ᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ ──── ❝ Todo lo que hice, fue porque quería estar contigo ❞
Kurogiri ha presenciado en primera fila como su futuro líder Tomura Shigaraki se destroza poco a poco en la desesperación de no poder estar a la altura de las expectativas de su...
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𝗽𝗼𝘃 _____
"Adiós _____" se despidió con un pequeño apretón de manos que no dude en corresponder.
"Hitoshi no olvides que mañana después de clases iremos a la cafetería"hice por recordarle para molestar un poco, aunque sabia cual seria su respuesta.
"No se me puede olvidar algo así" formo una pequeña sonrisa en su rostro probablemente recordando nuestra última visita a aquella cafetería donde podíamos acariciar, cargar y mimar a los gatitos que tenían.
Poco después me dio la espalda caminando en dirección contraria hasta que le perdí de vista, al hacerlo inicié mi camino a casa, la tarde se tornaba acogedora, pero no podía quitarme de encima la sensación de que era el único que no encajaba en aquel lugar.
La jornada escolar había sido relativamente tranquila, esta vez solo llevaba a casa un par de raspones y pequeños moretones que se quitarían en algunos días. Desde que había descubierto que era un quirkless cuando era más pequeño, las burlas se volvieron más frecuentes a medida que crecía y las agresiones físicas eran las más difíciles con las que lidiar, a veces deseaba volver a ser un niño...
"Estoy en casa" saludé al cuarto vacío mientras me quitaba los zapatos y los dejaba en la entrada cambiándolos por unas pantuflas, al pasar al lado del retrato de mi madre hice una pequeña reverencia antes de subir a mi cuarto.
Mamá hace tiempo que ya no estaba con nosotros, tanto había pasado que su rostro se había vuelto borroso en mis recuerdos y su voz ya no me alcanzaba en mis sueños.
Papá siempre estaba ocupado, el que no pasará mucho tiempo en casa, solo hacía que se sintiera más vacía y fría.
Al llegar a mi habitación lance mi mochila a la cama, pero termino cayendo por el borde contrario, no hice esfuerzo por ir y levantarla, solo la deje llenar un pequeño hueco en el piso para después bajar a la cocina.
Los quehaceres no eran pesados, dos personas y de vez en cuando un colado no hacíamos mucho desorden, pero eso al polvo no le importaba, aquellas pequeñas partículas de arena, tierra o lo que fueran, se colaban por todas partes y antes de darme cuenta ya habían cubierto todas las superficies posibles.
Por suerte esa era tarea de otro día, lo más laborioso que me tocaba hacer hoy era cocinar y aunque no era un chef profesional ni nada parecido, a papá parecía gustarle lo que cocinaba.
La sensación de satisfacción que me dejaba el pensar que de una u otra manera estaba contento con lo que hacía, era algo que atesoraba y amaba hacer.
Desde pequeño me las había apañado para ir aprendiendo con ayuda de algunos tutoriales en las redes sociales y transmisiones en vivo, de vez en cuando la abuela nos visitaba y me enseñaba alguna de sus recetas que ella llamaba Super secretas, nos divertíamos cocinando a escondidas como si fuera algo secreto que solo nosotros conocíamos y debía de mantenerse de esa manera.
