En los años donde Binghe estuvo atrapado en el abismo, solo dos personas en toda la secta de Cang Qiong sabían que el discípulo todavía estaba vivo y experimentando horrores que superaban la imaginación de cualquiera. De esas dos, solo Shen Qingqiu cargaba con la culpa de ser quién lo mandó a tan cruel destino.
En esos años, sus días se volvieron monótonos y vacíos sin la constante presencia de su discípulo. Tal vez...acercarse demasiado al protagonista había sido un error. Una vez que Binghe se incorporó a su rutina diaria era difícil ahora pasar un día entero sin escuchar su voz o detectar el aroma de la deliciosa comida que preparaba.
Si no estaba dando clases distraídamente, estaba en el pequeño montículo que hizo para la espada de Binghe, si no estaba ahí entonces había huido de la secta buscando un sitio en donde escapar de los recuerdos.
No le molestaba ser parte de este enfermizo ciclo vicioso, pero parecía que su Shidi no soportaba verlo ser...miserable.
Después de la misión desastrosa con Madame Meiyin, Shen Qingqiu esperaba que la mala experiencia fuera suficiente para detener todo intento de su shidi de hacerlo salir y trabajar. Estaba muy cómodo sintiendo lástima por sí mismo y Binghe, muchas gracias.
Pero resulta que Liu-Shidi además de ser el dios de la guerra, también lo era de la insistencia.
Fue así como lo acompañó a regañadientes a otra misión, esta vez no iban a lidiar con hermosas mujeres demonio, pero con una bestia protegiendo una planta que Mu QingFan necesitaba para su inventario.
Liu Qingge, como era de esperarse, solo vio a la bestia y se lanzó al ataque sin pensarlo. Shen Qingqiu, como quién estaba viendo una película, se quedó a la distancia. Sus ojos brillando de la emoción de ver al dios de la guerra en acción, el segundo hombre más fuerte en este universo. Desde su destreza con la espada hasta sus reflejos habían sido perfeccionados a través de miles de batallas. Esa bestia no tendría oportunidad contra alguien tan talentoso como Liu-shidi.
Tal vez la hora de su muerte se estuviera acercando a grandes pasos, pero Shen Yuan no se arrepentía en lo absoluto de haber salvado a Liu Qingge y cambiado la historia.
Al principio pensaba acercarse a Liu Qingge para tener a alguien en quién contar cuando Binghe regresara del abismo, pero ahora que tenía los días contados se daba cuenta que más que un guardaespaldas, Shen Yuan veía a Liu-shidi como un amigo.
Todos estos intentos de que saliera y lo acompañara en misiones, era su versión de "Te distraigo para que te olvides de lo que te causa tristeza".
Sonriendo detrás del abanico, Shen Qingqiu bajó de su espada al suelo del bosque. La bestia yacía muerta a la entrada de la cueva donde estaba la planta, Liu Qingge frente a ella, su apariencia todavía intacta como si el pelear con este monstruo de gran tamaño no fuera más que un juego de niños.
"Buen trabajo, Liu-shidi" Shen Qingqiu inspeccionó el cadáver del monstruo todavía impresionado con los precisos que fueron los cortes de Liu Qingge.
"Si entrenaras más podrías hacer lo mismo"
"Tal vez, aunque no sé cuanto avance lograría entrenando por mi cuenta"
"Siempre...siempre puedes entrenar conmigo" Los ojos de Liu Qingge al decir esto parecían atravesar hasta su propia alma, un completo contraste con lo rojo que se había puesto su rostro al mismo tiempo.
Como era de esperarse del Señor de Bai Zhan, este se toma el entrenamiento muy en serio.
"Shidi es muy generoso" De espaldas al monstruo Shen Qingqiu no notó como la cola de este se levantó con rapidez y disparó una serie de púas a su dirección.
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Cultivatober MXTX 2020
FanficPequeña colección de fics de las tres novelas de mxtx escritas para cultivatober.