corrió directo a casa a donde su ama se encontraba hablando por teléfono. Aun se podía escuchar las risas del menor a lo lejos por lo que Katie no se preocupo.
Steven comenzó a maullar con fuerza, a meterse entre sus pies y nada parecía dar resultado.

Jacob camino hasta detrás de arbusto, como sus pequeñas y cortas piernitas le dejaron. Increíble sorpresa. Nada, ni había ningún gatito detrás de este.

Cuando el menor un poco decepcionado trató de volver, dio la vuelta y se encontró con la escena más inquietante para un adulto, pero fascinante para un niño, vamos que si no no se explica como Alicia cayó en un mundo tan inquietante pero fascinante para ella. Lo que parecía un hombre de traje satinado y abombado, guantes gruesos y blancos como los de mickey Mouse caricaruresco estaba frente a él. Lo inquietante, fue cuando en vez de una cabeza humana, en esta se hallaba la cabeza de un gato, un gato tan tierno y de ojos tan grandes e hipnóticos lo observaban. Jacob acercó sus manitos al pelaje que se veía muy sedoso pero no alcanzaba por lo que se puso de puntitas, acción que a él mismo le dio mucha gracia y soltó un par de risas.
Katie por mientras, reprendía al gato por su tan extraño comportamiento. Escucho las risas de su bebé y se quedó más tranquila pensando que se había entretenido con algo mas.
Por un corto plazo de tiempo, solo hubieron risas del pequeño, y de pronto. Nada. Los padres tienen dos señales, cuando están tus hijos jugando y de pronto uno cae y llora. Todo está bien, solo fue un accidente. Mas cuando tu bebé esta riendo y jugando muy entretenido con algo y de pronto, no hay sonido alguno, es una alerta.
Katie no lo captó al instante, pero cuando su bebé dejó de reír y no volvió a hacerlo fue cuando se dio cuenta que algo malo había sucedido. Steven salió detrás de ella maullando cuando ella también se levantó llamando con desesperación a su bebé. El teléfono lo dejo en su lugar mientras balbuceaba palabras como ''Mi bebé''. El felino corrío al patio encontrándose solo con la manta y alguno que otro juguete, el gato miro a su ama, como si quisiera decirle sobre el peligro que corría Jacob, pero ya era demasiado tarde.

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