Capitulo 10

881 88 25
                                    


Serena pov's

A pesar de los riesgos que conllevaba, Seiya y yo decidimos pasear por el parque nº 10 antes de ir a la cafetería, quería compartir un último momento como pareja, aunque sería mejor decir como marido y mujer, puesto que el anillo que llevaba colgado en mi cuello era lo que representaba, aunque no fuera legalmente, para mi corazón siempre lo sería. 

Estábamos cerca del templo cuando vimos a Taiki y Amy en la distancia así que cambiamos nuestra trayectoria y caminamos en paralelo a ellos, pero yo casi me caigo debido a que pude ver como Yaten y Mina se besaban.

- OMG - dije en voz alta llamando la atención de Seiya en la dirección en la que yo miraba y cuando me volví para ver a mi marido, pude ver como tenía serios problemas para creerse lo que estaba viendo, pero por el rabillo del ojo pude ver a Lita y esa fue mi señal para desaparecer de ahí.

Agarré fuertemente la mano de Seiya y ambos echamos a correr sin pararnos por un rato, hasta que Seiya me empujo a un callejón y en cuanto salimos de la vista de cualquier curioso me beso.

Ambos nos quedamos en ese callejón besándonos hasta que por casualidad escuchamos las voces de sus hermanos y la princesa Kakyuu, así que separándonos después de un último ligero beso caminamos como si nada para encontrarnos con ellos, aunque nues...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ambos nos quedamos en ese callejón besándonos hasta que por casualidad escuchamos las voces de sus hermanos y la princesa Kakyuu, así que separándonos después de un último ligero beso caminamos como si nada para encontrarnos con ellos, aunque nuestras manos seguían unidas.

- Hola, chicos - dije cuando llegamos junto a los demás - ¿Qué tal les fue la tarde?

- Coneja - dijo Yaten mirándome seriamente - Sé que no debería decir nada, pero hablando con Mina... descubrí que fue lo que nos ocultaste antes cuando nos relataste el por qué no escogías a Seiya.

Me tensé un poco y supe que Seiya lo sintió, cuando apretó mi mano como para darme tranquilidad.

- ¿A qué te refieres, Yaten? - pregunté curiosa.

- Solo respóndeme a una pregunta antes, ¿sí? - Yo asentí hacia él, así que él continuo - Dijiste que una personita especial te dijo que lucharás por tu amor y que no le dejarás alejarse, ¿cierto, no? Pero... mi pregunta es... ¿Cómo te lo dijo?

Me quedé mirando a Yaten pues me había sorprendido su pregunta, pero también pude ver las miradas curiosas de mi pareja, Taiki y la princesa sobre mí.

- Ehmmm... a través de un sueño - dije algo sonrojada - ¿Por qué lo preguntas?

- Por qué sé que esa personita especial, fue tu hija - escuche el jadeo de Seiya a mi lado y mi corazón dolió un poco - Sé que es por ella por lo que estás volviendo junto a Darien pero te has parado a pensar... ¿Qué tal vez no sea hija de Darien? ¿Qué su mensaje fuera un mensaje haciéndote ver que era hija de Seiya?

- Y-yo... - me sonroje muchísimo, pues en parte ese era el motivo por el qué me había decidido por Seiya a pesar de lo que conocía de mi futuro y del tiempo que Rini había estado aquí. - Si que lo pensé, y fue por lo que había decidido escoger a Seiya - dije soltando un suspiro fuerte - Yo pensé que ella me estaba enviando un mensaje diciéndome que si dejaba ir a Seiya ella no nacería pero... cuando descubrí que Darien había muerto su mensaje adquirió un nuevo sentido... quiero decir se supone que Rini no nacerá hasta que yo tenga 21 años, básicamente me casaría embarazada de ella y poco después fundaríamos el Reino de Crystal Tokyo. - solté todo de golpe y sentí como Seiya apretaba mi mano, luego caí en que en realidad yo ya estaba casada de cara a mi corazón así qué... que decía eso de toda mi teoría -Así que con esos datos nuevos, vi que tal vez Rini me estaba diciendo que no me diera por vencida con Darien... qué es básicamente lo mismo que ella me dijo durante casi todo el año en el que vivió conmigo... cuando obviamente no sé estaba metiendo conmigo. Y mejor no pregunte por qué sinceramente, aunque al final la llegue a querer muchísimo al principio nos odiábamos. 

Lagrimas del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora