𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐏𝐋𝐀𝐘, 𝐁𝐀𝐁𝐘 [Multishipp]

ᴀ ɴ ɪ ᴍ ᴀ ʟ s

Se habían adentrado a un bosque, Horacio había elegido el lugar, y es que era el indicado para jugar. En cuanto había llegado a comisaria, los dos hombres le estaban esperando en la puerta principal del edificio con los brazos cruzados, ambos con gafas y pistoleras, mirando constantemente hacía la calle, ignorando las denuncias que les imploraban por ser atendidas.

Tan pronto llegó Horacio, estos subieron a la parte trasera, con Gustabo, dejándolo en medio de los asientos, custodiado por ambos. Ninguno de los dos le dirigió la vista o la palabra. Se conformaron al ver que Horacio se encontraba bien. El viaje duró solo una media hora, de lo que salían de la ciudad, tomaban la autopista y aparcaban junto a esta, en el borde del denso bosque.

Los dos hombres bajaron a la par, Conway dejó su puerta abierta para que Gustabo bajara. Horacio bajó del automóvil en cuanto se aseguró de que ambos hombres tuvieran agarrado de los antebrazos a Gustabo. Puso alarma al vehículo y tomó camino hacía adentro, liderando el grupo.

Quitando palos del suelo con pies, Horacio se abría camino hacía el centro del bosque, marcando un camino a los tres que le venían siguiendo. Los semblantes de todos, exceptuando Gustabo, eran inexpresivos; en los hombres no se podía leer absolutamente nada porque las gafas imposibilitaban el acceso a las ventanas del alma de los mismos, en cambio, en el rostro de Horacio se podía percibir tensión, de parte de su mandíbula, el resto de la cara no decía nada más. Sus ojos estaban un poco oscurecidos.

No pasaban de las 11:00, el sol ya se estaba poniendo en el punto que se podía indicar que era mediodía, pero parecía que entre más se adentraban al bosque, más oscuro se hacía. El alto de los árboles ahí era impresionante, tapaba la mayor parte de la luz solar, y hacía que adquiriera una ambientación más macabra. Con el cantar de los pájaros nada apaciguables, los sonidos que la tierra producía cerca de ellos y las pisadas fuertes que Horacio daba, Gustabo comenzó a ponerse nervioso.

Miró a Horacio por un momento, analizando el como iba vestido. Era un conjunto negro, que consistía en un pantalón tipo cargo con cadenas a los lados, unas botas militarizadas y una camiseta de manga larga y cuello redondo con un chaleco de mezclilla negra, más una gorra del mismo color. Es como si viniera preparado para el momento, pensó Gustabo una vez que memorizó cada una de sus prendas, las cuales hasta ahora se había dado cuenta de que llevaba. Horacio sintió su mirada, pero no volteó.

Se detuvo cuando se encontró un espacio entre los árboles libres de estos, formando un pequeño círculo, por el cual dejaba pasar poca luz, siendo el único lugar visible dentro del bosque con iluminación natural de mediodía. Se colocó en el centro del pequeño círculo y se giró hacía los dos hombres, que aún sostenían fuerte los brazos de Gustabo. Les sonrió.

— Bien, aquí es.

Conway intercambió mirada con Volkov, solo ellos sabían que se estaban diciendo por los ojos, ya que ni ellos podían verse directamente, pero se sentían. Volkov admitió por un segundo que la actitud de Horacio le pareció extraña, quizá sintiendo un poco de miedo. Conway solo le otorgó un asentimiento, tratándole de decir que lo mejor estaba por empezar, que fuera lo que fuera le iba a gustar. El comisario no pudo evitar soltar una breve sonrisa que se esfumó en cuanto Horacio carraspeó para volver a atraer su atención.

Gustabo solo se limitaba a ver con ojos entrecerrados a la figura que tenía delante suyo.

— Eh, sí. Bueno, les dije por mensaje que algo grave había pasado con Gustabo.

Horacio comenzó a caminar en círculos al rededor del trío, con las manos entrelazadas en su espalda baja, una postura recta y dando zancadas lentas. La cabeza la traía ligeramente alzada, mirando todo de reojo hacía abajo, dejando ver unos ojos que no parecían ser característicos de Horacio.