I Live In Regret (Pansy/Hermione)

16

-Nunca me meto en problemas, Parkinson.- dijo enojada Hermione.

-Mira, normalmente tú eres la chismosa que opina en lo que no le corresponde, pero creo que esta vez me toca a mi para evitar que te llegue a pasar algo.- dijo Pansy.

-¿Debería agradecerte?- preguntó Hermione de forma algo sarcástica.

-La verdad si, aunque no te sientas especial, solo lo hago porque quedaría en mi subconsciente si es que llegas a morir por tus problemáticos amigos.

-Bueno, ya está.- dijo enojada Hermione.- Ya lo has dicho, no tienes de que preocuparte más, es mi problema si muero.- dicho esto dio media vuelta dispuesta a marcharse.

-No entiendo porqué estas enojada, Granger.- dijo intentando no enojarse.- Te he dicho que a partir de ahora te haré una señal para que sepas que no estoy enojada.

-No estoy enojada, Parkinson.

-Puedes saber mucho de todo, pero necesitas aprender a reconocer tus errores.- dijo ya algo enojada Pansy.

-¿Qué errores, Parkinson?

-¿Por qué te estás comportando tan infantil?

-¿Infantil?- preguntó a la vez que la encaraba de forma desafiante.

-Si, infantil.- dijo poniéndose a la defensiva Pansy.

-Si soy tan infantil para alguien como tú, entonces vete.

-No lo haré.

-¿Por qué no?

-No haré lo que quieres que haga.

-Bien, entonces lo haré yo.- dicho esto dio media vuelta para retomar su camino a la sala común.

La pelinegra puso sus ojos en blanco y al igual que la castaña, se alejó a su sala común a un paso mucho más lento.

. . .

Habían pasado ya unos días desde aquella pelea, ambas habían cortado todo tipo de comunicación, incluso ese año Pansy dejó de compartir algunas clases que anteriormente ambas coincidían para continuar con su antiguo horario.
Eso hizo que Hermione creyera que se estaba comportando de una forma muy infantil, aunque en realidad ese horario ya había sido elegido desde antes de su pelea por lo que no tenía nada que ver con la castaña.
En la única clase que coincidían, era cuando Gryffindor y Slytherin compartían clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.

-¡Ronald! ¡Póntela!- decía Hermione con voz algo estricta.

-¡No pienso ponerme una insignia que dice Peddo!

-¡Es pe de de do! ¡Y ya sabes lo que significa! ¡Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros! ¡No pienso permitir que sigan esclavizando a centenares de elfos y elfinas en Hogwarts!

-Pero-...

-¿Te das cuenta, no? Ellos preparan la comida, tienden las camas, hacen todo y sin recibir un sueldo o...

-¡Hermione! ¿No entiendes que a ellos les gusta vivir así? ¡Has visto a Winky! ¡Ella...!

-¡Son así porque no tienen la educación de...!

-Ehm, Hermione...- interrumpió George que había estado escuchando todo mientras ideaba cosas con Fred en la sala común.- Fred y yo hemos estado muchas veces en la cocina, ya sabes, para robar comida, y puedo asegurarte de que todos esos elfos y elfinas se ven muy felices.

-Es verdad, piensan que tienen el mejor trabajo del mundo.- dijo Fred.

Finalmente era sábado y la mayoría de alumnos había bajado muy temprano a desayunar, algo que seria extraño en un sábado, pero ese día todos estaban ansiosos por saber a quienes elegiría el cáliz de fuego que se encontraba en el vestíbulo siendo contemplado por varios alumnos.