𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 cuatro

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Su habitación tenía poca iluminación y estaba algo desordenada, sobre el suelo se encontraban varias vendas, podía sentir el rastro de sangre y alcohol inundar mi nariz, pero sobre todo había una especia de arena por cualquier lado que pisara.

La puerta del baño estaba entre abierta, de la que podían escapar maldiciones desesperadas mientras el sonido de la piel rasgándose poco a poco superaba la voz.

Empuje con la cabeza la puerta abriéndome paso, aquel chico se miraba en el espejo mientras rascaba su cuello, no pude evitar sentirme mal por él, no sabía que era lo que lo había orillado a aquella mala manía, pero seguramente no era nada bueno, fui completamente ignorado cuando empecé a llamarle.

Me pare en dos patas sujetándome de su pantalón en busca de su atención "Hazme cazo" demande golpeándole con mis patas.

"Le dije a Kurogiri que no quería una bola de pelos" murmuro molesto, aparto las manos de su cuello para poderme tomar de la parte trasera de la nuca y colocarme a la altura de su rostro mientras me miraba.

"﹙Y yo le dije que no quería estar aquí, pero mira en donde estoy﹚" intente tocar su cara con mis patas pero no lo alcanzaba, un suspiro salió de su boca.

"Largo de aquí" camino a la puerta del baño, baje las orejas he intente poner mi mejor carita de tristeza mientras fingía llorar "¿Qué crees que haces?" arqueo una ceja mientras me miraba "No sé qué trucos te habrá enseñado Kurogiri pero no van a funcionar" me puso en el suelo y empujo con su pie hasta terminar en el marco del baño, cerrando la puerta con fuerza empujándome con ella el tramo faltante para estar fuera.

Suspire cansado, esto de ayudarle será muy difícil.

Desvié la mirada de la puerta, observando cuidadosamente el resto del pequeño cuarto, su habitación era mas desordenada que la de Kurogiri, tenía un par de estantes de carpetas con títulos extraños que no alcanzaba a entender de que trataban, algunas tenían fechas, otras nombres de los que nunca antes había escuchado y en otro estante mas pequeño había diversos estuches de discos CD, entre el par de muebles de libros, se encontraba un escritorio con una computadora, algunas hojas y sobres regados sobre la mesa junto a lapiceros, grapas, clips entre mas objetos de oficina.

Pero lo que mas llamaba mi atención, era que la ventana de su cuarto estaba abierta y a una altura considerable a la que podría trepar con ayuda de la cama y el pequeño mueble con los CD.

De un salto me subí a la cama con la intención de esperar a que Kurogiri o el chico del que había entendido, su nombre era Tomura, saliera del baño para darme de comer.

No tuve que esperar mucho para que eso pasara, un Tomura malhumorado salió del baño con cara de pocos amigos y al verme sobre la cama se acercó a mi.

"La cama es mía pulgoso" me tomo lanzándome al piso.

Rápidamente me gire a el acercándome de nueva cuenta a la cama "¡No seas encajoso!, Podemos compartir, ¡No voy a dormir en el suelo!" le mire molesto desde abajo, listo para saltar de nuevo a la cama.

Tomura me devolvió la mirada de la misma manera "Atrévete y eres comida para perro" entrecerró sus ojos retándome, podía jurar que sus pupilas brillaron momentáneamente.

𝗨𝗻 𝗴𝗮𝘁𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗧𝗼𝗺𝘂𝗿𝗮  ▎Tomura ShigarakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora