s ᴛ ᴀ ʀ ᴛ ᴇ ᴅ

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Se apresuró a salir de servicio, corrió hacía el parking para tomar su auto y salir disparado en dirección a su casa. Se deshizo del pasamontañas en cuando subió al carro, importandole un bledo quien podía verle. Tenía únicamente una hora para asearse, arreglarse y presentarse en el club.

Alessandro le había mandado la dirección un día antes, con intenciones de que se paseara cerca del lugar, cosa que no hizo hasta esta mañana, logrando ver solo un gigantesco letrero iluminoso color fucsia, que decía Queen en una tipografía extravagante, que lógicamente a esa hora de mañana estaba apagado.

Llegó a su casa a las 8:57. Se quitó la ropa de trabajo conforme iba avanzando a la ducha, dejando un camino de prendas desde la puerta hasta el mediano espacio. Se pasó rápidamente una toallita desmaquillante sobre el rostro y abrió, ya desnudo, la llave del agua caliente. Se bañó más rápido de lo que esperaba.

Cuando estuvo afuera, quitó el vapor que reposaba sobre el espejo, se miró y procedió a ponerse una crema en la cara y una en su cabello, esta última tenía olor a moras.

Salió en dirección a su habitación, buscó el atuendo que le había mostrado a Gustabo un día antes y lo aventó hacía la cama, hizo lo mismo con su ropa interior y su pequeña cosmetiquera sacada igualmente del clóset. Se pasó toda la toalla por el cuerpo, secando rápidamente, tomó sus calzoncillos y en el mismo movimiento se los colocó, se acomodó el elástico y sacó el short del gancho, enfundandose en él. Se miró al espejo. Dios, que estoy buenísimo. Tomó la camisa y se la puso de la misma manera, iba realmente apurado y lo que más tiempo le llevaba era el cabello y la cara. Se fajó ligeramente la camisa. Una vez más se vio al espejo, estaba totalmente satisfecho del resultado.

Corrió nuevamente al baño, descalzo y todavía un poco húmedo, se miró al espejo y tomó la secadora que estaba descansando en el ancho lavado y la encendió para pasarla por su cabello, asegurándose de que cada hebra quedará únicamente húmeda más no mojada. Una vez que logró la temperatura que quiso, se sacudió levemente con la mano el pelo. Está crecido ya y como tal cresta puntiaguda no era, pero aún conservaba el estilo. Le gustaba.

Volvió al cuarto y como si se tratara del mismísimo Quicksilver, se enfundó en calcetines y unas botas color negro brillante, con un poco de plataforma del mismo color pero en mate. Regresó al baño con cosmetiquera en mano, sacó su delineador, lo ocupó y seguidamente sacó la paleta de sombras, miró pensativo. Haré juego con las botas. Y a continuación realizó un estilo ahumado no tan intenso en sus ojos, el cual haría resaltar ligeramente el eléctrico de sus ojos. Para finalizar, colocó un leve brillo en los labios. Tomó la bandita morada y se colocó alrededor de la frente. Se guiñó el ojo antes de salir.

Caminó dando zancadas a la sala, donde le esperaba su chaqueta de cuero con adornos metálicos - cadenas, picos -, una vez se la puso, salió de casa en dirección al club.

De camino al lugar, pudo observar como la cuidad se iba ambientando a la vida nocturna, percibiendo que unos cuantos bares, antros y demás clubes abrían sus puertas.

Llegó al lugar, estacionó en su parking, apagó el auto, y antes de bajar, miró el reloj. 10:00, justo a tiempo. Tomó aire y lo dejó salir en una exhalación emocionada. Se puso la chaqueta y bajó en dirección a la puerta trasera del gran local con un paso seguro, pasando desapercido por toda la gente que hacía cola afuera y esperaba por entrar.

Cuando dio su nombre al guardia que cuidado la puerta de atrás, y lo dejó pasar, Horacio quedó maravillado por lo grande y bien arreglado que estaba el lugar. Tras bambalinas, se podía decir que era un lugar limpio, ordenado y que era sacado de un club directamente desde los lugares más caros de Nueva York. Sonrió al contemplar el lugar completo.

𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐏𝐋𝐀𝐘, 𝐁𝐀𝐁𝐘   [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora